El próximo año, el campus la Universidad de São Paulo podría convertirse en un ejemplo a nivel mundial en la descarbonización en el transporte público, si es que se cumplen con los planes previstos para que comience la operación de la primera estación de repostaje de hidrógeno verde, que abastecerá a los buses que circulan por la Ciudad Universitaria.
Cuando esté operativa, la estación quitará de escena al gasoil contaminante que hoy abastece a los vehículos. “Grandes iniciativas como esta que aumentan todo un ecosistema de innovación, llevan a la USP a un nuevo nivel en términos de desarrollo sostenible”, dijo el Decano de la universidad, Carlos Gilberto Carlotti Junior, durante la ceremonia de lanzamiento de un convenio de cooperación entre la institución, el Senai (El Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial, una institución privada sin fines de lucro) y las empresas involucradas en el proyecto.
Además de la USP y el Senai, participan de la iniciativa la petrolera Shell Brasil, la sucroenergética Raízen (el joint venture entre Shell y Cosan) y la especialista en soluciones energéticas Hytron, controlada por la alemana Neuman & Esser.
Acuerdo
El acuerdo marcó un hito a nivel internacional ya prevé la generación de hidrógeno (H2) a partir de bioetanol y el uso de motores equipados con celdas de combustible. La iniciativa surge como una solución baja en carbono para el transporte pesado, incluidos camiones y autobuses.
La asociación prevé la construcción de dos plantas dedicadas a la producción de hidrógeno a partir de bioetanol y la estación de carga vehicular para los autobuses que circulan por el campus.
Una de las plantas tendrá capacidad para producir 5 kg/h de hidrógeno, mientras que la otra tendrá una capacidad casi 10 veces mayor, para alcanzar los 44,5 kg/h. Según los cálculos de la industria, hacen falta 7,6 litros de etanol para generar 1 kg de hidrógeno.
Según el profesor de la Escuela Politécnica (Poli) y director general del Centro de Investigación para la Innovación del Gas (RCGI), Julio Meneghini, el hidrógeno a partir del etanol será producido de forma innovadora.
RCGI es un centro de investigación en ingeniería que desarrolla investigaciones enfocadas en el uso sustentable del gas natural, biogás e hidrógeno y su manipulación, transporte, almacenamiento y uso de CO2.
Raizen
Raízen será la encargada de proveer el bioetanol, mientras Hytron aportará el desarrollo y la tecnología para la producción de hidrógeno. Senai brindará soporte técnico. Por su parte, Shell, participa con la financiación del proyecto por R$ 50 millones (U$S 9,7 MM) a través de la cláusula de I+D con ANP.
Actualmente, el hidrógeno se usa predominantemente en la industria química y se produce en unidades industriales cerca de refinerías a partir de gas natural. En el futuro, existe la expectativa de que el Hidrógeno producido a partir de electricidad renovable, como la solar y la eólica, desempeñe un papel importante en la descarbonización de varios sectores industriales y de transporte pesado.
Transporte
Sin embargo, Raízen dice que el transporte de este producto es complejo, ya que requiere compresión o licuefacción para su almacenamiento en cilindros o camiones, lo que encarece la logística. En este escenario, la producción de hidrógeno vía conversión de etanol representa un avance en la disponibilidad de combustibles renovables a través de una nueva ruta tecnológica para la expansión de soluciones sustentables en el país y en el mundo.
“Esta iniciativa es pionera en la producción a gran escala de hidrógeno renovable a partir de etanol”, dijo Julio Romano Meneghini, director ejecutivo y científico del Centro de Investigación para la Innovación en Gases de Efecto Invernadero (RCGI) de la USP.
“La tecnología [de hidrógeno renovable] se puede instalar fácilmente en estaciones de combustible convencionales, lo que no requeriría cambios en la infraestructura de distribución, asegurando que el hidrógeno estará listo para alimentar vehículos de forma rápida y segura”, explicó Alexandre Breda, gerente de Tecnologías Bajas en Carbono de Shell Brasil.
“La producción local, descentralizada y de baja inversión de hidrógeno renovable a través del reforming del etanol es una alternativa interesante para sectores como el transporte pesado, que tienen una importante perspectiva de crecimiento en el uso de esta solución, cuya disponibilidad y escalabilidad son fundamentales”, apuntó Mateus Lopes, director de Transición Energética e Inversiones de Raízen. “Además del transporte pesado, actualmente estamos buscando socios que estén interesados en aplicar esta tecnología para la descarbonización de otros sectores”.
La producción de hidrógeno a partir de bioenergía, como etanol y biogás, está prevista en el Programa Nacional de Hidrógeno del Gobierno Federal, cuyos lineamientos fueron lanzados hace poco más de un año.