El Gobierno anunció la reducción de los aranceles a las importaciones de fertilizantes y herbicidas. Tal como informó el vocero presidencial Manuel Adorni, la medida tiene como objetivo “mejorar la competitividad de la siembra y bajar los costos de los insumos importados a los productores”.
Cabe recordar que el ministro de Economía, Luis Caputo, había anunciado la medida. Este sábado, el portavoz lo ratificó mediante un mensaje en su cuenta de X. “La siembra (como cada actividad en la Argentina) será cada vez más competitiva”, sostuvo.
Adorni detalló que los fertilizantes “pasarán a tener un arancel del 0%, incluyendo a la urea, el nitrato de amonio y la mezcla de ambos, que tenían un arancel de importación del 5,4%, 6% y 3,6% respectivamente”.
Luego indicó que los aranceles para la importación de herbicidas “a base de glifosato, atrazina y 2-4D pasan del 35% al 12,6%”. Informó además que “la atrazina primaria desciende del 24% al 10,8% y los herbicidas a base de 2-4D en sal bajan del 35% al 12,6%”.
Según el gobierno, “los fertilizantes y herbicidas son insumos estratégicos para la agricultura y cumplen la función de proteger, alimentar y nutrir el cultivo. Por este motivo, la disminución de los aranceles motorizará su uso en la actividad agraria y mejorará el rendimiento del cultivo”, cerró el vocero presidencial.
La política del gobierno es continuar con el modelo de agricultura intensiva y aplicación de agroquímicos, y desoir los informes que revelan los impactos que tienen para la salud y el medio ambiente. Es más, en diciembre de 2023, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) anunció que dejaría de investigar las consecuencias del uso de agroquímicos en la agricultura.
Alimentos más contaminados
Sin embargo, si se tienen en cuenta las últimas mediciones de organismos oficiales hay que remitirse a 2021, cuando el Senasa confirmó la presencia de agroquímicos en frutas, hortalizas, verduras, cereales y oleaginosas.
En el 31 por ciento de los casos, los agroquímicos superan los límites establecidos por el organismo. Y en casi la mitad de los casos positivos se encontraron químicos que no están permitidos en la Unión Europea.
Según reveló el informe el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) detectó 7869 casos positivos de presencia de agroquímicos en un grupo de 48 frutas, verduras y hortalizas.
Así lo registró el informe, “el veneno continúa llegando al plato” de la organización Naturaleza de Derechos, que analizó y sistematizó la información del organismo oficial entre los años 2017 y 2019.
Más allá de lo permitido
En el 31 por ciento de los casos, los agrotóxicos presentes en los alimentos superaban los límites legales ordenados por el Senasa, mientras que en el 47 por ciento de los casos positivos se hallaron principios activos que están cancelados en la Unión Europea (UE).
Pimiento, manzana y pera fueron los tres alimentos con mayor residuos de agrotóxicos: 37, 35 y 33 principios activos se encontraron entre los casos positivos, sobre un total de 80 agroquímicos encontrados por los controles del Senasa. Uva (30), naranja (30), tomate (30), limón (29), durazno (28), lechuga (26) y banana (24) fueron los alimentos que rankearon entre los diez más contaminados.
Un caso positivo con residuos de agrotóxicos no significa que esté fuera de la normativa legal del Senasa, como ocurrió en el 69 por ciento de los casos en el trienio analizado, ya que las resoluciones vigentes 934/2010 y 608/2012 son las que indican los “límites máximos de residuos (LMR)” permitidos. “Sin perjuicio de que los residuos dentro del margen legal no implican inocuidad alimentaria en absoluto”, sentencia el informe de Naturaleza de Derechos.
En ese sentido, el documento subraya que el 47 por ciento de los principios activos detectados en los casos positivos están cancelados por la legislación de la Unión Europea —en usos determinados o con prohibición total—, mientras que el 46 por ciento están considerados dentro del grupo de Pesticidas Altamente Peligrosos, calificados así por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por “causar efectos tóxicos agudos o crónicos, y plantean riesgos específicos para los niños”. Mientras que el 49 por ciento son agentes cancerígenos, de acuerdo a la Agencia de Investigación del Cáncer (IARC-OMS).
Frente a los parámetros vigentes en otras partes del mundo, el informe sostiene que el volumen de casos positivos “obliga a realizar una evaluación integral y dimensionar la carga química diaria y el real nivel de riesgo al que está expuesta la población” y advierte que el sostenimiento de los LMR actuales es un acto inconstitucional —por no preservar el derecho a la salud— y conforman un incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Información tóxica
El agroquímico con más presencia residual entre los 7869 positivos fue el Imidacloprid, se trata de insecticida sistémico —penetra en los tejidos de la planta y se distribuye en toda su extensión—. Su uso fue cancelado para aplicación en el exterior de la UE en 2020. Este principio activo está presente en 216 formulados comerciales autorizados en la Argentina y en más del 50 por ciento de esos formulados aparece en combinación con hasta otros cinco químicos, precisa la investigación. Según la información científica disponible, el Imidacloprid tiene un perfil toxicológico como agente alterador hormonal y mutagnénico.
El informe de Naturaleza en Derechos contextualiza los resultados de los 7869 casos positivos reportados por el Senasa, alertando que “no hay datos oficiales sobre la cantidad de agrotóxicos que se utilizan por año en la Argentina”. El reporte toma el último dato preciso disponible en el país, que data de 2015, de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) y lo proyecta de acuerdo al incremento de venta de agroquímicos informado por medios especializados y las cifras de comercio informal —15 por ciento según la FAO— para concluir que “la cantidad total anual de agrotóxicos al año 2021, ya es superior a los 600 millones de litros-kilos”.
Casos positivos en aumento
Otro dato relevante parece ser la cantidad de casos positivos informados por el Senasa para el trienio 2017-2019, sin embargo, el organismo público sostiene que se trata de solo el 2,2 por ciento sobre un total de 356.940 muestras analizadas. En ese punto, Naturaleza en Derechos advierte que es llamativo el incremento de un 1000 por ciento de los análisis en el último trienio informado, en relación a los informes 2011-2013 y 2014-2016, cuando los controles rondaban los 3400.
La organización subraya que el Senasa “omite maliciosamente aclarar que ese número de registros (356.940) comprende también a las evaluaciones sobre metales pesados, microtoxinas y microbiológicos realizados por el organismo” y “bajo ese artilugio de computar indebidamente las categorías” reduce la incidencia de los casos positivos sobre el total de los analizados.
La lista de 48 alimentos analizados por el Senasa en distintos puntos del país, según los documentos a los que accedió Naturaleza en Derechos, es la siguiente: pimiento, pera, manzana, tomate, naranja, uva, limón, durazno, lechuga, banana, mandarina, frutilla, pomelo, palta, ananá, sandía, pelón, arándano, papa, cereza, acelga, apio, zanahoria, cebolla, melón, ají, perejil, mamón, espinaca, trigo, maíz, rúcula, kiwi, ciruela, soja, radicheta, zapallo, lima, pepino, ajo, berenjena, chaucha, kale, mango, almendra, damasco, batata y poroto.
En esa canasta básica de frutas, hortalizas y verduras en las que se detectaron casos positivos de residuos de agrotóxicos, están los diez más contaminadas mencionados anteriormente, contienen entre 24 y 37 principios activos de agrotóxicos. Mientras que en 25 de los alimentos se encontraron, al menos, diez principios activos y en solo cuatro se detectó un solo agrotóxico: almendra, batata, damasco y poroto.
Entre los 80 principios activos hallados en los casos positivos, los diez agrotóxicos con más presencia en alimentos fueron: Imidacloprid (33 alimentos), Benomil-carben (32 alimentos) Clorpirifos (28) Azoxistrobina (25) Lambdacialotrina (24), Tebuconazole (23), Cipermetrina (21), Difenoconazole (21), Bifentrin (17), Fludioxonil (17).
Respecto al perfil toxicológico entre los 80 principios activos hallados, el informe precisa que el 75 por ciento actúan como alteradores hormonales y como disruptores endocrinos, de acuerdo al inventario de información científica disponible y la clasificación en la UE. Mientras que el 49 por ciento son agentes cancerígenos —pueden generar una carcinogénesis en el organismo humano a través del consumo de alimentos que lo contienen como un residuo—, de acuerdo al inventario de información científica disponible y clasificaciones de entes regulatorios como la Agencia de Investigación del Cáncer (IARC-OMS).
Por último, el 20 por ciento son inhibidores y su acción de paralizar la transmisión de los estímulos nerviosos de los insectos puede extenderse a los seres humanos “que se ven expuestos, directa (fumigaciones aéreas o terrestres) o indirectamente (residuos en alimentos) a estos tipos de químicos”, apunta el documento.
Seguí leyendo:
Agroquímicos: Científicos de la UNL detectaron “alto deterioro ambiental” en arroyos de Santa Fe
El INTA dejará de estudiar el impacto del uso de agroquímicos en el campo
Denuncian que el INTA censuró una investigación sobre contaminación con agroquímicos en humanos