El humo blanco comenzó a surgir de entre las ventanas del tercer piso de uno de los edificios del Polo Científico Tecnológico y las alarmas se dispararon. Según trascendió, a esa hora no había nadie trabajando. Solo estaba el personal del servicio de seguridad que rápidamente alertaron a los bomberos. Según el SAME no se registraron heridos.
El principio de incendio se originó en una zona del centro de cómputos de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i). Desde el gobierno dijeron que se trató de “un incidente menor”, sin heridos, ni daños materiales de gravedad. De todas formas se realizará una investigación para determinar las causas del incidente.
En el mundo de las redes sociales, el ejército de trolls que respalda al gobierno libertario actuó poniendo en duda el origen del siniestro. El presidente Javier Milei, usuario fanático de las redes, se sumó a esa teoría al retuitear un tuit: “Se hablo de fiscalizar, de una auditoría independiente, y se prende fuego todo. Nunca fue mas evidente el afano… lo del 23 es una expresión de mantener este sistema corrupto que atenta contra la educación superior. La UBA debe ser intervenida”.
Dos datos son importantes para descartar este intento de desprestigiar el organismo: Uno, ahí no funciona nada que esté vinculado con las universidades, y otro es que la Agencia I+D+i está bajo la órbita de control de la Sindicatura General de la Nación (que audita sus cuentas).
