Periferia

1 de Septiembre de 2025

El presidente del INTA, con los días contados tras el revés legislativo y judicial contra la motosierra de Milei

El Gobierno le notificó a Nicolás Bronzovich que no habrá cambios y que en el organismo se vuelve a la vieja gobernanza del Consejo Directivo. ¿Cuánto le cuesta al país la aventura libertaria de querer desguazar el INTA?

Tras el revés parlamentario y judicial que recibió el gobierno de Javier Milei sobre su plan de desmantelamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el presidente del organismo, Nicolás Bronzovich, tiene los días contados.

Es que desde el gobierno nacional ya sostienen que no hay marcha atrás, y reina el desconcierto entre las principales figuras del Poder Ejecutivo, Javier Milei, Federico Sturzenegger y Luis Caputo.

Claro, es que el jueves 21 de agosto el Senado confirmó el rechazo a los decretos que desmantelaban el emblemático organismo científico especializado en generar innovación y transferencia hacia el sector agropecuario y ganadero, a lo que se sumó una decisión de la justicia de avalar una medida cautelar presentada por los gremios de APINTA y ATE contra esos mismos DNUs.

Milei, en el callejón sin salida de su ideología

Los decretos en cuestión son el 462/2025, que transformaba la estructura del INTA para centralizarla en el Ministerio de Economía, reduciendo la capacidad del organismo de controlar sus fondos y acciones; el 571/2025, que disolvía la Dirección Nacional del INTA, centralizando todas las decisiones en la figura del presidente del organismo (Nicolás Bronzovich); y la disposición del Ministerio de Economía que decidió el pase a disponibilidad el mismo 21 de agosto a 286 trabajadores del organismo.

Todo eso volvió atrás, y ahora en el organismo científico ya se discute la reactivación de la gobernanza histórica, con el Consejo Directivo y las universidades nacionales en funciones. La derrota del gobierno nacional fue total y devastó la estrategia libertaria, completamente focalizada en las facultades delegadas.

Es que claro, Milei sólo apostó a su pulsión ideológica de destruir el Estado como sea y creyó que la virulencia dantesca del personaje que creó le alcanzaría para llevar adelante sus planes personales. Sin embargo, desde hace dos semanas tiene que ceder a que vive en un país democrático, con instituciones sólidas, con logros (además de los desaciertos) tendientes al desarrollo y que no alcanza con agruparse con fanáticos ciegos de su ideología como Sturzenegger, Caputo y Bronzovich.

“No hay plan B” para el INTA

“No hay plan B”, le admitieron desde el gobierno nacional a los gremios que representan a los trabajadores del INTA. En este sentido, Bronzovich, quien la semana pasada se reunió con los trabajadores y no pudo ni responder las preguntas que le hacían, ya ve la puerta de salida del INTA mucho más nítidamente.

Así, la figura de presidente del INTA, creada por el gobierno nacional para que haga de correa de transmisión de las decisiones del Ministerio de Economía le costó al país $36.109.804.17 pesos, que es el equivalente al sueldo que cobró Bronzovich desde que asumió en octubre de 2024.

Casi un año después, la aventura libertaria de desguazar el INTA fue todo pérdida si, además, se tienen en cuenta daños como el remate del edificio Cerviño (en Palermo) a precio vil (comprado por Eduardo Elzstain, empresario amigo de Milei), la baja de teléfonos celulares con los datos de contacto de miles de productores agropecuarios, la suspensión de líneas de investigación claves para la innovación en la actividad agroganadera y el “manotazo” que el gobierno le dio a los fondos que correspondían al INTA por la venta del edificio de Palermo.

Marcha atrás

Además de la decisión del Congreso, aparece la decisión del Juzgado Federal en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo de San Martín, a cargo de la Jueza Federal Martina Isabel Forns, quien dio curso a los recursos presentados por los gremios y determinó que el Estado Nacional (Poder Ejecutivo Nacional) «deberá abstenerse de ejecutar cualquier acto administrativo que derive de la aplicación del Decreto N° 462/2025, artículos 59 a 69».

Recordemos que el Decreto N° 462/2025 es uno de los últimos que presentó el desregulador Federico Sturzenegger, y a través del cual se modificó la estructura organizativa del INTA e INTI, y se disolvió el INASE, entre otros organismos públicos.

Nicolás Bronzovich, presidente del INTA.

Bronzo atado de pies y manos

La notificación de Novoa deja expresamente detallado que el actual Presidente del INTA no podría hacer ninguna modificación «incluyendo reubicaciones, traslados, cesantías, suspensiones, pases a disponibilidad de personal o supresión de estructuras vinculadas al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, por el plazo de seis (6) meses a partir de la notificación de la resolución judicial».

Quiere decir que «Bronzo» no podrá hacer ninguna modificación en los recursos humanos del INTA, así como tampoco cerrar estaciones experimentales u otra organización que ya exista, ni rematar tierras.

Motosierra sin nafta

De esta manera, la Resolución 1240/2025 del Ministerio de Economía de la Nación, por la cual se pasaba a disponibilidad a casi 300 trabajadores del INTA, también queda sin efecto porque, caso contrario, estaría incumpliendo con la Justicia Federal.

Cabe destacar además que el juzgado ratificó y amplió la mencionada medida cautelar, «disponiendo la imposición de sanciones por cada día de incumplimiento y conminando a la observancia inmediata de lo resuelto«.

Esto quiere decir que si el Estado, a través de la gestión de Bronzovich, llegara a realizar algun cambio en el personal del INTA, será multado con 10 millones diarios por imcumplimiento.

Vuelve el Consejo Directivo

Pero el nuevo escenario es todavía más complejo que aquel, porque caído el decreto 462/2025, ahora el INTA debería volver a su situación original y recuperar el sistema de mandos y gobernanza que se vino a modificar con ese decreto presuntamente desregulador y honestamente destructivo.

De hecho, con su avanzada el Poder Ejecutivo descabezó el Consejo Directivo del INTA, una institución colegiada que debía tomar las decisiones políticas en el organismo, reemplazándolo por presidente plenipotenciario, que respondía linealmente al secretario de Agricultura de turno.

Bronzovich, que proviene de Aapresid y responde directamente al secretario Serio Iraeta promovía que el INTA elimine la extensión e investigue solamente cosas favorables al agronegocio.

Preocupación y desconcierto del gobierno libertario.

De Topo que destruye el Estado a dar marcha atrás en ojotas

Pues bien, trascendió que posiblemente este mismo lunes el gobierno convoque a las cuatro entidades de la Mesa de Enlace a discutir (o darles instrucciones) sobre el futuro del INTA. En realidad, no tiene mucho más remedio que hacerlo, porque el estado de desgobierno en que ingresó el organismo con todo este manoseo es peligroso, como consigna el medio Bichos de Campo.

En lo inmediato Bronzovich e Iraeta deberían aceptar el regreso del Consejo Directivo del INTA como principal instancia de decisión política. En definitiva, recuperar el sistema de conducción colectivo, donde había diez consejeros que votaban todas y cada una de las decisiones que se tomaban allí.

Tres eran representantes del Poder Ejecutivo (entre ellos el actual presidente y su vice, Pilu Giraudo, migrada ahora al Senasa), dos de las facultades públicas de Veterinaria y Agronomía, uno por los Grupos CREA, y cuatro (si, cuatro) por las entidades gremiales que conforman la Mesa de Enlace.

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