Las universidades nacionales comenzaron a manifestar su preocupación por el rechazo al proyecto de ley de Presupuesto 2022, la semana pasada en el Congreso de la Nación.
El reclamo convoca a la mayoría de los rectores que integran el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y fue manifestado por el representante de una de las casas de altos estudios más grande del país, Enrique Mammarella, al frente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Mammarella dijo que sin presupuesto “en la UNL se vive día a día” y “no se puede planificar”. El rector de la UNL Enrique Mammarella se quejó de la falta de presupuesto nacional.
Para el titular de la UNL y vicepresidente del CIN la falta de aprobación del presupuesto nacional genera un impacto directo en la gestión de la UNL.
Los problemas para no poder planificar gastos comunes, así como proyectos de investigación y el sostenimiento, junto al CONICET, de la infraestructura de los laboratorios, sin embargo, no es algo que afecte únicamente a la UNL.
De hecho, su palabra juega un papel importante por tratarse del vicepresidente de la entidad que nuclea a las más de 70 universidades nacionales del país.
Es de suponer que si una universidad de las más tradicionales, como la Universidad Nacional del Litoral tiene problemas para funcionar en 2022, con la trayectoria científico-tecnológica equiparable a otras gigantes (en recursos e investigación) como la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de Córdoba, la UBA y la UNCUYO, las más chicas se ven afectadas enormemente.
Mammarella, en este sentido, manifestó el malestar del resto de las casas de altos estudios, por la actitud de la oposición con respecto al proyecto de Presupuesto.
“Venimos trabajando de la misma forma desde que comenzó la pandemia: construyendo escenarios, tratando de dar previsibilidad, estudiando mucho, viendo lo que pasa en otros lados, viendo lo que funciona y lo que no y tratando de hacer los ajustes necesarios. El tema es tomar decisiones a corto plazo, resolver las situaciones en función de los datos que tenemos y a partir de ahí ver cuáles son los posibles escenarios”, dijo el rector de la UNL en una entrevista.
El vicepresindente del CIN habló, en este sentido, de lo que implica gestionar el ejercicio 2022 sin el presupuesto nacional aprobado y cómo impacta eso en el día a día de la UNL. “Muy mal. Ya nos tocó en 2020 tener que gestionar la pandemia sin presupuesto nacional y en un contexto de una incertidumbre mucho más grande. De hecho, si uno lo plantea desde el punto de vista de la planificación y la programación es muy malo porque hoy técnicamente volvemos a enero de 2021 teniendo los mismos recursos con una inflación importante en el año y con una paritaria que hizo que a febrero del año que viene aumente un 50 por ciento el costo laboral de docentes y no docentes. Por eso, técnicamente, volvemos a un presupuesto que si no se consolidan los aumentos en esa línea paritaria no nos alcanza para pagar los salarios a lo largo de todo el año. Es muy difícil programar así”.
Mammarella explicó que esto impacta también en la infraestructura y el presupuesto asignado a esa área: “En general, las universidades tenemos entre un 85 y 90 por ciento del presupuesto en gastos salariales y un 10 o 15 por ciento del presupuesto que el Gobierno nacional nos asigna, a través del Congreso, que son los gastos de funcionamientos para atender todas las actividades de crecimiento de la universidad y desarrollo de sus actividades”, y explicó que “ahí se engloba desde dar clases, investigar, hacer extensión, obras. Eso se ve afectado por dos valores importantes que pasan en nuestro país que son muy difíciles de programar y que son las claves del presupuesto: la inflación anual y la cotización de nuestra moneda respecto al valor de los insumos extranjeros. Sin esa previsibilidad, sin tener un presupuesto que uno sepa que se lo van a dar y cuándo se lo van a dar, es muy difícil programar. Se vive día a día. Uno sabe que hoy puede pagar, pero no podemos proyectarnos en una obra o un gasto importante porque no sabemos si vamos a contar con los recursos. Afecta la planificación y como institución que nos proyectamos a mediano y largo plazo, el hecho de no poder contar con presupuesto no nos deja planificar a mediano y largo plazo. Encima, no hay presupuestos plurianuales en nuestro país y eso es uno de los inconvenientes más importantes que tiene la Universidad”.