Entrevista de Gabriel Matera para Ambito.Com
La ciencia y la tecnología de punta se cruzan en Solar54, la iniciativa que llevan adelante la provincia de La Rioja y la empresa FANIOT con supervisión del Gobierno nacional. El proyecto prevé la construcción de seis domos geodésicos que emularán las condiciones de vida humana en la superficie de Marte.
Esta tarea de planificación y organización es encabezada por Ayelén Ebene, quien es cofundadora de SmartCultiva, empresa privada que surgió del sector agrotech y pudo expandir su matriz tecnológica para colaborare intervenir en varios proyectos a nivel nacional.
Ámbito.com entrevistó a Ayelén Ebene, la directora de Innovación en FANIOT (Fábrica Argentina de Nano sensores IOT) y dedica su actividad al desarrollo de nuevas alternativas tecnológicas. Lleva adelante este proyecto junto a Martín Bueno (CEO de FANIOT) y Hugo Vera (secretario de Ciencia y Tecnología de La Rioja). Ellos son las cabezas de un grupo de científicos, técnicos, ingenieros y profesionales de otras especialidades que intervienen en la iniciativa. Reproducimos la entrevista en Periferia.
Periodista: ¿Cuándo surgió la iniciativa Solar54 y cuáles son sus objetivos?
Ayelén Ebene: Solar54 surgió en 2020 y la pandemia supuso un retraso importante de las actividades para poder llevarlo adelante. El autor intelectual del proyecto es Martin Bueno y tiene el apoyo tanto del gobierno de La Rioja como del Gobierno nacional. Es una base de simulación de las condiciones de vida humana en Marte y se va a construir en el Parque Nacional “Los Colorados”. En ese sentido es importante aclarar que si bien el objetivo principal de Solar54 está relacionado con la industria aeroespacial, no estará limitado a esas misiones análogas que desarrollarán los científicos, los cuales viven en aislamiento emulando las condiciones de vida humana en Marte. También hay que verlo como un centro de investigación y desarrollo de tecnología aeroespacial.
En una fase posterior, el proyecto prevé la concurrencia de estudiantes de universidades y colegios para vivir la experiencia y también generar vocación por las carreras vinculadas con las ciencias aeroespaciales. También se piensa en la posibilidad de la concurrencia de turistas, inquietud que surgió como una consulta recurrente cuando fuimos a la feria Satellite 2022 en Washington (Estados Unidos) donde muchos nos preguntaron si se podía ir como turista. Obvio que los tres objetivos (científico, educativo y turístico) no van a convivir en el mismo espacio, sino que estarán separados.
Este proyecto forma parte de un plan de federalización de la ciencia para que provincias como La Rioja o Misiones (con FANIOT a la cabeza) propongan respuestas y productos tecnológicos fuera de las provincias “tradicionales” de generación de conocimiento científico, como lo son Buenos Aires o Córdoba por ejemplo. Desde La Rioja se hace apoyar este proceso para revalorizar la industria aeroespacial nacional con Solar54 y la Base Chamical, un centro de la provincia para todo lo referente a la temática.
P.: ¿Por qué se eligió a La Rioja? ¿Cuáles son las particularidades y ventajas de ese lugar como espacio de trabajo?
A.E.: Tiene tres particularidades. Primero lo geográfico con la peculiaridad del Parque Los Colorados, ya que es uno de los ambientes más similares al de la superficie de Marte que hay en el mundo. Eso es importante por el rol que juega desde lo psicológico para las personas que van a estar allí en aislamiento con las misiones análogas.
En segundo lugar, está el plan de federalización de la ciencia, como forma de abrir el juego del desarrollo de tecnología aeroespacial fuera de las provincias que tradicionalmente lo hacen y sumen a la matriz nacional científica. El objetivo es ayudar a posicionar a la Argentina como un proveedor mundial en materia de tecnología aeroespacial. Solar54 viene a formar parte de ese plan.
El tercer punto es la relación histórica que tiene la provincia de La Rioja con la industria aeroespacial argentina a través de la base de Chamical, por lo tanto la idea es fortalecer una especie de “cordón aeroespacial” entre La Rioja y Córdoba, ya que la Universidad de Córdoba es uno de los dos centros de educación superior a nivel nacional que tiene carreras relacionadas con las ciencias de este ámbito. La mayoría de los profesionales surgen de allí y es importante para divulgar este tipo de conocimiento desde la zona central del país, algo que se ve a nivel internacional con los avances en la industria relacionada a la exploración del espacio.
P.: ¿Hay algún plazo estimado de construcción y finalización de la obra?
A.E.: Si bien la pandemia atrasó los plazos, en ese lapso de tiempo se trabajó sobre toda la parte intelectual, la cual llevó bastante tiempo. Ahora estamos en un trayecto “más duro” relacionado con la producción de los pentágonos y hexágonos que van a formar parte de los domos. El sistema de construcción de Solar54 es uno de los puntos de mayor innovación: consiste en la construcción e instalación de las unidades básicas constructivas (pentágonos y hexágonos) las cuales se van a fabricar en La Rioja. La mayor carga y dificultad del proceso es en la fase actual, es decir, la línea de producción y los ensayos de materiales y todas las actividades relacionadas a la obtención de estas unidades básicas constructivas.
El paso siguiente será la construcción del domo, algo que es muy sencillo dado que se llevan los pentágonos y hexágonos al parque y allí con un sistema de eje central se van montando. En principio la idea del plan es concluir la obra a principios de 2023, momento en el cual se estima tener los primeros seis domos, o sea tres de laboratorio y tres de hábitat.
P.: ¿Cuántas personas intervienen en la iniciativa? ¿De dónde provienen y qué especialidades aplican?
A.E.: Esto surge desde Misiones con la empresa de base tecnológica llamada FANIOT, la cual es una empresa público-privada como Solar54. FANIOT está actuando ahora como empresa integradora y partner tecnológica de la iniciativa, sumando toda la experiencia con Martín Bueno a la cabeza, brindando toda la ayuda en la etapa previa. Para tener una idea, en FANIOT trabajan más de 100 personas, como ingenieros de varias especialidades, técnicos y mecánicos, entre otras especialidades relacionadas a la industria tecnológica. Para la construcción intervienen arquitectos, ingenieros civiles y diseñadores industriales, más otras áreas de soporte como las de comunicación, marketing y recursos humanos.
Al mismo tiempo Solar54 tiene un acuerdo con la CONAE, la que está al tanto de todo el progreso de la iniciativa y verificando cada paso. La idea es que una vez se inaugure Solar54 los primeros científicos que vayan ahí sean argentinos. En el paso siguiente la intención es abrir la convocatoria a científicos del mundo para que todas las agencias espaciales internacionales envíen sus grupos de investigación.
P.: Tomando diversos ejemplos tanto en Argentina como de otros países ¿Cómo ves la interacción entre el Estado y privados en empresas e iniciativas de este tipo?
A.E.: Por lo general en el mundo todo lo relacionado con la industria aeroespacial es apoyado por los Estados. Este último tiempo se ha generado una nueva ola con mayor participación y protagonismo del sector privado como el caso de Elon Musk. Más allá de lo que representa, él trabaja con la NASA (agencia gubernamental de Estados Unidos).
La presencia de un Estado que apoye los proyectos científicos aeroespaciales es como una condición sine qua non. Lo que tiene a favor es que con la suma del emprendimiento privado hay una velocidad más rápida de ejecución de los proyectos para dar respuestas a estos cambios tan continuos. No hay que olvidar que, al mismo tiempo, este tipo de iniciativas generan beneficios a las instituciones públicas como universidades o el propio Estado, que forma parte de los proyectos en torno a eso.
P.: Cuando te toca representar a la Argentina en exposiciones y presentaciones, ¿Qué observan tus pares de otras partes del mundo sobre nuestro país? ¿Qué te dicen sobre los avances y el trabajo en la materia de nuestros profesionales?
A.E.: Cuando fuimos a la última Satellite 2022 fue la primera vez que Argentina se presentó como un todo, es decir, las empresas más representativas de todo el país en el mismo stand. Un grupo de norteamericanos estaban sorprendidos y nos comentaron que el país tiene cosas para ofrecer en materia aeroespacial para cada rubro dentro de la industria, como imágenes satelitales y hasta los propios satélites. Ahora con Solar54 sumamos la parte de emulación.
Viendo a Argentina es perspectiva a nivel Latinoamérica, tenemos ya un renombre y un camino hecho en lo relacionado a la industria aeroespacial que nos posiciona en un escalón más arriba en la región. Obviamente es un trabajo continuo ya que es un rubro competitivo, en ese sentido es un gran esfuerzo mantenerse en el nivel más alto. Creo que como país tenemos un montón de cosas para ofrecer y nos sumamos a esta nueva ola de la industria aeroespacial que se está dando a nivel internacional. Estamos demostrando ante los jugadores internacionales que somos un país capaz de proveer tecnología de punta.
P.: Es una buena medida para ver donde “estamos parados” en lo que respecta al desarrollo de la ciencia y la tecnología. ¿Cuál es la importancia del valor agregado en este tipo de iniciativas?
A.E.: Hace unas semanas la empresa FANIOT abrió la unidad de negocios llamada “FANSAT” para todo lo relacionado con el acceso al espacio. El primer proyecto es la construcción de un CubeSat, un pequeño satélite con un factor de forma de 10x10x10, cuya particularidad es que son muy económicos en su fabricación. Permite mandar varios al espacio dado que funcionan en una órbita baja y cumplen una función específica, como por ejemplo comunicación IOT o tomar fotografías.
FANSAT se vincula con la iniciativa Solar54 dado que uno de sus domos será un laboratorio relacionado con la investigación, desarrollo y producción de CubeSats. Además se contempla fabricar allí el primer CubeSat 100% argentino, ya que hasta ahora se compran las partes necesarias y se ensamblan.
Por otra parte todos los profesionales argentinos tienen una gran capacidad intelectual y de desarrollo, es importante mantenerlos en nuestra matriz científica-tecnológica productiva y que no se vayan. Hay un dato revelador que muestra que en los equipos de los países más importantes en el desarrollo de industria aeroespacial hay argentinos.
La idea es que puedan desenvolverse en su profesión acá, puesto que destinar recursos a la ciencia y la tecnología es fundamental para un país. A veces esto se lo cuestiona porque se ve como un “gasto” y no es así. Es una inversión, sobre todo el conocimiento científico, el cual es una base que se asienta y permite generar el desarrollo tecnológico como pilar del progreso de los países.
Entrevista de Gabriel Matera para Ambito.Com