La sede Concordia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) comunicó que, luego de haber llevado a cabo técnicas de monitoreo y control de plagas “amigables con el medioambiente” durante tres años, atrajeron el interés de los productores locales ligados a la horticultura.
De esta manera, consideraron que se encuentra en “crecimiento del interés por el manejo agroecológico en horticultura”, tras lograr reducir “considerablemente” el uso de químicos para el control de plagas en un campo de tomate.
Técnicas de Monitoreo
La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) realizó durante los últimos tres años “diferentes técnicas de monitoreo y control amigables con el ambiente” para combatir plagas y, a su vez, reducir el uso de agroquímicos.
El ingeniero agrónomo Jorge Eduardo Castresana estuvo a cargo de los ensayos contra la mosca blanca y la polilla del tomate, las dos plagas “más importantes dada su capacidad de generar resistencia” a los químicos, señaló.
Control biológico
En primer lugar se realizó un control biológico de plagas utilizando organismos vivos para controlar otros organismos, como la avispa parasitoide Encarsia formosa Gahan contra la mosca blanca.
Por otro lado, se registró la atracción visual de la mosca blanca a los colores y se crearon masivamente trampas cromotrópicas adhesivas amarillas, colocadas en la parte superior de las plantas para captarlas y atraparlas.
Trampas sexuales
También se colocaron trampas de feromonas sexuales en combinación con la luz LED que permiten “un mayor número de capturas en trampas en combinación con atrayentes”, indicó Castresana.
De esta manera, se eliminaron las plagas del tomate y se logró reducir “las indeseables consecuencias ecotoxicológicas y toxicológicas que acarrea el empleo de productos químicos en la salud de productores y consumidores”, agregó.
Esto generó “un creciente interés de productores hortícolas” porque se dictaron charlas a productores de las provincias de La Pampa y Río Negro para “difundir y expandir estas prácticas amigables con el ambiente y seguras para el productor y los consumidores”.
Finalmente, mencionó que buscan incorporar estos métodos como herramientas dentro del Manejo Integrado de Plagas (MIP).
Las acciones favorecieron a la reducción “en forma significativa de la aplicación de insecticidas de síntesis química” y se obtuvo un producto “diferenciado, con bajo nivel de residuos tóxicos”, concluyó.