Dos de cada tres argentinos (65,2 por ciento) respaldan la Marcha Universitaria que se hizo el martes pasado y, además, una gran mayoría de la población evalúa como negativa a la gestión educativa del gobierno de Javier Milei.
Los datos de la consultora CEOP marcan casi unanimidad total de los ciudadanos en la importancia de la educación pública (87,5 por ciento). Sin embargo, el presidente, Javier Milei, que deberá negociar con las universidades el martes de esta semana, consideró la movilización como “un triunfo político maravilloso.
Las conclusiones surgen de la encuesta –especial para el medio Página/12– realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman.
En total se entrevistaron 1.200 personas de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia. Como es habitual, el sistema fue a través de la selección de ciudadanos en las páginas más transitadas de Internet, como Facebook, Instagram y otras. El sondeo se terminó de procesar este viernes 26 de abril.
Salvo Milei, todos ven un rechazo a la política educativa
El hecho objetivo es que se trató de una marcha de dimensiones inesperadas, en todo el país. Y a esto se agrega que la encuesta del CEOP demuestra que el 65,2 por ciento dice que está de acuerdo con la marcha. Apenas un 33,8 en contra. Si se toman en cuenta los números del balotaje (Milei consiguió el 56 por ciento), parece evidente que parte del electorado del libertario respalda a docentes y estudiantes. Eso quedó claro con sólo ver la dimensión de la marcha en Córdoba, provincia en la que Milei consiguió el 75 por ciento de los votos.
“En una sociedad polarizada, no es fácil encontrar un punto en el que todos están de acuerdo -señala Bacman-. Para casi nueve de cada diez argentinos el nivel de importancia de la educación pública es muy alto. Eso explica que el desfinanciamiento provocó una fuerte reacción. Deja al descubierto el convencimiento de que la gestión de Milei tiene como uno de sus objetivos transformar algo que a los argentinos los enorgullece. La cantidad de gente fue un impacto, fue imposible aplicar el protocolo de la ministra Patricia Bullrich y ahora hay que ver cómo Milei y su equipo interpretan lo que pasó. ¿Es un punto de inflexión para el gobierno? Todavía es prematuro dar un diagnóstico definitivo, pero los puntos de inflexión son multicausales y se caracterizan por la existencia de muchos frentes a resolver”.
Milei, en su mundo
Sin embargo, alejado de la realidad, el Presidente Milei sostuvo que la movilización del pasado martes “sirvió para ver de qué lado está cada uno” y “quiénes son los que están en contra de la libertad”.
“En el fondo, muestra el miedo que me tienen, lo grande que soy respecto a ellos. Se tuvieron que juntar todos”, remarcó. El consultor sostiene que “Milei ha decidido profundizar su imagen de disruptiva. La disrupción original, la económica, que implicaba la aplicación a sangre y fuego del modelo anarcocapitalista, fue dejando partes en el camino. Se ve en la devaluación de la Ley Bases, por ejemplo. Mientras tanto, el presidente sostiene su imagen de disruptiva desde su discurso, las imitaciones y sus actitudes. La verdad, no son recomendables en el marco de la grieta. Por ahora, están los que lo siguen apoyándolo pese a las consecuencias del ajuste. Pero hay que estar atentos: el tiempo pasa y si la economía no mejora, el panorama puede tornarse turbulento e incierto”.
Qué viene
La marcha demostró que al gobierno lo deterioran las imágenes de las facultades funcionando a media luz; los decanos diciendo que a fin de mayo no podrán seguir funcionando y, en general, las protestas estudiantiles. Como señala Bacman, en el ambiente sobrevuelan varios conflictos: seguramente el principal estará en la llegada de tremendas facturas de servicios y los aumentos de la nafta, el subte, los colectivos. En la encuesta periódica del CEOP ya se percibe un cambio: la principal preocupación ahora es que “los sueldos e ingresos no alcanzan”, cuando antes ese lugar lo ocupaba la inflación. “La educación pública constituye una reivindicación en sí misma que trasciende holgadamente el esquema de polarización, penetrando en el propio segmento de los que apoyan a la gestión Milei -redondea el titular del CEOP-. Por eso, la marcha rompió la estructura de la grieta, agitó aún más la interna del oficialismo y el pase de facturas estuvo al orden del día. Fracasó el relato basado en argumentos como el adoctrinamiento, la existencia de curros o la influencia de la casta. Eso lo creyó el núcleo duro libertario, pero con eso no alcanza. Parece evidente que va a tener que negociar y aun así se verá”.
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