Hacia adentro del gobierno de Javier Milei, aparecen grietas nítidas entre representantes de sectores que plantean la continuidad de lo que el presidente define como “la casta”, y quienes asumen el discurso de cambio con el que llegó a la presidencia en 2023.
Uno de esos casos exponentes es el que en este momento se da por la sucesión de Flavia Royon, ex secretaria de Minería de la Nación. En la disputa hay dos nombres. Alberto Carlocchia, con un perfil de mantener el statu quo del sector, parado en un lugar de cercanía con la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), de la cual fue presidente, y ex director de Patagonia Gold.
La estructura del sector, sostenida y gestada durante el inicio del gobierno de Alberto Fernández, une a funcionarios y gremialistas con los empresarios, lo que es cuestionado como “la casta” por los libertarios que encarnan lo más radical del discurso de Milei.
“Este lazo ha servido para encubrir prácticas como la subfacturación del litio y la falta de transparencia en las inversiones, lo que ha ocasionado pérdidas millonarias para el país”, cuestiona Pablo Rutigliano, el otro aspirante a ocupar la secretaría de Minería, y presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio.
“Existe una élite política que obstaculiza el desarrollo transparente y competitivo en la industria minera”, dicen en el entorno de Rutigliano, un outsider que busca “promover la transparencia y la competitividad en el sector”, algo que es respaldado por un buen número de libertarios que buscan abrir el juego en el sector minero.
“Es hora de priorizar la verdad y la transparencia para que la minería argentina se expanda a cada provincia y municipio, dejando de lado las prácticas del pasado que solo benefician a unos pocos en relación a tanta pobreza y corrupción que hemos vivido todos los argentinos”, dice Rutigliano, quien apoya la incorporación de sectores de ciencia y tecnología y de generación de I+D al sector minero.
“Casta” vs “libertarios puros”
Para Rutigliano, es clave que el sector se transforme para aprovechar procesos de industrialización de la minería, incluso con la iniciativa de emprender un proceso de tokenización que impida la subfacturación que emprenden las trasnacionales mineras, algo que la CAEM no denuncia pero que sucede a diario con la industria minera.
Cómo dato se color, plantean que el ex presidente de CAEM, Carlocchia, está respaldado por Silver Standard una empresa internacional que promueve la continuidad del actual esquema de vínculos en un sector que tiene buena chance de desarrollarse e industrializarse, algo que no sucedió hasta ahora.
La definición dibuja una interna al interior del Gobierno entre quienes se mueven detrás de ideas más radicales del discurso libertario, algo que recondujo buena parte del caudal electoral hacia Javier Milei, y la conservación de la columna vertebral del modelo minero histórico.
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