El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, Marcos Pontes, reconoció ayer los bajos recursos existentes en la cartera para el financiamiento de las etapas preclínicas de proyectos de vacunas contra el Covid-19, durante una cita ante legisladores del Congreso.
Es que el Ministerio que conduce tiene asignados unos 415 millones de reales (USD 82.245.000) para proyectos de vacuna contra el COVID-19. De este monto, 105 millones de reales serán asignados a al menos cuatro proyectos en las Fases 1 y 2. Otros 300 millones fueron reservados para apoyar los ensayos clínicos de fase 3 de uno de los proyectos.
Sin embargo, si los proyectos de investigación en curso tienen éxito, será necesario buscar más fondos para garantizar que los proyectos se transformen en inmunizaciones que puedan ponerse a disposición de la población. Según estimaciones del MCTI, este sería el costo para permitir los ensayos en humanos necesarios para la evaluación de la eficacia de la vacuna.
La información fue proporcionada por el ministro Marcos Pontes en una audiencia pública en la Comisión Especial para Combatir el Covid-19 de la Cámara de Representantes, celebrada ayer, 15 de junio.
Los proyectos en marcha: Versamune, ButanVac
Marcos Pontes y el secretario de Investigación Científica y Capacitación de la carpeta, Marcelo Morales, citaron proyectos en curso para buscar una vacuna nacional, como el realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP) de Ribeirão Preto para la creación de la inmunización bautizada como versamune.
Otros proyectos en curso son una vacuna de ARN en investigación del Senai Cimatec da Bahia en asociación con una empresa internacional y una iniciativa de desarrollo de inmunización en forma de aerosol nasal por el Instituto del Corazón de la Universidad de São Paulo. En Brasil, el Intituto Butantan también mantiene un proyecto para la creación de un inmunizador, llamado Butanvac.
Sin embargo, los representantes de la MCTI señalaron la limitación de recursos. “El presupuesto del MCTI, es importante destacar, se ha reducido desde 2013 y estamos en niveles críticos. Hay que trabajar en ello ahora. Aprovecho para pedir esta energía positiva de esta preocupación con el presupuesto del Ministerio para mejorar el presupuesto para 2022”, ha preguntado a los diputados presentes.
Para la congresista Carla Dickson (PROS-RN), este escenario de investigación relacionada con la pandemia pone de relieve el problema de la falta de inversiones en el sector de ciencia, tecnología e innovación (CT&I). “La pandemia pone de frente la necesidad de financiar la investigación brasileña. MCTI es lo que más siente esta necesidad. Estamos teniendo recortes presupuestarios de las universidades públicas”, dijo.
El congresista Odorico Monteiro (PSB-CE) dijo la falta de fondos para la investigación sobre covid-19 y CT&I en el país. “La innovación tiene que ser una política pública que involucre a todas las universidades. No se puede pensar que se va a hacer una vacuna con un proyecto del CNPq de R$ 300.000. El MCTI tiene que reconocer que no tiene presupuesto y ponerlo como un reto de movilización”, dijo.
“Ayer participé en una audiencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología y los datos fueron lo contrario, que no hay recursos para nada porque el FNDCT [Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico] estaba supeditado a R $ 5,1 mil millones. Los investigadores están abandonando el país”, criticó la congresista Jandira Feghali (PC B-RJ).
El secretario de Investigación y Formación Científica del MCTI destacó que el área se encuentra en un “momento crítico” y respondió que hay una caída en el presupuesto del MCTI desde 2014, pero que este año no hubo recorte en las becas del CNPq. “Considerando los recursos adicionales de la pandemia, con poco hicimos mucho” añadió.