En el marco de la Primera Cumbre de Farmacia Comunitaria con sede en Buenos Aires, la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) espera que en los próximos días la Justicia dicte sentencia a la cautelar presentada en diciembre. Desde el organismo pretenden anular los artículos del DNU 70/2023 que afectan al ejercicio profesional farmacéutico y a la salud de la población.
Ricardo Pesenti, presidente de COFA, advirtió que los cambios a partir del DNU generan una serie de conflictos de seguridad con respecto a los medicamentos y degradan el rol del farmacéutico. Según el representante de los farmacéuticos, esta situación representa un serio riesgo sanitario para la población debido a la ausencia de controles, tanto en el mecanismo de dispendio de medicamentos como en la calidad o directamente en la falta del principio activo.
Desde COFA plantean que la desregulación de los medicamentos por fuera de la farmacia genera problemas de legitimidad y acceso y no garantiza la baja en los precios. A su vez, la mercantilización del medicamento desestima a la farmacia como un centro de salud y la convierte en un comercio.
Sin diálogo con el gobierno, a pesar de haber solicitado en varias oportunidades una reunión con Mario Russo, actual ministro de Salud, el organismo trabaja para que el reclamo se vehiculice por vías judiciales y legislativas.
En un contexto de crisis del modelo de Farmacia en la Argentina, miembros de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP) brindaron ayer una conferencia de prensa en la que expusieron los riesgos de la desregulación del rol de la farmacia y analizaron modelos farmacéuticos exitosos de distintos países del mundo.
“Las desregulaciones que han experimentado otros países no han tenido un impacto significativo en los precios ni aseguraron la accesibilidad a los medicamentos ya que las tiendas se concentran en las grandes ciudades por ser zonas más rentables”
Jaime Acosta, Secretario de la Sección de Farmacia Comunitaria de la FIP.
Llamado de atención internacional
Paul Sinclair, presidente de la FIP, manifestó que el gobierno debería tener diálogo con COFA sobre el rol de los farmacéuticos y tomar el ejemplo de países donde la farmacia aporta valor al sistema sanitario. “El farmacéutico es un profesional que no solo provee medicamentos sino también servicios como la revisión de uso de los medicamentos. Donde haya medicamentos, tiene que haber un farmacéutico”, aseguró.
El trabajo de investigación en Australia de Sarah Dineen Griffin, vicepresidenta de la Sección de Farmacia Comunitaria de la FIP, indaga en los beneficios del rol del farmacéutico en contacto con los pacientes. “La intervención del farmacéutico genera ahorros en el sistema de salud y en la salud de la población”, afirmó. “El aumento de su capacidad profesional, con posibilidad de prescripción en casos de síntomas menores, mejora la accesibilidad a los medicamentos y alivia la presión sobre los centros sanitarios. La legislación mundial está evolucionando hacia ese camino”, añadió.
La desregulación que se pretende en Argentina está totalmente en contra de lo que sucede en países como Reino Unido, Canadá, España, Australia y Estados Unidos. Según Sherif Guorgui, Presidente de la Sección de Farmacia Comunitaria de la FIP, la farmacia no debe ser considerada como un costo sino como parte de la solución a los cambios poblacionales y la aproximación a los medicamentos debe ser holística, no solo comercial. Guorgui advierte que la mirada economicista sobre el acceso a los medicamentos suele generar mayores costos sanitarios como consecuencia de los efectos en la salud de la mala administración de los mismos.
“Las desregulaciones que han experimentado otros países no han tenido un impacto significativo en los precios ni aseguraron la accesibilidad a los medicamentos ya que las tiendas se concentran en las grandes ciudades por ser zonas más rentables”, afirmó Jaime Acosta, Secretario de la Sección de Farmacia Comunitaria de la FIP.
“Los medicamentos, por su potente efecto en la salud, no son productos ordinarios de consumo. Facilitar su acceso de una manera no supervisada resulta peligroso”, concluyó Sinclair.
“Desaparece la presencia del farmacéutico en la farmacia, como garantía de confianza y seguridad”
COFA
El DNU
La medida dispuesta por el Poder Ejecutivo se argumenta en la necesidad de disminuir el costo de los medicamentos y facilitar su uso y acceso. Con ese fin, habilita medicamentos de venta libre en negocios que no sean farmacias. Estos medicamentos tienen, como todos, efectos adversos e interacciones. Representan el 60% del total de los mal llamados de “venta libre” y deja abierta la puerta a incorporar otros al listado.
Según COFA, uno de los problemas es que “no establece ningún mecanismo de control, lo que implica una liberalización implícita a que se venda cualquier medicamento en cualquier lugar e impide que esto se pueda denunciar”. El DNU establece que estos medicamentos deben ser entregados por un dependiente del establecimiento, con lo que se reemplaza la función del farmacéutico.
Con respecto a las farmacias – que serían las únicas autorizadas para el expendio de medicamentos con recetas– establece que un mismo profesional puede ser responsable de varias farmacias. COFA cuestiona que “desaparece la presencia del farmacéutico en la farmacia, como garantía de confianza y seguridad”.
Por su parte, la farmacia es un reaseguro para el sistema sanitario, aseguran, especialmente en lo que respecta a la autenticidad de los beneficiarios “basándose en el estrecho contacto entre paciente y el farmacéutico”.
“Estas modificaciones generan una pérdida de la trazabilidad del medicamento”, advierten desde COFA, que ya plantean que “implica el riesgo de que circulen medicamentos adulterados o directamente falsos”.
“Todo esto significa un serio riesgo sanitario para la población, debido a la ausencia de controles, tanto en el mecanismo de dispendio de medicamentos como en la calidad o directamente en la falta del principio activo”, concluyen.
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