El reclamo salarial en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tiene entre sus objetivos centrales, la creación de un convenio colectivo de trabajo para todo el sector.
Un convenio colectivo permitiría incorporar a la mesa de discusión salarial a los investigadores, administrativos, personal de apoyo y, quizás también, a los becarios del organismo.
Por eso, quienes llevan adelante la iniciativa comprenden que la implementación de esa figura para regular las relaciones laborales permitiría mejorar, a largo plazo, algunos de los problemas vertebrales del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras del sector.
La particularidad es que existe consenso respecto de un potencial convenio colectivo, ya que incluso ATE, el propio Directorio del CONICET, y hasta el ministro Roberto Salvarezza y la presidenta del organismo, Ana Franchi, se pronunciaron en favor de un convenio colectivo sectorial.
Hoy las relaciones de trabajo hacia adentro del organismo se regulan con la figura de un Estatuto, lo cual implica que más allá de la paritaria de los trabajadores estatales, sólo una decisión del Poder Ejecutivo, en articulación con el Directorio del CONICET, puede modificar los ingresos de quienes realizan tareas en el organismo.
Un convenio colectivo, además perimitiría que investigadores, personal de apoyo, administrativos y becarios del organismo autonomicen su salario respecto al resto de los trabajadores estatales, volviendo sus ingresos acordes con el tipo de tarea que realizan, en muchas ocasiones muy distintas a la de otros trabajadores estatales.
En el CONICET hay, hoy, 14 mil trabajadores reconocidos (por fuera quedan los becarios y becarias del organismo), que representan un 6% del total de los trabajadores de la administración pública nacional (que hoy llegan a unos 250 mil, sin incluir a monotributistas y trabajadores no registrados).
Reclamo salarial
Para hablar de este tema, Gobierno de Científicos, el programa que se emite por Radio Caput, entrevistó a Sandra Nicosia, integrante de la Carrera de Personal de Apoyo (CPA) del CONICET, que integra a técnicos profesionales que trabajan a la par de los investigadores.
Los CPA cumplen funciones diversas que van desde curadurías de colecciones biológicas, participación en excavaciones arqueológicas, asistencia de laboratorios, traductores que trabajan con fuentes históricas, manejos de herramientas y maquinarias de alta complejidad, buzos, o fotógrafos que trabajan en el registro del trabajo de campo de las investigaciones, entre otros.
“En la diversidad de tareas que hacemos los miembros de la Carrera de Personal de Apoyo, un convenio colectivo ayudaría positivamente para visibilizar nuestro trabajo ya que muchos creen que el trabajo científico se realiza en soledad”, dijo Nicosia, y explicó que “hay una cadena de gente que trabaja alrededor de un proyecto de investigación”.
Respecto de los salarios, la referente del reclamo salarial aseguró que “los salarios se vienen depreciando desde la gestión anterior y vienen con un franco deterioro desde 2010”.
A esa condición se suma que la dedicación de los CPA es “exclusiva”, es decir que no pueden dedicarse a otra cosa. “Lo mínimo que queremos es tener un sueldo digno pero hoy hay investigadores de categorías iniciales apenas sobre la línea de pobreza”, graficó Nicosia, y explicó que “los becarios fueron los únicos que pudieron recomponer algo, pero la recomposición se la ha comido la inflación”.
“Nuestro sueldo básico es de siete mil pesos, a lo que se le suma una cantidad de ítems que van sumando hasta los 40 mil pesos”, detalló Nicosia y agregó, para fundamentar la necesiadad de un convenio colectivo de trabajo, que “los CPA, por ejemplo, quedamos excluidos del 85% de jubilación que le fue otorgado a los investigadores de carrera”.
“Sin explicación nos borraron de esa ley donde había un régimen especial para investigadores, pero no para personal de apoyo”. Hoy hay dos proyectos de ley (en el Senado, a través de las legisladoras Silvia Sapag y Silvina García Larraburu, y en diputados a través de la legisladora Claudia Bernazza) que buscan equilibrar esa relación. Es que el estatuto puede ser modificado sólo mediante leyes.
Para concluir, Nicosia consideró que “el convenio colectivo, su construcción tiene que ser hecha por los trabajadores” y entendió que “depende de una decisión política de jerarquizar el sistema científico”.