El Jefe Científico de la Base Carlini en la Antártida, Lucas Ruberto explicó en qué consisten las tareas de investigación que se desarrollan bajo la coordinación de la Dirección Nacional del Antártico y el Instituto Antártico Argentino y que cubren “una amplia variedad de disciplinas”.
Ruberto, investigador del CONICET, explicó que “todos los años se incorporan proyectos nuevos” pero destacó la importancia de los estudios que se realizan en la Antártida siempre “prestando atención a la vida”.
“Este lugar en particular, la Caleta Potter y el Glaciar Fourcade, han sido considerados como un sitio señal para monitorear los efectos del cambio climático”, remarcó.
Para Ruberto, “si pudiésemos comprender cómo funciona la vida que hay en un gramo de suelo, tendríamos resueltos un montón de problemas que los humanos tenemos“, y admitió que “no sabemos nada respecto a cómo funciona la naturaleza”.
Investigación antártica
En la Base Carlini, hay “alrededor de 40 científicos y 35 personas que son logísticos, pertenecen a las Fuerzas Armadas y a la DNA” pero “se vive como una familia en un pequeño pueblo”.
“Lo que trae a un científico a la Antártida es la pasión por descubrir e investigar, amar este lugar y trabajar para que sea parte de nuestro país”, resumió.
También, Marcelo Chelo Ayala conversó con el Microbiólogo Ambiental Francisco Massot, quien fuera alumno de Ruberto y precisó que la tarea está focalizada en estudiar “el comportamiento y la funcionalidad de los microorganismos en climas hostiles”.
“Lo que hago yo tiene que ver con métodos de remediación de suelos que están contaminados”, explicó, “experimentando con tratamientos específicos usando microorganismos y plantas originarias de la Antártida”.