Periferia

6 de Octubre de 2024

Sin números para sostener el veto a las universidades, el Gobierno apuesta a la provocación

La debilidad libertaria en el Congreso se vio el viernes cuando Milei envió a Alejandro Álvarez a hacer reaccionar a universitarios en la UNLP. Gobernar para Twitter en medio de una discusión sobre cómo nos desarrollamos.

El gobierno de Javier Milei no tiene los números para sostener el veto contra la Ley de Financiamiento Universitario en Diputados. Las cuentas no le dan. Si bien necesita una minoría de 87 votos para blindar esa decisión del Poder Ejecutivo de negarle los fondos que reclaman las universidades nacionales y que se plasmó en esta ley que obliga a equiparar los fondos en gastos de funcionamiento con la inflación, equiparar salarios con la inflación (hoy los docentes y no docentes universitarios perdieron un 65% contra la suba generalizada de precios) y pagar el retroactivo desde diciembre de 2023), no los tiene.

La Libertad Avanza tiene 37 votos propios, apenas. El PRO tiene 39 bancas, con lo que si se suman todos llegan a 76 bancas. La cifra no le alcanza al oficialismo, más si se tiene en cuenta que algunos legisladores del PRO manifestaron que rechazarían el veto, como es el caso de Álvaro González. El conteo es uno a uno, y si al Gobierno se le caen legisladores del PRO debe recuperar de otro lado y por ahora, en la previa los números le son adversos.

Es más, la estrategia del Gobierno es salir a presionar a los gobernadores, para que obliguen a sus diputados a votar a favor del veto. Dos problemas, los diputados no responden todos a los gobernadores sino también a la oposición, y muchas veces los propios votan por su cuenta. El escenario es complicado para Milei, que se empantanó en una pelea con un adversario más grande y organizado socialmente como son las universidades nacionales.

La patota de provocación libertaria y gobernar para las redes sociales

La desesperación del Gobierno de Javier Milei se empezó olfatear el viernes, cuando enviaron al Subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez (cuyos logros visibles de gestión son retuitear insultos, datos falsos y agravios contra docentes y rectores de las universidades) a hacer reaccionar a estudiantes en la Universidad Nacional de La Plata, cuando iba “a dar una charla” justificando el veto de Javier Milei a las universidades nacionales.

La provocación era clara. Álvarez sabía que no iba a dar ninguna charla, y de hecho fue acompañado de diez referentes de La Libertad Avanza, que estaban listos para filmar como los repudiaban en la universidad. Si bien la UNLP repudió el acto, la actitud de eludir la discusión central del presupuesto para un sector que defiende la abrumadora mayoría de la sociedad, y concentrarse en la provocación para tener reacciones en redes sociales habla de la desesperación del gobierno libertario.

Emiliano Yacobitti, el vicerrector de la UBA se lo dijo claro, horas después de la masiva Segunda Marcha Federal Universitaria: “Alejandro, esto no es twitter“.

A Álvarez, el Gobierno lo tiene guardado para su estrategia de “patota de provocación” y para “ganar likes“. Es que si se ve en retrospectiva, el funcionario, que gana más de cuatro millones de pesos, no tiene un sólo logro visible en su gestión, va a las reuniones con los rectores a no negociar, no sabe cosas elementales como qué es la autonomía universitaria, y es un estorbo hasta para funcionarios como Carlos Torrendell, el Secretario de Educación, y Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano, cuando la estrategia amerita acercamiento a las universidades (como fue después de la primera Marcha Universitaria). Cabe recordar que, luego de esa primera masiva movilización, Álvarez debió ser corrido de las negociaciones con las universidades. Es un inepto, y el cargo le queda excesivamente grande.

Claro que, si bien adquirió notoriedad esta semana (llegó a la pantalla de TN y lo llaman de La Nación+), su visibilidad es una mala señal hasta para el propio Gobierno, porque delata que está perdiendo la batalla con las universidades nacionales, y esto tiene que ver con que “su rol” (si hubiera uno ligado a gestionar) no es negociar, no es recomponer, sino romper y provocar. Su visibilidad es la señal de debilidad del gobierno nacional. Entre Álvarez y los trolls financiados por fondos públicos que tiene Milei y que van a las marchas a insultar y buscar deslegitimar opositores, no hay prácticamente diferencias.

Mientras tanto, la discusión de fondo sobre las universidades y cómo y para qué financiarlas, que es clave porque implica un debate sobre cómo tiene planeado desarrollarse la Argentina y cómo vamos a usar la producción de conocimiento, por ahora está siendo eludida por el gobierno de Javier Milei, que prefiere ir por el atajo rabioso de mentir datos (como el de estudiantes inventados) y acusar corrupción y malos tratos para ganar la batalla inmediata.

Poroteo

En fin, yendo a los números, este proyecto de ley busca actualizar el presupuesto de las universidades públicas a partir del 1 de enero de 2024, considerando la inflación anual de 2023, que llegó al 211,4%. Además, incluye una recomposición salarial para docentes y no docentes. Para revertir el veto, se necesitarían 172 votos en Diputados, lo que representa dos tercios de los 257 legisladores.

Si hubiera asistencia perfecta, el oficialismo debería reunir 86 voluntades en contra de la insistencia de la ley. Pero los números necesarios, tanto para un lado como para el otro, disminuyen a medida que hay ausentes (con dos tercios de los presentes se lograría ratificar la ley). Así, con que al Gobierno le falte alguno de sus “héroes”, estaría complicado. Envalentonamiento o ingenuidad para el oficialismo haber creído que ese tercio que logró el pasado 11 de septiembre se convertiría en un mágico número automático.

Dentro de los apoyos que buscará LLA están los cinco diputados de la UCR que, polémicamente, acompañaron a blindar el veto de la movilidad jubilatoria. Después de eso, sumado a la causa universidades, por la cual el partido centenario levanta bandera, se encuentran aún más presionados. En la votación original dos de ellos estuvieron ausentes y los otros tres votaron a favor de la ley. Si alguno no votara esta vez junto al Gobierno y además se ausentara, colaboraría con la oposición. Dentro de la bancada radical aseguran que están “trabajando uno a uno los votos para la insistencia”.

También es mirado con atención que harán los ocho integrantes de Innovación Federal, que responden a los mandatarios de Salta, Misiones y Río Negro. En el caso jubilaciones, pasaron del voto a favor a la abstención. A la Ley de Financiamiento Universitario la acompañaron positivamente. Los salteños están dispuestos a ratificar el voto a favor, según lo anunció la propia jefa del bloque, mientras que los demás todavía no se sabe. Dependerán de sus gobernadores y lo definirán al filo de la sesión.

¿Qué hará el PRO?

Pero lo que determinará todo para LLA dependerá de lo que resuelva el PRO, su aliado que posee un bloque con solo un diputado de diferencia en cantidad. Dentro de la bancada amarilla ya hay varios que analizan cuán conveniente será pagar un nuevo costo político junto al Gobierno. El espacio presidido por Cristian Ritondo evitó sentar una postura respecto al veto universitario y todavía hay incertidumbre.

A ello se suma que los larretistas Álvaro González y Héctor Baldassi, ausentes en la primera votación, ya dieron indicios de que votarán en contra del veto. El porteño participó de la marcha de este miércoles, mientras que el cordobés publicó un sugestivo mensaje en sus redes. Cuando salió la media sanción hubo además otros cuatro legisladores del Pro ausentes.

La Ley de Financiamiento Universitario fue aprobada el pasado 15 de agosto en la Cámara de Diputados por los bloques de Unión por la Patria, UCR, Encuentro Federal, Innovación Federal, Coalición Cívica, Por Santa Cruz y Movimiento Popular Neuquino.

“Estuvimos el 23/4 en las calles pidiendo por el financiamiento universitario. Estuvimos en mayo para emplazar comisiones y sacar dictamen. Estuvimos en agosto con la 1/2 sanción. Estuvimos este miércoles. Y estaremos la semana que viene en el recinto para rechazar el veto”, anticipó Germán Martínez, jefe de UP, que en ocasión de la primera votación registró 15 ausentes.

En tanto, los votos en contra aquella vez fueron de LLA, Pro, MID, Independencia y CREO. Dos diputadas sanjuaninas, que suelen moverse como aliadas, habían estado ausentes. En el caso de jubilaciones, pasaron de abstención al voto a favor del veto. Se verá en universidades.

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