Investigadores de la Argentina, Estados Unidos y Alemania identificaron tres variantes genéticas asociadas a un menor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer en poblaciones del Caribe y de Latinoamérica que son resultante de la mezcla de ascendencia caucásica, africana y nativa americana.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad Washington, en Seattle, Estados Unidos, fue publicado en la revista Human Genetics and Genomics Advances y se da en el marco del Proyecto de Secuenciación de la Enfermedad de Alzheimer (ADSP, por sus siglas en inglés) del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos.
“Lo que encontró el estudio fueron tres variantes genéticas asociadas a un riesgo reducido de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en poblaciones ‘admixture’, es decir, aquellas que no tienen un origen ancestral único, sino que se caracterizan por la mezcla de etnias con diverso bagaje genético”, explicó a Télam Laura Morelli, investigadora del Conicet en el Laboratorio de Envejecimiento Cerebral y Neurodegeneración de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y coautora del estudio.
Y continuó: “Por eso, estos genes se encuentran en población caribeña – con ascendencia africana y europea-, y en población argentina, cuya principal ascendencia es amerindia y europea; y no se encuentran en europeos que principalmente tienen un origen ancestral caucásico”.
Desde 2014, Morelli integra un equipo de científicos que participa del reclutamiento, procesamiento, análisis y guarda de las muestras argentinas para determinar el perfil genético del Alzheimer en el país, con el objetivo final de establecer un predictor de riesgo local para la enfermedad.
La investigadora argentina describió que llegaron a estas conclusiones aplicando “métodos estadísticos novedosos para el análisis de toda la información genética resultado de estudios de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés) en poblaciones admixture”.
Y, en diálogo con la Agencia CyTA-Leloir, Morelli explicó que “para corroborar los hallazgos del Caribe, los investigadores estadounidenses usaron datos genéticos de una muestra independiente de casos y controles provenientes del consorcio argentino Alzheimer´s Genetics in Argentina-Alzheimer Argentina (AGA-ALZAR) con considerable ascendencia amerindia”.
“Esas variantes protectoras no se habían encontrado antes, básicamente porque el análisis estadístico no estaba pensado para poblaciones heterogéneas, como la nuestra. Al desarrollar un método novedoso, que pondera el impacto de genes ancestrales, encontraron la asociación”, subrayó.
Y aclaró: “Ahora bien, este dato sirve para comprender y corroborar que la diversidad genética está asociada a un riesgo diferencial de contraer Alzheimer. Pero aún no tiene ninguna aplicación directa en la clínica”.
Alzheimer
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que comienza como un trastorno cognitivo leve, pero progresa con el tiempo hasta ser incapacitante para quienes la padecen.
Con unos 45 millones de personas afectadas en todo el mundo – entre ellos, 500 mil argentinos -, hoy es la forma más común de demencia.
Si bien factores relacionados al estilo de vida -como la dieta, el sedentarismo o el hábito de fumar- influyen en el riesgo a desarrollarla, entre el 60% y el 80% de los casos tienen una base genética.
Por eso, los científicos buscan identificar los genes detrás de esta enfermedad.
“Las personas de origen hispano del Caribe siguen estando sub representadas en las investigaciones de genética médica. Si bien estudios recientes han empezado a descubrir los factores genéticos detrás del Alzheimer en las poblaciones hispanas, se necesitan más para comprender mejor la patogénesis de la enfermedad en las poblaciones admixture en general”, aseguran los autores del artículo.
En este contexto, Morelli indicó a Télam que “lo más importante de este estudio es que demuestra que se encuentran cosas nuevas cuando se incorporan poblaciones nuevas a la investigación. Hay pocos estudios con poblaciones de origen admixture”.
La investigadora encabeza una campaña para obtener muestras de saliva o sangre de voluntarios de origen amerindio para construir una base de datos genética representativa local.
Si bien este hallazgo todavía debe contrastarse con la investigación clínica y está lejos de poder contribuir al desarrollo de mejoras en el diagnóstico o tratamiento, Morelli aseguró que “estos estudios sirven para conocer mejor las bases moleculares de la enfermedad, cuanto más se sepa, mayores son las posibilidades de desarrollar tratamientos específicos”.
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