Periferia

2 de Febrero de 2022

Neuquén: Disconformidad en la PIAP con el acuerdo para construir Atucha III

Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada rechazaron el acuerdo entre el Gobierno y China que posterga la construcción de una central tipo CANDU, con tecnología nacional.

Tras la firma del contrato para construir Atucha III con agua liviana y uranio enriquecido los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), emplazada en Neuquén, se manifestaron “en disconformidad” por las implicancias tecnológicas del acuerdo para la planta, que está paralizada desde el 2017, y para el sector de ciencia y técnica.

Hoy en la planta, ubicada en la localidad de Arroyito, trabajan actualmente unos 100 operarios, que aguardan desde el 2016 que el acuerdo con China para la construcción de las próximas centrales nucleares contemple la construción de una central tipo CANDU, con uranio natural y agua pesada.

La firma del contrato para construir en el país la primera central nuclear con tecnología de uranio enriquecido complica, en tal sentido, nuevamente los planes de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) para mantenerse a flote. El complejo de Arroyito mantiene su producción paralizadadesde el 2017 y solo realiza tareas de conservación con un staff mínimo de trabajadores, quienes siguen percibiendo su salario por un contrato de seis meses que se logró prorrogar tras el fracaso del presupuesto nacional

Es que los trabajadores y trabajadoras aguardaban aún que se pudiera avanzar con las condiciones históricas del acuerdo que venía fijando la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández, con el país asiático.

Hasta 2015, los términos de ese acuerdo, caído durante la gestión de Mauricio Macri, contemplaba la construcción de dos centrales nucleares. Una de uranio enriquecido y agua liviana, construída íntegramente por China, con tecnología “llave en mano” (similar al acuerdo firmado ayer), y otra con tecnología tipo CANDU (con uranio natural y agua pesada), y que abría las chances de participación con ciencia y tecnología local de una manera más consistente. Allí entraba la PIAP.

Nucleoeléctrica incluyó el proyecto de una central CANDU en su plan de acción

“Fue una noticia que no nos sorprendió, pero no nos agradó en absoluto”, dijo ayer el delegado de ATE en la planta, Cristian Salas, sobre el acuerdo para la cuarta central.

La nueva central, con tecnología china

El acto ayer consistió en la firma del contrato entre Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA) y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) para el diseño, suministro y construcción de la cuarta central nuclear del país, Atucha III, que usará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante.

Andrés Kreiner: “La central CANDU es la mejor solución tecnológica, industrial y financiera”.

La nueva central estará emplazada en el complejo de la provincia de Buenos Aires que lleva ese nombre y tendrá una potencia eléctrica bruta de 1.200 MW, con 60 años de generación continua de energía, según se informó ayer.

La inversión será de 8.300 millones de dólares, aportados por un consorcio de bancos chinos y aseguraron que generará unos 7.000 puestos de trabajo durante su construcción.

Malas noticias

Para la PIAP significa una mala noticia porque confirma la postergación de una cuarta central con tecnología de uranio natural y agua pesada, que es la que maneja el país y por la cual se creó el complejo neuquino. Si bien el presidente de NASA, José Luis Antúnez, ha afirmado que el país avanzará en esa planta, no está claro aún cuál sería su financiamiento.

Energía nuclear: La PIAP necesitaría casi dos años para volver a funcionar como antes

Salas indicó que el horizonte posible para la planta, de momento, es la producción de unas 450 toneladas de stock para abastecer a las tres centrales en funcionamiento hasta el fin de su vida útil, aunque eso demanda una “decisión política que debe tomar el gobierno nacional”. “No entendemos por qué no se llega a cerrar y es algo que nos tiene preocupados”, afirmó.

NASA ha planteado que tiene que seguir el ciclo de combustible argentino con uranio natural y el proyecto Carem, que son reactores con uranio levemente enriquecido y que necesitarán agua pesada”.

Cristian Salas, delegado de ATE en la PIAP.

Testimonio para Diario de Río Negro.

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