Según la última encuesta realizada por Zuban-Córdoba, las universidades nacionales y el CONICET, son las instituciones sociales que tienen el mayor índice de valoración social con cifras que llegan al 85% y con apoyos que no se pueden mensurar por pertenencia partidaria, porque transversalizan a todos los sectores y corrientes ideológicas de la sociedad.
Esa transversalidad siembra hace que la política anti-universidades del Gobierno siembre rechazos en todo el espectro social (con su correlato político). Es que no se trata de un sector en el que se identifique el kirchnerismo, como pretende la gestión de Javier Milei. El PRO, la UCR, el socialismo, el peronismo y hasta los propios libertarios tienen una relación de pertenencia con las universidades.
Y es que son las instituciones en las que los sectores medios, bajos y medio altos, concretan sus proyectos aspiracionales. En tal sentido, el oficialismo arrancó mal, porque consideró que la misma retórica anti-casta que utiliza para denostar a todos aquellos sectores que considera enemigos (sindicatos, políticos, empresarios) le cabía a las casas de estudios superiores.
Su constante rechazo a negociar la suba salarial de los docentes universitarios (hoy con una pérdida del 65% contra la inflación) derivó en lo que (muchos creen) será la segunda mega movilización en contra de las políticas del Gobierno (ya no sólo contra las universidades, sino también contra los trabajadores, los jubilados, los estatales, los médicos, y más)
El oficialismo está desesperado porque las cifras de las encuestas le marcan una pérdida de no menos de 10 puntos (más menos, según el sondeo) de la imagen del presidente, Javier Milei, y, en ese contexto, una mega movilización en su contra, se encamina (demasiado pronto, apenas diez meses de gobierno) a debilitarlo más.
Es así que, a tres días de la marcha del 2 de octubre, el Gobierno sacó otra vez la carta de ensuciar a su oponente con acusaciones de corrupción.
Fue Carlos Torrendell, el Secretario de Educación, quien criticó a los gremios por no aceptar la última propuesta salarial y acusó a las universidades de “inventar alumnos” para tener más fondos. Desde la Universidad de Buenos Aires denuncian que más del 60% de sus trabajadores son pobres. Se tensa la relación entre el Poder Ejecutivo y los docentes.
65% de pérdida, y Milei ofrece el 5,8%
El secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, principal interlocutor del Poder Ejecutivo con las autoridades universitarias y los sindicatos del sector, consideró “una lástima” que los referentes gremiales rechazaran la propuesta salarial “superadora” del 5,8% adicional al 1% establecido para octubre.
“Con la propuesta equiparábamos los máximos aumentos que se dieron, que era lo que se venía conversando”, aseguró Torrendell. Los representantes de los trabajadores calificaron la oferta de “insuficiente” ya que, según denuncian, perdieron un 55% de su poder adquisitivo desde que asumió la gestión de Javier Milei.
“Ellos siempre piden equiparar con la inflación”, dijo el secretario en relación al reclamo de los docentes y no docentes. Se trata de un objetivo “que uno puede plantear con toda razonabilidad”, añadió, pero que, según aclaró, “se puede ir logrando a partir del déficit cero”.
“Están conversando”
El funcionario reconoció que existe un “retraso” salarial, pero señaló que se está “conversando”. “Se hizo una propuesta de mejora y ahí es donde uno ve, lamentablemente, una posición más política”, denunció.
Respecto a la marcha del próximo miércoles, Torrendell negó la versión de las universidades al señalar que “no hay ningún escenario dramático”. Desde las casas de altos estudios denuncian un desfinanciamiento y reclaman al Gobierno que no vete la ley que prevé recuperar lo perdido.
En esa línea, aprovechó para recalcar la importancia de “repartir bien los recursos educativos”, en un claro mensaje hacia las universidades respecto de la disputa por los fondos. Y las acusó de “inventar alumnos” para “multiplicar los cargos”,
“Hay 600.000 alumnos en las universidades nacionales que no sabemos si están inscriptos en alguna materia o no, el 38% de los alumnos, y los fondos se dan a partir del número total de estudiantes”, sostuvo y agregó: “Inventar alumnos es un tema que tiene más o menos 200 años, porque la multiplicación de los cargos docentes tiene que ver con eso. Ha pasado en las primarias, secundarias y puede estar pasando en las universidades, sobre todo cuando hay facultades que empiezan a perder alumnos”.
Miopía oficial
Carlos Torrendell calificó a la marcha universitaria como “política” y marcó la falta de sensibilidad social que padece la gestión libertaria, teniendo en cuenta que en la última movilización se llenaron las plazas de todo el país.
Según expuso el secretario de Educación, el presupuesto de su área se ha destinado en gran parte a pagar deudas del 2023 y a actualizar los gastos de funcionamiento congelados desde octubre de 2022. “Respecto a los gastos de funcionamiento no nos han vuelto a pedir nada. Si hay un problema con los reactivas, lo que hay es un problema entre el rectorado, que es el que maneja los gastos, el consejo superior y las facultades”, sostuvo sobre el último ítem.
Antes de la movilización, el secretario calificó la protesta de “marcha política” y aseguró que trabaja para impulsar lo que denominó “la revolución de honestidad” que apuesta a “combatir la corrupción y empezar a administrar bien los recursos”.
“A los alumnos que están en la educación estatal, a los que más tienen, cuatro veces más que a los que menos tienen”, criticó el funcionario, y agregó: “Tenemos un déficit grave de equidad educativo. En las universidades, los chicos que terminan graduándose son los que tienen más recursos”.
Por último, en plena negociación con los gremios, Torrendell aseguró hay momentos en los que prima “una cierta racionalidad de negociación”, y hay otros marcados por “el cuanto peor, mejor”. “En la Argentina estamos discutiendo el problema universitario, pero no logramos que los chicos aprendan a leer y a escribir e ingresen a la universidad como corresponde”, concluyó.
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