El director de Vinculación de la Secretaría de Ciencia de la provincia de Córdoba, Emilio Iosa, se reunió con autoridades del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), ocasión en la que valoró el apoyo del Gobierno provincial a la ciencia aplicada y a la tecnología soberana.
La semana pasada, el gobernador de la provincia, Martín Llaryora, salió a respaldar a los organismos de ciencia como el INTA, el INTI y el CONICET, ante el avance del decreto 462/2025 que propone el desmantelamiento y la centralización de los institutos nacionales (INTA e INTI).
Pero, además, de cara a la presentación en el Congreso Nacional, de una decena de proyectos para derogar y anular el decreto.
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La importancia del INTI en la provincia, en medio de un escenario nacional marcado por el desfinanciamiento de la ciencia, el achicamiento del Estado y el debilitamiento de las instituciones públicas vinculadas al conocimiento, la decisión del Gobierno de Córdoba de respaldar y fortalecer la presencia del Instituto, no es solo una toma de posición técnica: es una declaración política.
En diálogo con el medio LNM, Iosa se pronunció acerca de la trascendencia del INTI y sostuvo: “La presencia del Instituto no es solo una toma de posición técnica: es una declaración política, una definición de futuro y una apuesta concreta por un modelo de desarrollo productivo, inclusivo, federal y basado en el conocimiento”.
“Porque cuando hablamos del INTI -dijo-, no hablamos de una oficina más del Estado. Hablamos de una institución clave en la arquitectura del país industrial”, añadió.
Apoyo al INTI desde Córdoba
En tanto, el Instituto es un actor imprescindible que, desde hace más de 65 años, cumple una función estratégica: vincular ciencia y tecnología con la producción real, ayudar a las pymes a innovar y mejorar, transferir saberes técnicos al entramado industrial, acompañar procesos de calidad, trazabilidad, seguridad y eficiencia energética, certificar normas, y promover nuevas tecnologías aplicadas a sectores tan diversos como la metalmecánica, la biotecnología, los alimentos, la robótica, el reciclado y la transición energética.
“Córdoba necesita al INTI, y el INTI necesita de Córdoba. La provincia de Córdoba tiene una de las matrices productivas más potentes del país y su combinación de agroindustria, industria metalúrgica, tecnología aplicada, maquinaria agrícola, biotecnología, energía renovable y talento humano calificado la posiciona como un nodo industrial y científico de primer nivel. Sin embargo, toda esa potencia necesita articulación. Y ahí es donde entra el INTI“, dijo el funcionario, en línea con las declaraciones del gobernador, Martín Llaryora.
“El acompañamiento técnico del INTI es muchas veces el eslabón que permite a una pequeña empresa pasar de producir para el mercado interno a exportar”, dijo Iosa, y sostuvo que “es el organismo que garantiza que lo que se fabrica en un taller cordobés cumpla con las normativas internacionales. Es el socio técnico que ayuda a reducir desperdicios, optimizar recursos, bajar la huella ambiental y aumentar la competitividad. En definitiva, es el brazo tecnológico del desarrollo industrial”.
“Córdoba ha elegido caminar en otra dirección. Y ese camino -el de la ciencia aplicada, la tecnología al servicio de la producción y el desarrollo con inclusión- no solo es el más inteligente, es, también, el más esperanzador”.
A principios de febrero, Emilio Iosa asumió como director de Vinculación de la Secretaría provincial de Ciencia y Tecnología que gestiona Pedro Dellarrossa.
El INTI, pilar para el crecimiento industrial
Para Iosa, “resulta tan importante que Córdoba no solo defienda la presencia del INTI en su territorio, sino que la amplifique, la apoye y la convierta en pilar de su estrategia de crecimiento. Porque lo que está en juego no es un ente, ni una estructura burocrática; lo que está en juego es el tipo de provincia que queremos ser.
“La actual gestión nacional ha optado por un rumbo que desfinancia la ciencia, menosprecia la investigación pública, y busca debilitar instituciones claves como el Conicet, el INTA o el propio INTI. Bajo la lógica de que todo lo que no produce rentabilidad inmediata es un “gasto”, se está desmantelando una red de conocimiento que tardó décadas en construirse. El problema no es solo ideológico: es profundamente estructural. Un país sin ciencia aplicada no puede competir, no puede innovar, no puede agregar valor, no puede salir de la trampa de la primarización“, dijo Iosa.