El intendente de Canelones, Yamandú Orsi, en una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou, presentó una propuesta para que Uruguay produzca vacunas, pero inmediatamente, salieron a cuestionar la iniciativa por la falta de viabilidad económica de una planta de producción propia.
Especialistas como el exintendente de Montevideo (2005-2010) y científico, Ricardo Ehrlich, y el integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rodney Colina, señalaron que el proyecto de Orsi puede ser posible “si Uruguay hace acuerdos con otros países” y destacaron que sería “clave para defender la soberanía sanitaria de Uruguay”.
Un proyecto “no tan descabellado”
Orsi se reunió de manera virtual, durante esta semana, con científicos para evaluar la posibilidad a futuro de producir vacunas en Uruguay contra la COVID-19, y ofreció su departamento (Canelones) para instalar, eventualmente, los laboratorios adecuados.
La propuesta se la planteó a Lacalle Pou durante la reunión que mantuvieron el martes los intendentes frenteamplistas (de Montevideo, Canelones y Salto) con el mandatario en la Torre Ejecutiva. “A partir de los estudios y consultas que hemos hecho, no parece una idea tan descabellada”, sostuvo Orsi en una conferencia de prensa que brindó con sus correligionarios al finalizar la reunión.
El intendente aseguró que Canelones tiene la infraestructura adecuada y habló del “corredor logístico” de la ruta 101 como un ejemplo.
Dijo que se puede hacer como ocurre en Brasil, tras un acuerdo entre un laboratorio local y Sinovac, en China, donde se creó la vacuna Coronavac, que también se produce en San Pablo producto del acuerdo con el Instituto Butantan. O como se hace en Inglaterra con la vacuna de AstraZeneca, que se produce en sociedad con la Universidad de Oxford, dijo Orsi.
“Es una posibilidad no tan distante”, valoró Orsi quien recordó que Canelones cuenta con el Parque de las Ciencias, una zona franca con laboratorios, así como con el “corredor logístico” de la ruta 101.
“Es el desafío que tenemos para el próximo tiempo. El año que viene ya tendríamos que estar pensando en eso, porque esto de la vacunación va a seguir. Esta y otras vacunas”, manifestó Orsi.
Consultado por la prensa sobre qué respuesta obtuvo del presidente, Orsi dijo que “se manifestó de acuerdo” y que incluso “hay algunas ideas sobre la mesa”. El intendente sostuvo que se puso a disposición el parque industrial donde se encuentra el Datacenter de Antel “para desarrollar un hub de logística para proveer vacunas, pero también para desarrollar”.
Críticas por la inviabilidad de la iniciativa
“Desde el punto de vista del desarrollo del país, creo que sería importante que Uruguay desarrolle algunas capacidades para generar los principios activos de las vacunas, investigar sobre la posibilidad de generar algún aspecto de la cadena de producción de vacunas, pensándolo en un contexto regional. (?) Lo único es que hay un tema de mercado, que somos pocos. Para que sea rentable y sostenible en el tiempo, el proyecto tiene que trascender las fronteras de Uruguay”, dijo Colina.
“¿Qué puede hacer Uruguay? Por un lado, asociarse a los distintos niveles de la cadena de producción de vacunas, pero también tiene capacidades para poder hacer desarrollo e investigación. Hay que dosificar la inversión y cómo lo hacemos, también tiene que haber un vínculo con socios regionales e internacionales”, afirmó Ehrlich.
Por su parte, Colina señaló que Uruguay es “el hermano más chico del Mercosur”, por lo que generar una planta de producción de vacunas es “muy caro y no es rentable” para la población uruguaya. Sin embargo, consideró que Uruguay podría tener un “importante desarrollo” en la parte previa a la generación de las vacunas.
“Para abastecimiento propio, somos una pequeña población y pensando a nivel internacional, la competencia es muy dura y hay un tema de acceso a patentes. Ahí se generan distintas alternativas. Hay ejemplos en nuestro propio continente latinoamericano, como Argentina y México, que se han ido asociando a distintas empresas e instituciones a nivel internacional para poder estar en un circuito vinculado a la producción o a los ensayos clínicos”, afirmó Ehrlich.
Sostuvo que las comunidades científicas de los países latinoamericanos tienen “vínculos estrechos” e “intercambios regulares” de experiencia, formación e información.
“Son temas a explorar pensando en la soberanía a nivel regional y en el continente. Trabajo compartidos y asociados, pero también pienso que se puede dar a nivel extra regional. Uruguay tiene capacidades de diseño, de investigación, pero requiere inversiones, tiempo y puede ser una cosa interesante”, agregó.
Por su parte, Colina afirmó que también se debería hacer un estudio de mercado para ver qué tan viable es desarrollar una planta de vacunas con capacidades de inserción en el mercado internacional.
“Ahí podrían ser países latinoamericanos o asiáticos, africanos. Hay un desarrollo gigantesco de las industrias farmacéuticas más grandes del mundo. Ahí está el modelo a seguir y hay que analizar si tiene que ser un emprendimiento público o privado”, agregó.
Sostuvo que, en estos emprendimientos, la gestión debe ser del ámbito privado y la investigación, desarrollo y creación de los componentes debe estar en manos de los académicos.