El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) brindó las pautas necesarias a considerar en la adquisición de alimentos, tomando la inocuidad como eje, a través de la información básica para leer los rótulos de los mismos, con el fin de prevenir enfermedades.
En un alimento, la etiqueta es cualquier marbete, rótulo, marca, imagen u otra materia descriptiva o gráfica que lo identifique en su envase, por ejemplo, de forma escrita, impresa o adherida, indicaron desde el organismo a través de un comunicado.
Al realizar las compras podemos observar la diversidad que existe en este tipo de rótulos. Sin embargo, hay ciertos elementos constantes que deben aparecer de forma obligatoria y que permiten identificar si el producto alimenticio ha sido aprobado por las autoridades sanitarias correspondientes.
La etiqueta no solo contiene datos acerca de la composición y duración de un determinado alimento, sino también informa acerca de qué autoridad de control es la que la ciudadanía puede contactar si tiene consultas acerca de ese tipo de producto, precisaron.
En la Argentina, la etiqueta debe informar el número de registro del producto que -dependiendo del tipo de alimento y del ámbito en el que se comercialicen- contará con números de registro del Senasa o con el Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA).
Puntualmente, los productos de origen animal cuyo tránsito es federal deben portar el número de registro del Senasa.
Este registro se identifica localizando el logo del Servicio seguido por tres números separados por barras, que indican: el establecimiento que lo elaboró, el número de producto y un dígito que individualiza su forma de presentación.
Información sobre los alimentos
La información que debe tener el rótulo de un alimento es la siguiente: identificación, es decir el nombre del producto; lista de ingredientes, para orientar la elección de los alimentos sobre la base de la preferencia de uno o más ingredientes y forma de conservación: es fundamental prestar atención a cómo se deben almacenar los alimentos y a qué temperaturas para preservar su inocuidad y calidad.
Además, el número de lote de producción; procedencia, es decir el nombre del fabricante, del productor, del fraccionador o titular de la marca, así como el domicilio y la identificación del establecimiento.
Si el producto es importado, deberá contener la información del importador.
Además, debe figurar la fecha de duración; las instrucciones de uso: cómo se prepara o se usa. En este punto, es importante, poner atención a las instrucciones de cocción, tanto del tiempo como de la temperatura y la unidad de venta, esto es si se vende en gramos o al peso.
Rotulado
Por último, el rotulado nutricional, donde se declara el contenido energético y la cantidad de nutrientes que define la legislación en una porción de alimento.
La información sobre el rótulo nutricional no se encontrará en productos sin transformación, por la alta variabilidad natural que posee.
Actualmente, es posible encontrar productos con etiquetado nutricional frontal advirtiendo sobre los excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías individualizados con octógonos de color negro, agregó Senasa.
Incorporar hábitos simples en la adquisición de alimentos como parte de la prevención de enfermedades es clave para acompañar los controles que ejecuta el Senasa, con el fin de resguardar la inocuidad de los alimentos y es indudable también la función informativa que conllevan para asegurar que las personas elijan el producto según sus preferencias, enfatizó el organismo.