Periferia

3 de Julio de 2022

Mariano Barrera / Doctor en Ciencias Sociales I Investigador del CONICET y FLACSO I Especialista en Economía Política y Tecnología.

Salarios: El convenio colectivo en CONICET sigue siendo la clave

A la pauperización salarial del macrismo le siguió un proceso de recomposición de ingresos, pero la estrategia del Gobierno tiene impactos negativos a mediano y largo plazo.

El primero de junio, hace algo más de un mes, se cerró la paritaria de la administración pública nacional que, para el caso de los trabajadores y trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, permitió alcanzar un aumento nominal de los ingresos del 60% hasta marzo de 2023 con una revisión en octubre de este año: 16% en junio, 12% en agosto, 12% en octubre, 10% en enero de 2023 y otro porcentaje similar en marzo. Dado que los aumentos no son acumulativos como sucedía en la década anterior, sino que se toma el mes de mayo como base para considerar los incrementos, el aumento nominal es, como se mencionó, del 60%.

Dos semanas después, el gobierno nacional informó una nueva jerarquización del 10% para los investigadores e investigadoras, personal de apoyo y becas, que comenzará a abonarse a partir de agosto. Es decir, los incrementos de la paritaria nacional sumados a este adicional por jerarquización permitirían alcanzar un aumento nominal hasta mayo de 2023 del 76% , de no mediar otras actualizaciones en la revisión prevista.

Se mantiene la recomposición salarial

En base a la estimación de inflación publicada por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), estos incrementos permitirían mantener la senda de recomposición salarial luego de la caída del 43% transcurrida durante el gobierno de la alianza Cambiemos, a la que se sumó la pandemia con retrasos en la actualización de los ingresos de los trabajadores y trabajadoras del Estado nacional. En consecuencia, tal como se advierte en el Gráfico N° 1, luego de haber alcanzado el nivel más bajo en septiembre de 2020 (50,9), hasta mayo de 2022 el salario de un investigador tuvo una mejora real del 33% (al llegar a 67,5). En la medida en que hasta octubre está prevista una mejora salarial nominal del 54%, se alcanzaría el mayor nivel (84,2) que luego descendería hasta el final de la paritaria (74,2), de no mediar nuevas actualizaciones.

En este escenario, la paritaria 2022, que considera los meses de junio de 2022 a mayo de 2023, terminaría con una mejora real del 10%. En este sendero de recomposición, el poder adquisitivo del salario durante el primer semestre de 2023, sería similar al del año 2007, lo que expresa el recorrido que todavía falta para arribar a los mejores niveles .

El Gobierno anuncia 10% de aumento en jerarquización salarial para el CONICET

En cuanto a las becas, dado que en el primer semestre de 2020 recibieron un aumento nominal del 52%, la recomposición más fuerte la tuvieron en esa etapa y luego, con sus más y sus menos, mantuvieron el poder adquisitivo del ingreso que perciben (Gráfico N° 2). Hacia mayo de 2023, de no mediar nuevos aumentos y de cumplirse la proyección publicada por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), el poder de compra de las becas se situaría 18,7% por debajo del de noviembre de 2015. Es decir, para alcanzar el nivel previo al gobierno de Macri, deberían tener un aumento adicional real del 23%. Los investigadores e investigadoras, por su parte, necesitarían un incremento real del 35% ya que el nivel salarial de mayo de 2023, ceteris paribus, sería 25,8% menor al de noviembre de 2015.

CONICET: los salarios se deterioran y se reactiva el reclamo por un convenio colectivo propio

El cambio de estrategia salarial

La información presentada permite sostener que se está asistiendo a un paulatino pero persistente proceso de recomposición de los ingresos. Sin embargo, cabe realizar algunos comentarios sobre sus características.

Si se analizan las actualizaciones salariales de la administración de Alberto Fernández respecto de las realizadas durante los años 2007-2015 por Cristina Fernández, se advierte un cambio de estrategia que se puede sintetizar en cuatro puntos: 1) Mayor fraccionamiento de los incrementos; 2) Mayores aumentos en el segundo semestre o en el año siguiente; 3) Incrementos no acumulativos; 4) Mayor peso de las jerarquizaciones en la recomposición.

“Investigar es Trabajar”, el reclamo laboral se sostiene en el CONICET.

En las ocho paritarias de la gestión de Cristina Fernández se otorgaron incrementos que, salvo alguna excepción, se aplicaban en los meses de junio y agosto, es decir, en el primer trimestre del acuerdo paritario y que fueron acumulativos, esto quiere decir que el segundo incremento se aplicaba sobre el salario vigente y no el del mes anterior al del inicio de la paritaria. A su vez, el aumento más fuerte se otorgaba en el del mes de junio.

Paritarias: ATE pidió una suba especial de salarios para ciencia y técnica

Este no es un dato menor ya que permite una fuerte recomposición inicial del salario mejorando sensiblemente los valores reales en los primeros meses. Esto se expresa en el efecto “serrucho” de esos años (Gráfico N° 1). Pero también, porque al darse antes de julio, la mayor parte del incremento tenía efectos positivos sobre el aguinaldo. Sólo por poner un ejemplo: en 2008 el aumento nominal fue del 19,5% en dos tramos, junio y agosto, y en el primero de los meses se registró el incremento del 10%. Por último, en esos ocho años, sólo hubo una jerarquización.

Sin embargo, desde 2020 cambió la estrategia del gobierno. En ese año, la paritaria se fragmentó en cuatro partes. Al siguiente en ocho. Y en 2022, en el acuerdo inicial, sin considerar la posible revisión, se establecieron cinco cuotas. En promedio, se trata de seis aumentos por año, el triple de los registrados como media en el período 2007-2015. Por otra parte, no sólo se fragmentaron los aumentos sino que en los meses iniciales se otorgan los porcentajes más bajos. Tomando como ejemplo la paritaria 2021 que, sin la jerarquización obtuvo un aumento del 64%, la primera cuota que se pagó en junio fue de apenas el 10%, y si se suma la de agosto el incremento fue inferior al 20%. Y casi la mitad del aumento de la paritaria se otorgó al año siguiente. El efecto práctico de este proceso es similar al mencionado anteriormente, pero en sentido opuesto. Los aumentos son más moderados y la recuperación del poder adquisitivo es a lo largo de la paritaria. De ahí que no se registre un efecto “serrucho” sino una curva inclinada pero con menos “oscilaciones”.

Los problemas de la jerarquización como estrategia de mejora salarial

En este contexto, las mejoras salariales se lograron a partir de las sucesivas jerarquizaciones otorgadas: tres desde que asumió. Como se advierte en el Gráfico N° 3, desde agosto de este año, dos terceras partes del salario de un investigador asistente estará explicada por la jerarquización, mientras que el básico tendrá una incidencia menor al 10%, cuando antes de 2004 el peso era del 44%.

Convenio colectivo propio, el reclamo que se reitera entre trabajadores y trabajadoras del CONICET.

Esto que prima facie puede resultar indiferente, tiene impactos directos sobre los ingresos de los trabajadores y trabajadoras del organismo. Por ejemplo, la remuneración por título de doctorado es el 25% del básico conformado que se constituye a partir de la suma de: básico + suplemento por actividad prioritaria + dedicación a la investigación + dedicación exclusiva. A su vez, cada uno de estos componentes (dedicación exclusiva, etc.) se constituyen a partir de un porcentaje del básico. En consecuencia, la desactualización del básico impacta directamente en menores importes de los ítems mencionados y, por ende, del título de doctorado. A modo ilustrativo: en agosto un investigador asistente cobrará alrededor de $8.300 brutos por título de doctorado. Pero si el pago por título se hubiera actualizado en función de la evolución de la remuneración (salario bruto) percibida entre 2003 y 2022 (que se refleja en los Gráficos arriba mencionados) y no por la evolución del básico , en agosto ese investigador o investigadora debería cobrar $39.000 brutos por el título. Es decir, $30.700 más.

Otro ejemplo que se puede realizar a modo ilustrativo es el impacto que tendría en la antigüedad y en los informes aprobados. A diferencia del título, la antigüedad y los informes son porcentajes que se suman año a año. Tomando el sueldo neto de agosto de un asistente ($193.000) que tiene tres años de antigüedad e igual cantidad de informes aceptados, por estos ítems va a cobrar $2.695 por mes. Sin embargo, haciendo el ejercicio de mantener el mismo sueldo neto ($193.000) pero eliminando la jerarquización e incorporando una parte al sueldo básico (hasta llegar a un sueldo neto de $193.000), por esos mismos conceptos un asistente debería cobrar $7.650 por mes, es decir, una diferencia de $4.955 por mes. El impacto positivo sobre el salario sería del 3% de su salario. En el año, esto da una diferencia a favor del investigador de $64.409 por año (Gráfico N° 4).

Aplicando el mismo ejercicio a un investigador principal, en la medida en que la cantidad de informes aprobados y de años en el sistema son mayores, el monto que está dejando de percibir por la licuación de los coeficientes de los componentes adicionales al sueldo básico alcanza los $489.120 por año, el 12% de su sueldo.

El análisis realizado permite vislumbrar el impacto nocivo que tiene la jerarquización sobre la estructura salarial de los investigadores e investigadoras. Por convenio, cada año de antigüedad debe ser remunerado con el 2% del básico y cada informe aprobado con el 2% del básico conformado. Medido sobre el sueldo bruto, estos coeficientes actualmente representan el 0,19% y 0,28% respectivamente, cuando en realidad, antes de la jerarquización eran equivalentes al 0,53% y 0,80%, respectivamente. Se trata, de una licuación del 65% que impacta en un aplanamiento de los salarios a largo plazo en el devenir de la carrera.

Es por esta razón que deviene imprescindible, en una primera instancia, que las recomposiciones salariales sean a partir del aumento del básico y no a través de seguir otorgando adicionales de jerarquización. Incluso, que sería un paso positivo que la jerarquización sea absorbida por el básico, como realizan algunos sindicatos que en momentos de crisis consiguen sumas por fuera del básico y luego las incorporan. En una segunda instancia, se debería lograr un convenio colectivo propio que atienda las necesidades de la investigación en la Argentina y que permita alcanzar mejoras salariales sin que sean a expensas de la flexibilización de los ingresos.

¡Sumate a la Comunidad de Periferia!

Periferia Ciencia se sostiene fundamentalmente gracias a una comunidad de lectores que todos los meses, de acuerdo a sus posibilidades, hacen su aporte. ¿Querés que exista un medio como Periferia?