Periferia

5 de Octubre de 2020

Brasil, con una comunicación pública de la ciencia mas intensa que la media internacional

Un relevamiento en universidades e instituciones de investigación reveló que las acciones de divulgación superan a las de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, entre otros países.

Un estudio comparativo internacional sobre la comunicación pública de la ciencia realizado, por la investigadores del Instituto Nacional de Comunicación Pública de la Ciencia (INCT-CPCT), reveló que la acción comunicacional es más intensa en sus universidades e institutos de investigación que en países como Alemania, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Holanda, Portugal y Japón. 

El estudio fue realizado antes de la pandemia de COVID-19 y sus resultados se publicaron en la revista PLOS ONE. 

“Vimos que las actividades de difusión de las universidades e instituciones de investigación de esos países son muy similares. Lo que varía es la intensidad y las inversiones que hacen en comunicación”, dijo Marta Entradas, investigadora de la London School Economics and Political Science (LSE) y coordinadora del estudio, a la Agência FAPESP. 

Los investigadores evaluaron la comunicación pública de la ciencia entre 2017 y 2018 en una muestra estratificada de más de 2.000 instituciones de investigación en Brasil, Alemania, Italia, Japón, Holanda, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos, mediante cuestionarios.  

En Brasil, el estudio fue realizado por investigadores vinculados al Instituto Nacional de Comunicación Pública de Ciencia y Tecnología (INCT-CPCT), con sede en la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), en Río de Janeiro. 

Los análisis indicaron que la comunicación pública de la ciencia “aún está lejos de estar plenamente institucionalizada en las universidades e instituciones de investigación de esos países”.  

Más de la mitad de las universidades e instituciones de investigación (61%) respondieron que habían promovido conferencias públicas y debates en los últimos cinco años, además de actividades dirigidas a escuelas, semanas de ciencia o respondido a solicitudes de prensa para entrevistas, entre otras acciones, con la participación de sus investigadores.  

Pero, casi el 65% dijo que lleva más de cinco años realizando actividades de comunicación para públicos no académicos. 

Difundir resultados y obtener apoyo 

Algunas de las principales razones que aducen las universidades e instituciones de investigación para intensificar las acciones de comunicación pública para la ciencia son, predominantemente, difundir los resultados de la investigación al público en general, cumplir una de las misiones de estas organizaciones – dar visibilidad a sus proyectos – y obtener el apoyo de la sociedad a sus actividades. 

Para el desarrollo de sus actividades de comunicación, cuatro de cada diez organizaciones de investigación emplean a profesionales de la comunicación y la mitad tiene sus propios departamentos de comunicación o agencias de relaciones públicas. 

“Nuestros datos muestran que ha habido cambios en la cultura de comunicación pública de la ciencia durante la última década”, dice Entradas. 

“Esto no significa que estas organizaciones de investigación no hayan realizado esta actividad en el pasado. Pero notamos que la comunicación científica por parte de estas instituciones se ha vuelto más profesional”, afirmó. 

Medios tradicionales o redes sociales 

En general, los medios de comunicación tradicionales, como periódicos, radio y televisión, son los canales más utilizados por las universidades e instituciones de investigación de los países analizados para dar a conocer sus acciones. Las redes sociales tienen una participación marginal y son más explotadas por las organizaciones de investigación con equipo de profesionales. 

La práctica comunicativa de las instituciones refleja las preferencias del público interesado en ciencia, señalan los autores del estudio. En todos los países encuestados, la mayoría de las personas todavía reciben noticias sobre ciencia a través de los medios tradicionales. Las redes sociales desempeñaron un papel menor como fuente de información sobre el tema, el estudio se realizó entre 2017 y 2018. En Europa, por ejemplo, el 65% de los ciudadanos obtienen información científica a través de la televisión y el 10% a través de las redes sociales o blogs. 

En países como Alemania, las redes sociales tampoco tienen un gran impacto, especialmente entre la población más instruída, incluidos los científicos, que las consideran un “patio de recreo para los teóricos de la conspiración” o un lugar donde “las pequeñas comunidades confirman constantemente sus propios preconceptos en burbujas muy cerradas”. Además, muchos científicos creen que no es posible transmitir la complejidad de los resultados de su investigación en posteos cortos. 

“El uso de las redes sociales para comunicarse con el público en general fue considerado bajo entre los científicos, independientemente de la disciplina”, destacan los autores. 

Bajo financiamiento para comunicar ciencia 

El volumen de recursos que las universidades e instituciones de investigación ponen a disposición para acciones de comunicación científica pública, sin embargo, es bajo. En promedio, las organizaciones de investigación respondieron que invierten alrededor del 3% de su presupuesto anual de investigación en esta actividad. 

“La disponibilidad de recursos y la existencia de una política científica son los factores que más inciden en los esfuerzos de comunicación pública de las universidades e instituciones de investigación”, dice Entradas. 

“Vamos a focalizar cuestiones más específicas como el contenido y las estrategias de divulgación empleados por las instituciones de investigación de esos países. Esto se llevará a cabo en los próximos tres años”, afirmó Entradas. 

El artículo “Public communication by research institutes compared across countries and sciences: Building capacity for engagement or competing for visibility” (DOI: 10.1371/journal.pone.0235191), de Marta Entradas, Martin W. Bauer, Colm O’Muircheartaigh, Frank Marcinkowski, Asako Okamura, Giuseppe Pellegrini, John Besley, Luisa Massarani, Pedro Russo, Anthony Dudo, Barbara Saracino, Carla Silva, Kei Kano, Luis Amorim, Massimiano Bucchi, Ahmet Suerdem, Tatsuo Oyama e Yuh-Yuh Li, puede ser leído en la revista PLOS ONE em https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0235191. 

Por Agencia FAPESP (Fundación Apoyo a la Pesquisa del Estado de Sao Paulo). 

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