Los Centros de Investigación en Agricultura Familiar del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) recibieron el apoyo de científicos y extensionistas del organismo y de universidades nacionales en el 5.° Congreso del Foro de Universidades Nacionales para la Agricultura Familiar (FUNAF).
Desequilibrio de representación
A mediados de abril, el Consejo Directivo del INTA, que no tiene representación de pequeños productores de la agricultura familiar, determinó (casi) por unanimidad el cierre de tres centros de Investigación en Agricultura Familiar (Patagonia, Noroeste y Cuyo), 25 Agencias de Extensión Rural (AER) y a dos institutos dedicados a estudios sobre políticas públicas, economía y ciencias sociales dentro del INTA.
La decisión del Consejo, que sólo contó con la oposición de la Federación Agraria, apuntó directo a una de las herramientas con las que cuentan los pequeños productores rurales del agro para mejorar su productividad.
El órgano, que debe representar a todos los actores del campo, en realidad está fuertemente desequilibrado en su composición interna, por el peso que tienen allí los grandes propietarios de tierras que se orientan a la agroexportación.
Tal es el contrapeso que ejercen esos actores económicos que en mayo, luego del reclamo de los trabajadores del INTA, Diputados presentó una propuesta para incorporar tres vocales “en representación de las organizaciones de productores familiares, campesinos e indígenas de alcance nacional, las cuales deben ser miembro del Consejo de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena”.
Apoyo a la Agricultura Familiar
En ese sentido, los investigadores, técnicos y extensionistas abrieron un espacio “para pensar el futuro de los organismos de Investigación y Desarrollo, como así también las universidades en relación con la Agricultura Familiar”, destacaron desde INTA.
Se trata de un ámbito de debate y de “puesta en valor de la economía agrícola familiar, en el que se reveló la importancia del fortalecimiento de la integración entre las instituciones de Ciencia y Técnica y las Universidades Nacionales con los actores del sector”.
De los intercambios surgió el rol destacado de los actores tradicionales “como el INTA, el Senasa y la SsAF” y las universidades en materia de circulación del conocimiento acerca de la agricultura familiar, como así también los municipios en una asociación virtuosa.
Agroecología
A su vez, entre las nuevas temáticas relacionadas con el sector se evidenció la importancia del concepto de la agroecología, que no estaba presente hace 25 años atrás, destacaron en el portal INTA informa.
Además, plantearon el agregado de valor con una red de comercialización en circuitos cortos y nuevas soluciones para los déficits de agua, tanto para uso productivo como doméstico.
Entre los desafíos, nació la necesidad entender a los consumidores como factor central para desarrollar ?cadenas cortas?.
Allí, lograr que el consumidor consiga productos baratos y el productor un canal con ingresos mayores, al tiempo que se pondera la mayor toma de conciencia de la población respecto a la alimentación saludable.
También surgió la necesidad de fortalecer la red de cobertura en manos de los especialistas en el territorio que acompañan y asesoran a los agricultores. También quedó en evidencia la demanda centralidad de este sector en la política pública.
El evento fue organizado por las universidades nacionales del Comahue, de La Pampa y de La Patagonia San Juan Bosco, en conjunto con el INTA, a través del Centro Regional Patagonia Norte, el IPAF Patagonia y el Programa ProHuerta.
