A través del Decreto de Necesidad y Urgencia 157/2020, publicado ayer lunes en el Boletín Oficial, el gobierno nacional decidió descentralizar “con autarquía adminsitrativa y funcional” a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), que preside Fernando Peirano.
La decisión del gobierno, avalada por el ministro Roberto Salvarezza, le da autonomía para la toma de ciertas decisiones a una de las áreas más importantes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT).
Es que “la Agencia”, que desde ayer pasó a llamarse Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, es un área “caliente” de los recursos que se destinan al Ministerio de Ciencia, por el dinamismo que implican los proyectos que maneja, pero, también por las articulaciones y gestiones que se realizan con el sector productivo.
En ese sentido, que seguirá estando bajo la órbita MINCyT, pero de manera descentralizada y con jerarquía de Secretaría de Estado, es un termómetro de la salud que el sistema científico adquiere en su articulación con las demandas y necesidades sociales, porque gestiona la “transferencia” de conocimiento científico a la actividad productiva.
Por ello, desde allí, se visibiliza con mayor nitidez la relación entre la política científica nacional y la actividad económica.
Esa articulación se lleva a cabo a través de cuatro fondos: el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), el Fondo de Promoción de la Industria del Software (FONSOFT), el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) y Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC).
Se trata de instrumentos de promoción y financiamiento diseñados para dinamizar las estructuras productivas y la capacidad innovadora de emprendimientos individuales, colectivos y sociales, e incluso empresas de base tecnológica (EBT) con potencial en la transferencia de conocimiento.
Entre otras de sus acciones se encuentra, por ejemplo, la subvención, total o parcial a proyectos productivos que incluyan áreas de investigación y desarrollo; que pretendan mejorar el desempeño ambiental o que deseen incorporar recursos humanos altamente capacitados.
La Agencia durante el macrismo
Sin embargo, fue durante el gobierno de Mauricio Macri, y bajo la gestión de Facundo Lagunas, que la Agencia dio un giro en su política de subsidios (Asignaciones No Reembolsables) para aquellas empesas que buscaban invertir en ciencia y tecnología.
En 2017 se suspendieron algunos de los instrumentos destinados a facilitarle a las empresas la inversión en recursos científicos, reemplazando subsidios por créditoscon valores cercanos a las tasas de mercado.
Es decir, que la Agencia dejó de aportar el capital “de riesgo” para que empresarios pequeños o medianos que quisieran invertir en I+D, efectivamente lo hicieran. Los instrumentos, en cambio, se cambiaron por créditos a ser devueltos en los plazos y porcentajes establecidos por el mercado.
La decisión desalentó el acercamiento de las PyMEs al sector científico, y generó el derrumbe de proyectos desde la Agencia.
La descentralización de la Agencia
La decisión de Alberto Fernández se enmarca en una batería de traspasos de organismos clave entre ministerios, que realizó el gobierno nacional, por decreto, ayer lunes.
Sin embargo, la medida respecto a la Agencia implica, además, un registro de la valoración que el actual Ejecutivo le da al sector científico y al productivo, porque la Agencia I+D+i está en uno de los puntos en que ellos se dinamizan.
La descentralización respecto del Ministerio de Ciencia dejará a la dependencia administrada por Fernando Peirano en la misma órbita de la cartera que gestiona Roberto Salvarezza, pero le permitirá un mayor margen de acción sobre las funciones propias de la Agencia.
Al convertirse en un organismo descentralizado asumirá (en términos de autarquía administrativa y salvando las diferencias) el mismo carácter que, por ejemplo, tiene el Instituto Nacional de Tecnología Industrial dentro del Ministerio de Producción, o el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria dentro del Ministerio de Agricultura.
Se trata de un cambio de estructura interna y funcionamiento que, hacia adentro, permitirá, entre otras cosas, contar con un área de recursos humanos y de prensa, independientes del MINCyT.
Sin embargo, simbólicamente, implica un primer paso para complejizar a largo plazo la estructura, la autonomía y el desempeño de un organismo que es clave si la voluntad política de las próximas gestiones políticas es articular ciencia y tecnología con el sector productivo agrícola e industrial.
Ahora bien, la elevación de la jerarquía implica que, como requisito la Sindicatura General de la Nación pasará a controlar la administración y destino de los fondos, para garantizar mayor transparencia.
CONICET, a regla con el Ministerio
Otra de las medidas anunciadas en el decreto publicado en el Boletín Oficial fue la jerarquización a rango de Secretaría y Subsecretaría de la presidencia y vicepresidencia de CONICET.
La medida resulta de un ajuste interno a las jerarquías del organismo científico, luego de la decisión de re-jerarquizar la (ex) Secretaría de Ciencia, y convertirla en Ministerio, el 10 de diciembre de 2019.
“El Presidente y los Vicepresidentes del CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS (CONICET) desempeñarán sus funciones con dedicación completa y tendrán rango y jerarquía de Secretario y Subsecretario, respectivamente”, determinó el decreto publicado en el Boletín Oficial.