Desde su creación en 1991, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) es una referencia regional indiscutida en la industria satelital.
Sin embargo, desde la asunción del gobierno de Javier Milei, la asfixia que está liquidando a todo el sistema científico golpea con particular fuerza a este pequeño organismo que actúa como el “arquitecto” del Plan Espacial Nacional enhebrando el aporte de numerosos grupos de la ciencia y pymes locales.
Virtual disolución
El resultado es que, si no hay un cambio de rumbo a la brevedad, va en camino a su virtual disolución por la pérdida de recursos humanos, la paralización de sus proyectos… y las numerosas deudas que no está pudiendo pagar.
Una señal aún más preocupante es que en el Proyecto de Ley de Presupuesto 2026 presentado por el Poder Ejecutivo, que profundiza el ajuste para el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, la Conae es uno de los organismos que encabeza los recortes con un 34,6% de descenso, junto con el INTI (17,9%) y la CNEA (14,1%).
El Conicet, cuyo presupuesto se invierte mayormente en sueldos, declina en un 6,2%, según el último informe del grupo Economía, Política y Ciencia (EPC). De acuerdo con este trabajo, INTI y CONAE rondan el 60% de deterioro desde 2023. La pérdida de recursos si uno compara con 2015 es de un dramático 86,1%.
Migración de talentos
“Desde que asumió Macri hasta hoy, con un breve interludio mientras Daniel Filmus era ministro, la Conae cayó en picada –sintetiza Emiliano Baum, coordinador del área de Tecnología de la Información del Segmento de Estaciones Terrenas–. Hoy nos encontramos en una situación grave. Estamos completamente desfinanciados; incluso no se están ejecutando los fondos internacionales. Hay emigración de personal y los que se van son las personas que tienen mayor nivel de capacitación, sean técnicos o profesionales científicos. Ya se fueron alrededor del 20%“.
“En el momento que más gente tuvimos, éramos alrededor de 315, ahora, 260. De las 55 personas que se fueron, 45 lo hicieron por bajos salarios o proyectos que se caen. Lo mismo pasó en VENG, la empresa dependiente de Conae a cargo del proyecto de lanzador satelital Tronador II. Hubo 25 despidos, más del 20% de la planta”, explicó Baum.
Como este último proyecto está paralizado, están probando subsistemas. Pero no hay fondos. De hecho, fueron a buscar algunos materiales que habían quedado en [la base de] Pipinas y se estaban deteriorando, y no tienen plata ni siquiera para pagar el flete a Córdoba”.
Lo mismo ocurre con el satélite Sabia-Mar: aunque ya se desarrolló en un 80%, no tiene garantizado su lanzamiento porque Conae no está pudiendo pagar sus compromisos, algo que confirmó una alta fuente de la Agencia. Tiene deudas con Invap, con Viasat, empresa norteamericana que provee antenas, con proveedores de software, de procesadores, que en varios casos hubo que comprarlos afuera porque se fue la gente que los sostenía, destaca Baum.
Sin estructura ni directorio
Para agravar la situación, si bien no modificaron la estructura por decreto, la Agencia está sin directorio (el mandato venció a principios de 2024 y nunca lo renovaron) y el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, “envió a tres personas a controlar hasta cuánto se gasta en café, aunque no tienen cargo designado: Eduardo de Montmollin, que viene de la Casa Moneda, Georgina Gionferri Todarelli, de la Andis, y Héctor Griffini ”, subraya Baum, que también es delegado de ATE en el Centro Espacial de Córdoba.
Algo similar sucedió en Veng, donde se designó a tres directores (los licenciados Mariano Javier Luna y Martín Suárez Gazzero, y el ingeniero Cristian Cuba) que se quedaron con la gerencia general, de legales y de la administración.
Como los sueldos no fueron actualizados, los más bajos rondan los 800.000 o 900.000 pesos. “Yo puedo conseguir trabajo en otro lado, incluso ya recibí ofrecimientos –dice Baum–. Me quedo por amor al proyecto. Si ellos quieren venir por nuestra cabeza, que vengan. Nosotros vamos a aguantar todo lo que podamos, pero no vamos a dejar que lo destruyan gratis”.
EN LA CONAE ESPERAN UNA RESPUESTA
La Conae atravesó muchos gobiernos, pero si se incorporan personas que carecen de las capacidades técnicas indispensables y no se pueden pagar los sueldos de las personas que operan los satélites en órbita, está en peligro de caer en el descrédito internacional, algo que será difícil recuperar.
En este momento, están a la espera de la respuesta a un pedido formal de refuerzo presupuestario para lo que resta del año.