Pensado a partir de la sanción de la ley que creó el Plan Nacional de Medicina Nuclear en 2014 para brindar acceso a toda la población a un tratamiento innovador contra el cáncer, fue recién en 2019 que el Centro Argentino de Protonterapia (Cearp) cobró impulso para su construcción, que ya tiene un sector casi finalizado y otro al 77 por ciento.
“En 2014 se crea en Argentina el Plan Nacional de Medicina Nuclear; en este contexto, se pensaron iniciativas para crear centros de Medicina Nuclear y Radioterapia en diferentes puntos del país”, recordó en una entrevista con Télam Gustavo Santa Cruz, gerente del Área Aplicaciones Nucleares a la Salud, de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Y continuó: “En 2015 se inicia el proyecto de este centro, pero pasó por años en los que no hubo inversión de parte del Estado. En 2019 su creación tomó un nuevo impulso, se retomó el proyecto y comenzó la excavación, se pudo construir una parte del edificio convencional, pero vino la pandemia y hubo que frenar nuevamente un tiempo. Así que la mayoría de la obra que se ve hoy se hizo en estos últimos dos años”.
A principios de 2025
Una vez que el sector de protonterapia esté operativo, que se estima será para principios de 2025, el paciente inicia el proceso a partir de la toma de imágenes del tumor a tratar y la zona.
“Lo primero que se hace es tomar imágenes de tomografía y resonancia que luego se van a utilizar para hacer el cálculo dosimétrico (cantidad de dosis que habrá que entregar al tumor); con esto se delinean en primer lugar las estructuras que se quieren proteger (por ejemplo, el nervio óptico, el ojo), y se establece el volumen tumoral que se quiere tratar”, describió Santa Cruz.
Para esto, el Cearp tiene un resonador y un tomógrafo de última generación que están ubicados en el sector de radioterapia convencional (que estará operativo antes de final de año).
Tratamiento
Esta información se introduce en la planificación del tratamiento que, luego del cálculo realizado por el personal de física médica, es revisado por el médico y se aprueba el tratamiento final.
Esto se ensaya en una especie de cubo de agua, donde se valida el tratamiento, y luego se aplica al paciente.
“Si el tumor se mueve (por la respiración, por ejemplo), lo llamamos 4D porque aparece el tiempo como una variable, los planificadores utilizan técnicas que le permiten al sistema ‘disparar’ en el momento preciso en el que se tiene el tumor en la posición apropiada”, detalló.
Respecto a quiénes podrán acceder a los tratamiento que se brinden en el Cearp, Santa Cruz describió que el Plan Nacional de Medicina Nuclear establece “con claridad que todas las personas que habitan el país tienen que poder acceder a estos tratamientos, de modo que la idea es que, independientemente de la fuente de financiamiento, todos los pacientes que lo necesiten puedan acceder a esta tecnología”.
Para el físico, “es importante comprender que este Centro lleva a la Argentina no sólo a brindar acceso a la sociedad a este tratamiento innovador sino que nos posiciona en el mundo como un país desarrollado en términos de tecnología nuclear para la salud”.