Investigadores destacados, con representación ante la comunidad científica, salieron a responder a la entrevista ofrecida por el presidente del CONICET, Daniel Salamone, quien sostuvo que los recursos del organismo están garantizados para todo el año.
El titular del máximo organismo científico aseguró, en una entrevista con el medio Infobae, que los científicos “pueden dormir tranquilos”, ya que el presupuesto del organismo estaría garantizado y “no contemplan” reducir la planta del organismo.
Las declaraciones se dan de manera sorpresiva (Salamone hasta ahora venía mostrando un perfil anónimo y muy bajo) en medio de la discusión de la Ley Bases en el Senado, y con la posibilidad cierta de que no avance, entre otras cosas, por dos artículos que cuestiona fuertemente la comunidad científica.
Se trata de los artículos tercero y sexto que dota de facultades al Poder Ejecutivo para modificar competencias y funciones en el CONICET y otros organismos claves de ciencia y tecnología, como el INTI, el INTA, la CNEA, el SEGEMAR, el INIDEP, y la CONAE.
Claro, si se tiene en cuenta que la actitud mostrada por la administración de Javier Milei hacia la comunidad científica viene siendo hostil, nadie espera que la intervención de organismos sea para planificar políticas científicas, sino para reducir personal.
“No podemos dormir tranquilos”
Es por eso que la Red Argentina de Investigadores en Ciencia y Tecnología salió con una fuerte respuesta: “No podemos dormir tranquilos“. La red publicó un comunicado para desmentir las declaraciones de Salamone. Mediante una carta, desde Raicyt aprovecharon para visibilizar la situación y advirtieron una serie de puntos para exhibir la cara oculta que el titular del Conicet no muestra. Destacaron, en este sentido, que la “inflación interanual ha licuado los montos transferidos a Centros e Institutos de Investigación”.
“Llama la atención lo que dice Salamone porque lo que se está viviendo en el sistema científico es otra realidad, muy alejada de la tranquilidad necesaria para hacer investigación”, dice Jorge Geffner, inmunólogo del Conicet y referente de Raicyt, a Página 12. Valeria Levi, otra de las líderes del espacio y vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, sostiene en la misma línea: “Lo de Salamone provoca profunda indignación en toda la comunidad. Evidentemente fue la forma deshonesta que tuvo para minimizar las críticas realizadas. Es sorprendente cómo se falta a la verdad de forma desvergonzada, ya que la mayoría de los datos que expone son falsos. Nos dice que tenemos que dormir tranquilos como si fuéramos bebés y no científicos”.
Despedidos y fuga
Por otra parte, en el texto aseguran que “se ha despedido un número muy importante de empleados administrativos”, que desempeñaban una función esencial en el Conicet. Si la ciencia en Argentina –y en el mundo– avanza es también gracias a las personas que realizan tareas vinculadas a la burocracia que el propio sistema impone. Al haber menos personal, los trámites vinculados a las investigaciones no serán más ágiles como se pretende –bajo la bandera de crear las condiciones para un Estado “más eficaz”– sino todo lo contrario. Asimismo, además de los trabajadores que ya fueron dados de baja, hay aproximadamente 1200 más, cuya vigencia del vínculo laboral podría culminar el 30 de junio. En efecto, la precarización continúa acentuándose.
Los científicos también reclaman por un aspecto de suma importancia que el presidente del Conicet pasa por alto y se vincula con las becas doctorales. El número se redujo de 1300 a 600 y esto, como resultado, afecta a la formación de recursos humanos. Al quitar posibilidades de formación e investigación a los futuros doctores, se alienta, de manera subyacente y como sucedió en otros contextos, a una nueva fuga de cerebros. Lo que aún significa más, los ingresos a la Carrera del Investigador y al Personal de Apoyo están “paralizados”.
También desmienten los datos que Salamone brindó en relación al presupuesto ejecutado por el organismo. “Los 450.745 millones de pesos (datos suministrados por el presidente del Conicet) no se condicen en absoluto con el presupuesto que figura en la web oficial, no alcanzando la mitad de esa cifra (214.821 millones)”. Y, al respecto, también aprovechan para mencionar una situación similar que se reporta en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología que, en la actualidad, ejecutó menos del 2 por ciento del presupuesto asignado.
Desde ATE Conicet se plegaron al reclamo que realizan los científicos agrupados en Raicyt y sintetizaron a través de sus redes sociales: “El presidente del Conicet omite los 140 despidos, la reducción de un 40 por ciento de las becas, la situación de 1000 investigadores y técnicos que no fueron dados de alta, la parálisis en el financiamiento de proyectos”. También advirtieron la posible “finalización de 1200 contratos el 30/6”, con el hashtag Andate a dormir vos.
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