Científicos de la Universidad Nacional del Litoral identificaron la interrelación que existe entre los contaminantes y la fauna de la región santafesina.
En los estudios realizados durante los últimos años demostraron la presencia de microplásticos en peces del río Paraná, y ahora se analizó cómo estos desechos plásticos en interrelación con herbicidas afectan a los anfibios anuros (ranas y sapos).
En esta investigación, llevada adelante por el equipo de investigadores del Laboratorio de Ecotoxicología de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), se analizaron los efectos de la toxicidad de los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio, en interacción con los microplásticos que se desprenden desde silobolsas y otros insumos agrícolas. El estudio reveló un alto grado de mortandad en la población de anfibios anuros expuestos.
Presencia de microplásticos
Rafael Lajmanovich, doctor en Ciencias Naturales e investigador principal del Conicet, dialogó con El Litoral y dio detalles de la investigación que dirigió, la cual en enero fue publicada en la revista científica “Science of The Total Environment” Volume 804.
Lajmanovich explicó que el objetivo del trabajo fue analizar si los herbicidas glifosato y glufosinato de amonio tienen potenciales interacciones con los microplásticos, en una entrevista con el Diario El Litoral.
“Una vez comprobada esta interacción por métodos toxicológicos y de simulación computacional (termoquímica), quisimos comprobar cuál de los dos herbicidas produciría la máxima potenciación, y los resultados fueron contundentes, el glufosinato de amononio la produce”, explicó el investigador.
Consecuencias de la actividad agrícola
Los microplásticos que se desprenden de insumos agrícolas terminan interrelacionándose con la fauna que habita las zonas rurales.
“Como modelo biológico utilizamos a los anfibios anuros (ranas y sapos) porque son organismos indicadores de contaminación ambiental de reconocida sensibilidad y útiles para interpretar el riesgo ecológico que producen, tanto los herbicidas como el glifosato y el glufosinato de amonio (ambos son neurotóxicos, disruptores hormonales y genotóxicos), con lo cual su uso tendría que ser restringido al máximo posible (ambos son o están siendo prohibidos en distintos países, como México, Alemania y países de la Unión Europea)”, dijo el investigador.
Además, explicó que los anfibios son organismos claves en los ecosistemas por tener un doble ciclo de vida (acuático-terrestre) trasfieren energía desde el agua a la tierra.
Los resultados de la investigación
El trabajo experimental permitió retomar evidencias sobre la contaminación por plásticos (silobolsas, bidones, por ejemplo) en los campos del centro este de Argentina (en especial Santa Fe y Entre Ríos).
Los mayores impactos ambientales de estas interacciones de los herbicidas con los productos de degradación de los silobolsas, una vez convertidos en microplásticos, son la mayor toxicidad, dijo Lajmanovich.
“Debido a que estos herbicidas en combinación con microplásticos son más tóxicos, además el potencial mayor transporte y persistencia ambiental que pueden tener los herbicidas en los ambientes cuando están en combinación con microplásticos”, sostuvo.
Un problema mundial
Los plásticos en general, y los microplásticos en particular, están siendo a nivel mundial un problema de contaminación global sin precedentes.
Hoy, los dos primeros pasos para evitar efectos adversos de químicos y microplásticos en la fauna y en las poblaciones humanas son alejar lo más posibles (según la mayoría de los científicos, 1.000 metros es una distancia prudencial) las pulverizaciones de los cuerpos de agua y las poblaciones humanas; y un segundo paso es la agroecología como práctica verdaderamente sustentables para esas zonas. También urge una disminución de plásticos no solo en el ámbito agropecuario (por ejemplo, Argentina es un gran consumidor de silobolsas, y la especulación financiera y política tiene mucho que ver con eso) sino en la sociedad en su conjunto.
“Luego de estos resultados continuamos con investigaciones sobre los efectos ambientales sinérgicos de los herbicidas y otros xenobióticos. Estamos estudiando la asimilación de los microplásticos y el daño que producen a nivel -en principio- digestivo en los renacuajos, pero que terminan dañando otros órganos y sistemas”, dijo el investigador.