El investigador del Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (IANIGLA-CONICET) de Mendoza, Juan Rivera, advirtió que los estudios científicos de CONICET de los últimos diez años, en Mendoza, han arrojado que los glaciares que alimentan a los ríos se reducen cada vez más, y que año a año la tendencia de menos precipitaciones níveas y pluviales parece instalarse, al igual que el incremento de temperaturas medias.
Rivera formuló declaraciones, en el marco de la disputa por el proyecto de modificación de la Ley 7722, de esa provincia, que intenta habilitar el uso de cianuro y sustancias tóxicas en la explotación minera.
En diálogo con “FM Vos” (94.5) dijo que “estamos en un año bastante particular, en la parte nívea, el déficit arrastra 10 años consecutivos de malos acumulados de nieve y esto repercute en los cuerpos de hielo porque en vez de actuar como recarga de estos cuerpos de hielo y acumular nieve al glaciar, el déficit de precipitaciones hace que los glaciares crezcan menos y esa nieve es la que se derrite y lleva agua a los ríos”.
Por otra parte afirmó que “los caudales a la larga cada vez se van a alimentar de glaciares más pequeños. Hay que superponer esta falta de precipitaciones a un incremento de la temperatura media, entonces las áreas más bajas de los cuerpos de hielos se están derritiendo cada vez más rápido”.
Rivera recordó que “el déficit de precipitaciones se va mantener a lo largo del verano, que es un trimestre sin precipitaciones níveas pero si donde se registran la mayor cantidad de precipitaciones líquidas en el llano. Se va mantener el déficit en el verano y el otoño y en el invierno se va solapar con las primeras nevadas, ya va haber problemas asociados a falta de nieves en esos meses”.
Sobre mediciones concretas del impacto en los glaciares del cambio climático respondió que “hay mediciones y tenemos muchos datos satelitales, surge que en los últimos 10 años hubo una baja acumulación de nieve en alta montaña y un incremento en las temperaturas”.
El investigador, por su parte, consideró que “(El Instituto de) Irrigación me parece que está muy al tanto de la situación que vivimos, los reservorios están con acumulación muy baja, esto hace que haya que optimizar las prácticas de riego para la agricultura. Sobre el consumo particular del agua nosotros podemos hacer un aporte ciudadano con el agua para riego hogareño”.
“El panorama es bastante complicado y esos ríos son los que recargan los embalses y cualquiera puede ir un fin de semana y ver su estado, donde las reservas de agua no son las adecuadas”, concluyó Rivera.