Argencon, la primera entidad del país que nuclea a empresas prestadoras de servicios de todos los verticales de la economía del conocimiento, presentó su “Plan Federal de Economía del Conocimiento” con el objetivo de impulsar el crecimiento del sector, incrementar las exportaciones, mejorar el marco de condiciones de operación y promover a la Argentina en esta clase de servicios. Esta iniciativa cuenta con 10 áreas temáticas en las que se proponen medidas concretas para movilizar la capacidad latente de estas industrias. La iniciativa contiene cuatro ejes: gobernanza, competitividad, generación de recursos y programas de desarrollo.
La presentación del plan, que realizó ayer Argencon, contó con la participación de Sebastián Mocorrea, presidente de la entidad; Luis Galeazzi, su CEO; y Victoria Penacca, líder de proyectos. También la de Clara Mendiberri, managing director en J.P. Morgan; Ángel Pérez Puletti, CEO de Baufest; y Verónica Asla, Latam Leader en EY GDS.
Economía del Conocimiento
La economía del conocimiento está en constante crecimiento a nivel global ante una creciente demanda internacional y local de transformación digital de todas las cadenas de valor del sistema productivo. Asimismo, el conjunto de la demanda que reciben dichas industrias es muy superior a la capacidad instalada actual, y permite proyectar un escenario de continua expansión para el ecosistema nacional. En ese marco, desde Argencon destacan que el sector es esencial para el desarrollo argentino por el potencial que tiene para generar divisas, crear empleo, desarrollar nuevas tecnologías y por su carácter federal, permitiendo el desarrollo de centros de excelencia fuera de los centros urbanos.
En primer lugar, Argencon analiza la situación global actual del sector y el rol de la Argentina. Las exportaciones de las industrias del conocimiento mostraron un crecimiento interanual nominal del 8,8%, alcanzando en junio de 2023, un valor anual de u$s8.059 millones. Sin embargo, el aumento no representó un incremento real del nivel de actividad, sino que fue como consecuencia del atraso cambiario acumulado y su efecto sobre los salarios medidos en dólares oficiales. Así, el nivel de actividad de las exportaciones se mantuvo en valores similares a 2022. En cuanto al empleo formal registrado, el crecimiento interanual fue de 5,9%, casi tres veces mayor que la tasa de expansión nacional.
Plano global
En el plano global, el crecimiento interanual fue de 4,8%, es decir, 50% más que el aumento medio del comercio mundial, lo que demuestra su expansión como motor de la economía. El crecimiento fue dispar, y una de las regiones más beneficiadas fue Latinoamérica con 16,8%. Pero Argentina no gana participación en el mercado global ni regional, aseguran.
Entre las dificultades que enfrenta el sector para potenciar su crecimiento local, desde Argencon destacan cuatro principales. En primer lugar, la fuga de talento como consecuencia de la brecha cambiaria y las altas retenciones sobre el salario. Se estima que la fuga de valor producido alcanza entre 20% y 30% de las exportaciones formales. En segundo lugar, la disparidad competitiva entre la rentabilidad de una misma exportación en Argentina respecto de países referentes, lo que motiva a las empresas a migrar sus operaciones. Tercero, la inestabilidad macro que imposibilita prever el ambiente de negocio, los costos operativos, las cargas tributarias y las reglas del mercado de cambio. Y, por último, la limitación en la generación de talento que es un problema global, dado que la demanda supera la oferta. El principal motor es el sistema educativo que requiere una profunda reconversión para adaptar contenidos.
Ante esto, desde Argencon proponen cuatro ejes para implementar durante los tres próximos períodos de gobierno. En primer lugar, destacan la gobernanza, que incluye el marco normativo y la gestión pública necesaria para que sea reconocida como un bien social estratégico. Segundo, la competitividad, que incluye la percepción plena del valor exportación y la estabilización de costos, en un entorno de estabilidad macroeconómica y sin fluctuaciones cambiarias. Tercero, los recursos, que incluyen la disponibilidad de talento, conectividad y equipamiento. Por último, el desarrollo, ligado a la trasformación digital.
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