Periferia

11 de Abril de 2021

Gabriela Calderón: “Gran parte de la población está expuesta a tomar agua contaminada por agroquímicos”

Una de las integrante del Grupo Aguas, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, dio detalles de la detección de Glifosato en las napas de cuatro escuelas y un jardín de la ciudad bonaerense.

Tras la detección de Glifosato en el agua corriente de cuatro escuelas y un jardín de la ciudad de Mar del Plata, registrado en un informe de la Universidad Nacional de Mar del Plata, a través del Grupo multidisciplinario Aguas, una de las integrantes y responsables del estudio, Gabriela Calderón, contó detalles del hallazgo.  

Fue a mediados de marzo, que este grupo de extensión, que realiza tareas vinculadas con la problemática del agua en distintos barrios periurbanos de la ciudad de Mar del Plata, en el partido bonaerense de General Pueyrredón, encontró muestras de agua con presencia del agroquímico, en los establecimientos escolares.   

Calderón, quien es arquitecta, Doctora en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata y becaria del CONICET, explicó que “a medida que desde los territorios surgió la inquietud de agroquímicos hicimos estudios de análisis químicos, y en este informe hicimos estudios de glifosato y AMPA, y quedaron pendientes estudios de Pirifos y se solicitó permiso a los centros escolares para realizar estos estudios”. 

La zona en la que se halló el compuesto, utilizado extensamente por los productores rurales para la siembra, en las plantaciones, es el oeste de la ciudad, a la vera de la ruta nacional 226, y que integra el cinturón frutihortícola. 

“En estas escuelas encontramos 22.3 microgramos y 14,1 por litro de agua, aquí en Argentina no hay normativa, no hay parámetros legales que fijen los límites de la cantidad que se permite encontrar en aguas, pero en países europeos el límite de presencia de agroquímicos en las aguas es de 0,1 microgramos por litro de agua”, explicó Calderón. 

“La problemática de la calidad del agua surge de hace mucho tiempo, que pasa con la calidad del agua en lugares dónde no llega el servicio, dónde no hay cloacas tampoco, y dónde se evidencia la contaminación, son áreas de expansión de múltiples usos agrícolas intentsivos y extensivos, con expansión de áreas residenciales, y al expandirse áreas urbanas, y al no haber cloacas se dan cuestiones problemáticas”, dijo Gabriela Calderdón. 

Gabriela Calderón aseguró que “el modelo productivo está teniendo impacto en el agua subterránea, que es la fuente de agua para todo uso en el sudoeste bonarense” y aseguró que “creemos que una gran parte de la población está expuesta a tomar agua contaminada por agroquímicos y por nitratos, relacionado con el uso de agroquímicos y de fertilizantes”. 

La especialista consideró que “no es una situación aislada” y puntualizó en las perforaciones precarias existentes en las zonas periurbanas, pero además señaló la existencia de falta de control por parte del Estado: “No se respetan las normativas vigentes que es que no se pueden realizar fumigaciones a menos de mil metros de la zona urbana”. 

“El código alimentario argentino establece parámetros de compuestos para definir la potabilidad del agua, dentro de los cuáles no están los agroquímicos como el Glifosato, el AMPA, entonces es necesario empezar a considerarlo para tener un valor guía sobre estos compuestos para tener idea de la potabilidad del agua cuando estamos en presencia de agroquímicos”, explicó Calderón, y señaló que “existe una normativa una normativa que establece 300 microgramos de límite, pero no es de consumo de aguas, sino de desechos”. 

De acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina es el país que más glifosato usa en el mundo per cápita. Son 10 litros por habitante por año. Cuando comenzó a utilizarse hace más de décadas, se usaban en el país 3 litros de glifosato por hectárea por año y hoy el promedio es de 15 litros de glifosato por hectárea por año.   

“Hay estudios en todo el país sobre la cuestión epidemiológica ligada al glifosato”, explicó Calderón, y concluyó que “este debate con la ordenanza de los mil metros, fue judicializada, la corte falló a favor de los mil metros de distancia para fumigar, pero los productores se movilizaron, pero los mil metros no se cumple en la realidad, y seguimos teniendo estos problemas de fumigaciones cercanas a las escuelas”. 

“Los vecinos llaman a la policía ecológica y no responden y llegan tarde”, contó Calderón y sostuvo que “en el caso de una escuela se encontraron compuestos elevados y obras sanitarias de Mar del Plata proveyó agua embotellada a la escuela, las respuestas son a muy corto plazo, y no atacan el problema”. 

“En la red donde trabajamos la problemática ambiental es fuerte”, contó la becaria postdoctoral del CONICET. 

Gabriela Calderón, de perfil

Gabriela Calderón es becaria posdoctoral del CONICET, Doctora en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, Arquitecta, especializada en Ambiente, Conservación y Sustentabilidad y Planificación de la expansión urbana. Su tema de investigación está ligado al Ordenamiento Territorial y la gestión de riesgos de origen hídrico en áreas de expansión urbana, e integra el Instituto de Hábitar y Medio Ambiente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata. 

Los informes del Grupo Aguas pueden conocerse en el sitio grupoaguas.mdp.edu.ar.

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