Periferia

24 de Junio de 2020

La UNSAM tiene en fase pre-clínica su proyecto de vacuna contra el coronavirus

Es uno de los 128 proyectos que hay en el mundo en esa instancia para inmunizar a la población contra el Sars Cov 2, y podría ingresar en etapa clínica a fin de año. Sus protagonistas.

Un equipo multidsciplinario integrado por doce científicas y cientificos de la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, trabaja en uno de los 128 proyectos que hay en el mundo, de inmunización de la población (vacuna) contra el virus del Sars Cov 2.  

La iniciativa involucra otra vez a la UNSaM, y en especial al Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IBB), desde el que, días atrás, se anunció el desarrollo del segundo test de diagnóstico nacional para la detección molecular del coronavirus (ELA Chemstrip), que ya fue aprobado por ANMAT. 

El equipo que trabaja para desarrollar la vacuna contra COVID-19 está coordinado por la investigadora Juliana Cassataro, quien en 2017 ganó el Premio Houssay en la categoría Ciencias de la Salud, por sus avances en el desarrollo de vacunas orales. 

Sin embargo, el equipo de trabajo se completa con otros once investigadores e investigadoras provenientes de diferentes disciplinas como virología, inmunología, enfermedades infecciosas y estructura de proteínas, entre otras.  

Las fases para el desarrollo de una vacuna 

Cabe aclarar que, antes ingresar a la instancia de pruebas clínicas en humanos, cualquiera de las 128 iniciativas mundiales de solución vacunal contra el coronavirus debe superar esta “fase 0” o preclínica, en la que se encuentra actualmente el proyecto de la Universidad de San Martín, que incluye pruebas in vitro y en animales como ratones. 

Si eso sucede y la vacuna demuestra que es segura y funciona en animales, entonces puede entrar a los estudios clínicos que se dividen en 3 fases, a nivel mundial. La primera, que consta de pruebas en grupos de entre 20 y 100 personas saludables para confirmar que no represente una amenaza para la salud, que sea efectiva, identificar efectos secundarios y determinar cuál es la dosis adecuada. 

La segunda es un estudio a mayor escala en el que participan varios cientos de personas. Aquí se evalúan los efectos secundarios más comunes en el corto plazo y cómo reacciona el sistema inmune a la vacuna; y la tercera es un ensayo mucho más grande en el que participan varios miles de voluntarios.  

En esta etapa se encuentra, en la actualidad, el prototipo de vacuna de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña), que está siendo probada en 2000 personas en el estado de Sao Paulo, en Brasil, en este momento. 

En esta última etapa, se compara cómo evolucionan las personas que fueron vacunadas respecto a las que no. También se recolectan datos estadísticos acerca de la efectividad y qué tan segura es la vacuna. Esta fase también sirve como una nueva oportunidad para identificar otros posibles efectos secundarios que no hayan surgido en la fase 2. 

Sin embargo, muchas vacunas se someten a una “fase 4“, luego de que la vacuna ya ha sido aprobada y recibido una licencia. El objetivo es seguir monitoreando y recolectando información sobre la vacuna. Una vez que la vacuna supere todas las pruebas, puede pasar hasta un año y medio hasta que se comience a distribuir en campañas de vacunación a nivel mundial. 

La etapa pre-clínica 

El proyecto hoy se encuentra en la etapa pre-clínica, y si los resultados de esta instancia son positivos, a principios de 2021, podría estar ingresando en la etapa clínica, para la cual se necesitará mucho más financiamiento. 

“Ahora estamos en la parte en la que los especialistas virólogos y de estructura de proteínas se encuentran eligiendo cuáles son las partes del virus (SARS-CoV-2) que se van a usar en la vacuna, porque nos queremos asegurar que tenga los antígenos de la cepa que circula en nuestra región”, precisaba a fines de mayo, Juliana Cassataro, en diálogo con el portal INFOBAE.  

Durante los seis a ocho meses que quedan por delante, el equipo de doce cientficos y científicas de la UNSaM, trabajará en la respuesta de la fórmula vacunal, en animales 

El trabajo preclínico implica la prueba en ratones, con diferentes adyuvantes o formulaciones “para ver la inmunogenicidad, y ver cual de todos los que probamos da la respuesta que buscamos, que es encontrar anticuerpos neutralizantes del virus”, explicó Cassataro. 

“Lo que vamos a desarrollar es una fórmula de vacunas a subunidad, con proteínas recombinantes, como la que se da contra la Hepatitis B, pero vamos a probar también con adyuvantes conocidos como los que se dan contra la influenza estacional y también probaremos unos compuestos que tenemos patentados con el CONICET y UNSAM que mejoran la administración oral, probaremos las dos cosas, es decir la vía oral y parentenal -se aplica por vía intramuscular o a través de la piel (subcutánea)- y la que funcione mejor y además sea más económica en cuanto a su producción y facilidad de administración es la que vamos a seguir”, detalló la especialista en inmunología. 

Este proceso está siendo financiado con cien mil dólares por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, tras haber quedado seleccionado entre las 72 “Ideas Proyecto” de la convocatoria “IP Covid”, para presentar soluciones científicas y tecnológicas ante el avance de la pandemia de coronavirus. 
  
La Etapa clínica 

En una nota publicada ayer por la Universidad de San Martín, Juliana Cassataro explicó que “hay varios grupos en el mundo que están muy adelantados en la búsqueda de una vacuna contra COVID19, pero podrían no tener éxito, o tenerlo pero no poder producir la suficiente cantidad de dosis. Inclusive podrían no compartir los derechos sobre la patente”.  

En este sentido destacó el desarrollo de la Universidad de San Martín y explicó que “nosotras en la UNSAM tenemos experiencia en el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas. Nos asociamos con otros investigadores de la UNSAM para probar en el laboratorio el concepto de nuestra propia vacuna. Si de acá a 6 u 8 meses obtenemos buenos resultados, buscaremos mucho más financiamiento para comenzar la etapa clínica”. 

El problema de la distribución y la Salud como Derecho Humano 

Si bien hoy existen unos diez desarrollos de vacunas en etapa clínica, uno de problemas adicionales a los que se enfrenta la producción de la vacuna contra el coronavirus, es su descomunal demanda.  

Ello implica que, ante las consecuencias mundiales de la pandemia de coronavirus, que al día de hoy tiene más de 9 millones de casos de contagio, y casi 500 mil muertes, será necesaria una estrategia de “horizontalización” de la producción y distribución de la vacuna, con varios laboratorios desarrollándola a la vez, y una chance de uso “colectivo” de la patente.  

Es que la cantidad abrumadora de casos deja a la vista la incapacidad de que sea producida y distribuida por un sólo laboratorio a nivel mundial. 

“Aquí hay un tema de fondo en el desarrollo científico mundial, que es saber cómo compartimos el desarrollo científico”, dijo el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza.  

“Desde 1949 el acceso a las tecnologías científicas es considerado un derecho humano, como la salud o la educación. Uno mira el tema de la vacuna como un desarrollo científico en el que puede haber una patente detrás de su aparición. Pero también está el tema del acceso universal a un desarrollo tecnológico que debe ser compartido a las grandes empresas con capacidad de producción”, especificó Salvarezza. 

En este sentido, remarcó que “si hay solo un país, un solo productor de vacuna, ¿cuánto tiempo se va a tardar en distribuirla a todos? Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los países, se debe abordar el tema. Tenemos que compartir esa patente y que todas las farmacéuticas la obtengan para poder volver a poner en movimiento al mundo”, se adelantó el ministro, y sentenció “hay que humanizar el acceso a los medicamentos y a las vacunas, porque en definitiva es el acceso a la salud”, agregó. 

¿Quiénes son las investigadoras e investigadores de la UNSaM? 

Los científicos y científicas que se encuentran desarrollando este proyecto local de inmunización de la población contra el Sars Cov 2, son doce.  

Juliana Cassataro 

Juliana es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Mar del Plata y doctora por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es investigadora del CONICET y dirige el laboratorio de Inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas del IIB, donde también se trabaja como docente de grado y posgrado. Recibió muchos premios, como el Premio Bunge y Born 2014, Houssay 2017 y la mención del Premio L?Oréal-UNESCO por las Mujeres en la Ciencia. Además, recibió financiamiento de la fundación Bill & Melinda Gates en tres ocasiones. 

Juliana Cassataro (Imagen: UNSaM)

Hoy lidera el grupo de doce investigadores del IIB dedicados a desarrollar una vacuna contra COVID19 a partir de proteínas recombinantes, como las que se usan en Hepatitis B y HPV (Virus del Papiloma Humano). Esta tecnología es la más segura para vacunas y en la que su grupo tiene más experiencia.   

Karina Pasquevich 

Es licenciada en Bioquímica por la Universidad Nacional de La Plata. Hizo su doctorado en Inmunología en la UBA, bajo la dirección de Juliana Cassataro. Hoy trabaja como Investigadora adjunta del CONICET en el grupo de Cassataro en el desarrollo de adyuvantes para vacunas orales, en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-UNSAM). Su función es participar del diseño experimental, de la obtención y purificación de los antígenos de las formulaciones y del estudio de las respuestas inmunes.  
 

Karina Pasquevich (Imagen; UNSaM)

Lorena Coria 

Lorena estudió biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y obtuvo su doctorado en la misma Universidad. Es investigadora del CONICET con lugar de trabajo en el laboratorio que dirige Juliana Cassataro en el IIB. En el proyecto de la vacuna COVID-19 integra el grupo de investigadoras con experiencia en inmunología y desarrollo de vacunas que está a cargo del diseño y el testeo de la vacuna en animales.  

Lorena Coria (Imagen: UNSaM).

Diego Álvarez 

Diego es bioquímico y doctor en Virología por la Universidad de Buenos Aires. Hizo una estadía de investigación posdoctoral en Estados Unidos con una beca PEW y fue repatriado por el CONICET en 2014 para crear el laboratorio de Virología Molecular del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM. Su laboratorio se especializa en el estudio de virus de ARN como Dengue y Chikungunya, y ahora SARS-CoV-2. Los conocimientos que genera su laboratorio son claves para el desarrollo de diagnósticos de enfermedades infecciosas. Participó del desarrollo de un kit de diagnóstico rápido de dengue en personas, a cargo de la pyme tecnológica CHEMTEST y ante la irrupción de la pandemia del coronavirus participó de la puesta a punto del kit de diagnóstico indirecto COVIDAR, desarrollado en tiempo récord entre la Fundación Instituto Leloir (FIL), el CONICET y la UNSAM. 

Diego Alvarez (Imagen: UNSaM).

María Laura Darriba 

Laura es bioquímica egresada de la UBA y está transitando el último año de su doctorado en el IIB en el grupo Inmunología, Enfermedades Infecciosas y Desarrollo de Vacunas que dirige Juliana Cassataro. Trabaja en la relación entre la estructura de ciertas moléculas y su función como posible potenciador de la respuesta inmune del organismo. 

En el proyecto de la vacuna Covid-19 participará tratando de obtener, purificar y caracterizar varios de los antígenos que se van a producir y ensayar. Los antígenos son pequeñas partes del virus y junto a los adyuvantes son los componentes principales del tipo de vacuna que se intentará desarrollar.  

María Laura Darriba (Imagen; UNSaM).

Lucas Saposnik 

Licenciado en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Lucas está desarrollando su tesis de doctorado sobre la bacteria Salmonella en el IIB, bajo la dirección de Juliana Cassataro. En el proyecto asiste en la purificación del antígeno que se va a usar en la formulación de la vacuna. 

Lucas Sapsnik (Imagen; UNSaM).

Celeste Pueblas Castro 

Celeste se recibió de biotecnóloga en la UNSAM en marzo de 2019, pero trabaja en el laboratorio de Juliana Cassataro desde 2017, cuando empezó a preparar su tesina de grado. Inició su doctorado en el mismo laboratorio para estudiar el uso de distintos inhibidores de proteasas como adyuvantes para vacunas orales contra enfermedades infecciosas. Esto significa que prueba fórmulas vacunales que contengan proteínas específicas y evalúa la respuesta inmune de los ratones a los cuales se las aplica. 

Celeste Puebas Castro (Imagen: UNSaM).

En el proyecto COVID-19 participará realizando las inmunizaciones en los ratones, una vez que se tengan expresados los antígenos y los adyuvantes. También se encargará medir anticuerpos específicos del tipo IgA e IgG en la sangre y en las heces de los ratones y trabajará en los experimentos celulares, donde se obtienen los órganos de los ratones y posteriormente se analizan sus células para ver si generan anticuerpos específicos contra los antígenos. Es decir, será la encargada de vacunar a los ratones y analizar las muestras para ver si la vacuna es capaz de generar una respuesta inmune específica contra las proteínas del virus. 

Eliana Castro 

Eliana es licenciada en Bioquímica y doctora en el área de Virología por la Universidad de Buenos Aires. Trabaja como investigadora asistente de CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y como docente en la UBA. Desde hace un poco más de un año trabaja en un proyecto conjunto entre el Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT) del INTA Castelar y el Laboratorio de Virología Molecular del IIB-UNSAM bajo la dirección de Alejandra Capozzo (IVIT) y la codirección de Diego Álvarez. El proyecto se centra en el desarrollo de antígenos y virus recombinantes para ser utilizados en la formulación de vacunas para el virus de la diarrea viral bovina (BVDV), que es un virus de interés veterinario.  

Eliana Castro (Imagen: UNSaM). 

En el proyecto de vacuna Covid-19 participó en la redacción del proyecto y actualmente está trabajando en el laboratorio en dos direcciones: 1) la obtención de los antígenos de interés para la formulación de la vacuna y 2) el desarrollo y puesta a punto del sistema de pseudovirus. Este sistema se utilizará para evaluar la respuesta que generan los anticuerpos neutralizantes en animales de experimentación, durante la etapa de estudios pre-clínicos en humanos. 

Claudia Filomatori 

Claudia es licenciada en Bioquímica y Farmacia y doctora en el área de Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires. Trabaja como investigadora Adjunta del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM. 

Claudia  Filomatori (Imagen: UNSaM).

Hasta la irrupción del SARS-CoV-2 su investigación se centraba en estudio de las bases moleculares que controlan la replicación y la evolución del virus Chikungunya. Específicamente, en el laboratorio estudian qué necesita el virus para replicarse en células de mamífero y mosquito, y cómo evoluciona el material genético del virus luego de la infección de estos dos tipos celulares. Su función en el proyecto es estudiar el virus SARS-CoV-2, del cual se sabe muy poco: analiza la variabilidad del material genético del virus que circula en Argentina. El objetivo es elegir al mejor antígeno viral para diseñar la vacuna y asegurar  que sea capaz de proteger contra las cepas virales locales. 

Eugenia Bardossy 

Eugenia es Bioquímica por la Universidad Católica de Córdoba. Está en el cuarto año de doctorado en el laboratorio de Virología Molecular del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM, bajo la dirección de Claudia Filomatori y Diego Álvarez. Su proyecto tiene como objetivo conocer las bases moleculares de la evolución del virus Chikungunya durante la replicación en células de mosquito y células de mamífero.  

Eugenia Bardossy (Imagen: UNSaM).

Dada la experiencia que adquirió en el trabajo con virus de ARN como el dengue y chikungunya, participa en la búsqueda de una vacuna contra COVID19 enfocada en el genoma del nuevo virus Sars-Cov-2. Particularmente, trabaja en el seguimiento de las mutaciones del virus en Argentina, lo cual es sumamente importante para el diseño de formulaciones vacunales que protejan contra las cepas circulantes en la región. Esto es posible gracias a que otros grupos de investigación de Argentina han secuenciado genomas completos de Sars-Cov-2 de pacientes argentinos, y han depositado la información en una plataforma global de genomas de Sars-Cov-2, que permite obtener y comparar datos de distintas regiones del mundo.  

Laura Bruno 

Es técnica superior en microbiología y biotecnología por la ORT. Hoy trabaja como técnica en la UNSAM y la Comisión de Investigación Científica (CIC). Su misión es obtener los adyuvantes para la vacuna contra COVID-19.  

Laura Bruno (Imagen: UNSaM),

Lucía Chemes 

Doctora en Química por la Universidad de Buenos Aires, con estudios posdoctorales en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular de Heidelberg (Alemania), Lucía Chemes es especialista en el análisis de las relaciones entre estructura y función de proteínas mediante el uso de aproximaciones experimentales y bioinformáticas y dirige el Laboratorio de Biofísica de Proteínas y Motivos Lineales del IIB. 

Lucía Chemes (imagen: UNSaM).

Participa del proyecto en el diseño y la producción de las proteínas recombinantes que serán usadas como inmunógenos en las formulaciones vacunales. 

Imágenes: Pablo Carrera Oser, para la Universidad de San Martín.

Biografías y testimonios: Alejandro Zamponi y Gaspar Grieco para la Universidad de San Martín.

¡Sumate a la Comunidad de Periferia!

Periferia Ciencia se sostiene fundamentalmente gracias a una comunidad de lectores que todos los meses, de acuerdo a sus posibilidades, hacen su aporte. ¿Querés que exista un medio como Periferia?