Luego de la decisión de Javier Milei de avanzar con la privatización del 44% de las acciones estatales de Nucleoeléctrica, la empresa encargada de administrar las centrales nucleares del país, se sumaron numerosas voces a rechazar el decreto publicado en el Boletín Oficial.
Una de las voces críticas fue la del senador, José Mayans (UP), quien aseguró que “vamos a declarar al sistema nuclear argentino como un bien estratégico, no enajenable”.
Bien público no enajenable
Mayans advirtió que “En el sistema nuclear argentino hay información que es estratégica” como en el caso del proyecto de reactor modular, CAREM-25, clave para la investigación en medicina nuclear, y así advirtió el peligro de privatizar Nucleoeléctrica.
“El CAREM es un sistema único a nivel mundial, es un proyecto estratégico para el país, la Coca Cola no te vende la fórmula”, dijo Mayans, en relación al intento de privatización.
“Ni por mil millones de dólares se puede vender eso”, señaló Mayans.
En el mismo tono, Gabriel Barceló, ex presidente de Nucleoeléctrica, sostuvo que el intento de privatización “es pasarle un negocio importante a un privado amigo”.
“El gobierno avanza con la privatización de la empresa Nucleoeléctrica Argentina y uno de sus ex directores afirma que se busca pasarle un negocio importante a un privado amigo”, dijo Barceló sobre el intento del Gobierno sobre la firma estatal que es clave para la producción de energía eléctrica en el país.
El plan del Gobierno
El gobierno informó esta semana que la privatización será parcial y que el estado mantendrá el control de la empresa. En un comunicado publicado este martes se explica que se “contempla la venta del 44% de las acciones de NASA mediante licitación pública nacional e internacional, mientras que el Estado Nacional conservará el 51% del capital y, con ello, el control accionario de la empresa».
Además, se organizará un Programa de Propiedad Participada de hasta el 5% del capital social, lo que permitirá la inclusión de los trabajadores en el esquema accionario”. El comunicado oficial señala que “el Gobierno Nacional reafirma su compromiso con el desarrollo del sector nuclear argentino, asegurando el control estatal sobre una empresa estratégica y al mismo tiempo potenciando su crecimiento con la incorporación de capital privado”.
La empresa es una de las que figura en el listado que quedó dentro de la ley bases como sujetas a privatización. En declaraciones a Radio Estación Sur el ex director de la firma estatal Gabriel Barceló, aseguró que el gobierno busca pasarle un negocio importante a un privado amigo.

“El objetivo no es bajar el gasto”
Barceló, además, es exgerente internacional de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y vicedirector del Instituto Balseiro, advirtió que el anuncio de privatización de las centrales nucleares “significa varias cosas, muy malas todas”. Y opinó que «a mí no me parece para nada que el interés fundamental de este gobierno cuando privatiza empresas sea bajar el gasto, yo creo que es pasarle un negocio importante a un privado, amigo, o no, a un privado, es un tema ideológico, en el mejor de los casos es un tema ideológico».
¿Dumping en puerta?
Según el especialista, desde la década de 1970 Argentina produce el combustible nuclear que alimenta sus centrales: “Si esto se vende, puede pasar que la nueva administración decida comprar este combustible afuera y empresas extranjeras hagan dumping, destruyendo la capacidad nacional”.
Para Barceló, la venta de Nucleoeléctrica sería “una pérdida de soberanía y un daño económico grave para los argentinos”, ya que la energía nuclear “no produce efecto invernadero y es estable”, una ventaja clave en un escenario de calentamiento global. Sin embargo, confía en que la privatización pueda revertirse: “Es un elemento clave para el futuro energético de nuestro país y para que Argentina participe del negocio internacional de reactores nucleares”.