Javier De Filippo, bioquímico y delegado de ATE en el Instituto Malbrán, accedió a una entrevista con Periferia en la que detalló las implicancias de la descentralización de los tests para la detección del coronavirus SARS-CoV-2, decidida por el Gobierno.
El especialista del ANLIS-Malbrán, se refirió, además, al debate generado por la posibilidad de realizar tests masivos en nuestro país, De Filippo expuso la situación crítica en la que la gestión Cambiemos dejó a los científicos argentinos en términos salariales: “Mientras fueron responsables de llevar adelante políticas sanitarias lo hicieron de manera desastrosa. Esto pone en peligro la dotación de personal que, con formación adquirida en el Estado, tiende a buscar mejores horizontes en otros ámbitos”.
Por Estefanía Cendón.
Periferia: ¿Cuál es el criterio bajo el que se realizan los testeos para posibles contagios por Coronavirus?
Javier De Filippo: El modelo de caso probable se va modificando en función de la etapa de la epidemia que el país atraviese, por lo que tiene un carácter dinámico. El primer criterio para la actualización de casos estaba asociado a si la persona había venido de algún país o si tuvo contacto directo con alguien que haya venido de alguno de los países en los que había circulación del virus. Ahora el criterio cambió y el universo se ve ampliado. La definición de caso sospechoso es toda persona que presente fiebre y uno o más síntomas respiratorios: tos, odinofagia (dificultad para tragar) o dificultad respiratoria (sin ninguna otra causa que explique completamente la presentación clínica) y que en los últimos 14 días haya estado en contacto con casos confirmados de COVID-19, o tenga un historial de viaje fuera del país, o tenga un historial de viaje o residencia en zonas de transmisión local (ya sea comunitaria o por conglomerados) de COVID-19 en Argentina. También, la definición de caso sospechoso incluye a todo paciente con diagnóstico clínico y radiológico de neumonía, sin otra causa que explique este cuadro clínico, y el personal de salud que presente fiebre y uno o más de los síntomas respiratorios que mencioné.
P: ¿Qué número de testeos lleva realizado el Instituto Malbrán al día de la fecha?
JDF: Ahora se desconcentró el diagnóstico y se está haciendo en otros laboratorios. Hasta donde realizaba los testeos únicamente el Malbrán, 1 o 2 de abril, había cerca de 5.000 muestras estudiadas. La descentralización lleva unos días y no todos los laboratorios comenzaron a funcionar al unísono ya que cada uno se encuentra en distintos puntos del país. Por este motivo los equipos debieron arribar a destino y ser probados, así como también deben llegar los reactivos. Esto implica diversos tiempos.
P: ¿Cuándo se inició la descentralización de los testeos y cómo se está instrumentando?
JDF: El primer paso de la descentralización fue el viernes 20 de marzo cuando se efectuó una actualización de la formación para los laboratorios que conforman la red. Es importante destacar que el Instituto Malbrán es la cabecera de 27 redes para todas las enfermedades infecto- contagiosas del país entre las que se encuentran las virosis respiratorias. Esta red funciona permanentemente para virus como, por ejemplo, la pandemia de H1N1 en 2009. Con esto quiero decir que la red ya está establecida y la técnica que se utiliza para el diagnóstico de H1N1 y COVID- 19 es prácticamente la misma, la base es similar, por lo que se necesitó desarrollar una actualización de la formación del personal de salud. También fue necesario esperar la llegada de los reactivos y verificar los equipos que son los mismos de 2009. En algunos casos hubo que actualizar los equipos, mientras que en otros fueron cambiados.
Desde hace una semana prácticamente todos los laboratorios tienen los reactivos. Esto implica cierta logística ya que en este contexto los reactivos son un insumo muy requerido. No debemos olvidar que hay vuelos restringidos, lo cual dificulta su traslado. Nuestro país adquirió reactivos suficientes para cerca de 150.000 determinaciones, algunos ya están en el país y se están distribuyendo.
P: ¿Cuántos laboratorios incluye la descentralización?
JDF: Hay cerca de 35 laboratorios dispuestos a realizar los testeos: al menos uno por provincia y en algunas provincias hay más de un laboratorio. Estos laboratorios corresponden a la red de la que el Malbrán es cabecera. También se van a sumar laboratorios privados, que no conforman esta red, capaces de realizar diagnósticos.
P: ¿Qué efectos puede tener la descentralización de los test sobre la curva de la epidemia en nuestro país?
JDF: Nos va a permitir ver esa curva, mostrar la misma curva con más realidad. La cantidad de pacientes que va a haber, la cantidad de enfermos y la cantidad de muertos va a ser la misma, el punto es si tenés capacidad o no para verla. En el caso de Argentina la descentralización en los testeos nos va a dar mayor capacidad para ver esa curva en tiempo real. Lo que sucedía hasta ahora, por ejemplo, es que una muestra de Neuquén o Jujuy debía responder a un protocolo. Primero se estudiaba en el lugar de origen que esa muestra no fuese causada por otro virus, por ejemplo Influenzavirus A subtipo H1N1, rinovirus parainfluenza u otro virus respiratorio que las provincias pueden detectar. Una vez que esto daba negativo la muestra llegaba al Malbrán desde cualquier lugar del país. Esto de por sí cuenta con una demora logística, más aún cuando hay restricción de vuelos.
Ahora cada provincia va a poder realizar el test, lo que agiliza el acceso a los datos. Los mismos son cargados en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SIISA) que permite la vigilancia epidemiológica a través de la notificación de los casos. De esta manera el Ministerio de Salud cuenta con la información de forma rápida para ser utilizada en los partes que diariamente presenta y para la toma de decisiones. En el SIISA no sólo se cargan los casos, también el historial del paciente, si presenta o no enfermedades prevalentes, cuál fue el modo de contagio (al menos el aparente). En algunos casos también puede desconocerse el nexo epidemiológico.
P: En los últimos días se generó un debate acerca de la posibilidad de realizar tests de forma masiva en nuestro país. Inclusive, sectores opositores al gobierno plantearon que el número de testeos realizados hasta el momento es insuficiente. ¿Cuál es su postura?
JDF: Los dos países que llevaron adelante una política muy agresiva de “testear, testear y testear” fueron Corea y Alemania. Países con marcadas diferencias respecto a Argentina en relación al PBI, los sistemas de Salud y otros ítems. La evaluación acerca de si tienen que utilizarse otros tipos de tests, en qué momento de la pandemia tienen que utilizarse, sobre qué población, etc. es una discusión que está dando ahora el ministro de Salud junto a sus asesores científicos. Oficialmente en Argentina los tests siempre terminan referenciándose en la técnica PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) que son los testeos realizados por el Malbrán y los 35 laboratorios pertenecientes a su red. Es reconocido como el “gold standard”, el test de referencia, para asegurar si la persona tiene o no el virus SARS-CoV-2.
La oposición, posiblemente, vea aquellos videos que muestran que en Corea existen controles en donde los ciudadanos abren la ventanilla del auto y les realizan un hisopado a partir del cual son informados por un resultado positivo o negativo. Corea tiene otra idiosincrasia respecto al respeto a la autoridad, el cumplimiento de las normas. En el caso de nuestro país el debate acerca de la realización de tests masivos o no está asociado a quienes pueden ir a trabajar y quiénes no, cuánto paramos la Economía de un país. La oposición está privilegiando la Economía por encima de la vida.
P: Entre quienes plantean que Argentina debería realizar tests masivos hay ex funcionarios de la gestión Cambiemos. Un gobierno durante el cual el Instituto Malbrán perdió la mitad de su presupuesto y su personal fue reducido en un 10 por ciento.
JDF: No sólo eso. Además, en los últimos dos años del gobierno de Cambiemos el inciso presupuestario que está habilitado para la compra, reparación de equipamiento y la obras de infraestructura fue “cero”. Esto nos dejó en una situación muy vulnerable. Afortunadamente en esta crisis pudimos paliarla, pero es reprochable que alguien hable de esa manera ya que mientras fueron responsables de llevar adelante políticas sanitarias lo hicieron de manera desastrosa. No es menor destacar que un técnico especializado hoy, luego de la gestión Cambiemos, gana $24.000 una cifra muy cercana de la línea de indigencia. Un profesional con 5 años de experiencia tiene un sueldo que ronda los $37.000, por debajo de la línea de pobreza. Esto pone en peligro la dotación de personal que, con formación adquirida en el Estado, tiende a buscar mejores horizontes en otros ámbitos mejor remunerados.
El Mabrán, por su tradición y prestigio, puede sobrellevar esta situación en buenos términos. Nos tocó una patología particular frente a la que se pudo actuar bien, podríamos no haber tenido tanta suerte. Cabe recordar que el Instituto Malbrán es la cabecera que coordina 27 redes que implican cerca de 1.400 laboratorios en todo el país. Esos laboratorios son de distinta dependencia en términos de recursos, si bien la dependencia científica está asociada al Malbrán.
P: ¿Qué datos o conocimientos pueden obtenerse a partir de la descentralización de los tests?
JDF: Una característica es la velocidad con la que se obtienen los datos y la velocidad con la que se pueden tomar acciones de salud pública en esos lugares. Si se detecta rápidamente un caso positivo inmediatamente aislás a la familia o los contactos directos de la persona. Esto te permite un manejo más apropiado del caso y de la posible diseminación de ese caso en el territorio.
Existe una segunda etapa en la que estos laboratorios, que son parte de la descentralización, van ganando información acerca de cómo se va comportando el virus en los distintos lugares. Una parte de esas muestras vuelve al Malbrán y se hace un segundo estudio del comportamiento del virus en el territorio: si ese virus mutó o no, si se hizo más o menos frágil a distintas acciones. Esta información es de interés científico para el futuro.
P: ¿Es posible comparar la situación de Argentina con otros países cuando las medidas gubernamentales que se van implementando ante la pandemia responden a tiempos y decisiones políticas diversas? ¿En qué términos deberían ser esas comparaciones?
JDF: Hacer comparaciones es extremadamente complejo. Antes hablábamos de las diferencias en relación a los países orientales que tienen una idiosincrasia distinta a la nuestra y de una oposición que reclama la realización de muchos tests rápidamente. A modo de ejemplo, Corea tiene la siguiente capacidad: si viajás en el subte un infrarrojo te toma la temperatura, al igual que todos los que pasan por ahí. En caso de tener temperatura elevada las cámaras de reconocimiento facial, que tienen asociadas a tu número de teléfono, te envían un mensaje para darte aviso de la situación e informarte que contás con determinado tiempo para acudir a un centro asistencial a hacerte el test. Como tienen geolocalizados a todos los habitantes, les envían el mismo mensaje a los que viajaron junto a vos. Si no acudís a un centro de salud en el tiempo estipulado, alguien se encarga de recordártelo amablemente.
No sé cuántos argentinos, tomando en consideración nuestra idiosincrasia, aceptarían que el Estado conozca tu número de teléfono, tu cara, si hiciste o no hiciste algo en cierto tiempo. No sé hasta dónde aceptaríamos algo por el estilo.
P: El tipo de abordaje que se le da a la epidemia en cada uno de los países puede contemplar, o no, características particulares de su población.
JDF: Sí. Italia tiene una gran mortalidad y es de los lugares donde hay población más avejentada. Este es otro criterio. Mas allá de los errores que se hayan cometido en países como Italia y España, que los han llevado a la situación que atraviesan hoy, en ninguno de esos lugares existe un conglomerado pobre tan desguarnecido como en el conurbano bonaerense. Todas estas son características muy propias que son imposibles de cruzar.
En un artículo hacían una comparación entre países en los que el coronavirus fue menos agresivo. A través de un cruce realizado por epidemiólogos descubrieron que en aquellos lugares donde se había implementado la vacunación con BCG hacía más tiempo la población adulta mayor, que en su niñez fue vacunada con BCG, tuvo menor impacto del virus COVID-19. Si bien aún se desconoce el mecanismo científico es un dato que las poblaciones que sí fueron vacunadas con BCG tienen un impacto mucho más bajo en la mortalidad. Esta es información que se va conociendo con el tiempo.
P: ¿Qué factores determinan hasta cuándo puede llegar a prolongarse el aislamiento obligatorio en Argentina?
JDF: La única manera de medirlo es cuando se pueda ver la evolución de casos positivos, casos negativos, casos que se reestablecen y números de fallecidos. Con estos datos se va moldeando en qué escenario estás y qué es conveniente hacer: si prorrogar, levantar o levantar parcialmente el aislamiento. Una vez que se levante la cuarentena posiblemente habrá una “pseudo” normalidad: ir a trabajar y volver al hogar, seguramente no va a haber clases por más tiempo, no habrá espectáculos donde se conglomere mucha gente. Será paulatino y nada define que en algún momento no se pueda volver al estado de aislamiento obligatorio, si es necesario.
El pico en cuanto al número de casos en Argentina se proyecta entre la primera y la segunda semana de mayo aproximadamente. Habrá que ir viendo cómo evoluciona a cada momento la epidemia para saber si se profundiza o si se puede relajar el aislamiento. El 80 por ciento de la gente que se contagie no lo va a sentir o va a sentir una gripe muy leve, lo que implica que podrá transitarlo en su casa. Se estima que el 5 por ciento de los infectados va a requerir internación. Dentro de ese 5 por ciento una parte va a necesitar, a su vez, cuidados intensivos, asistencia respiratoria. El punto es sobre qué cifra se calcula ese uno o dos por ciento que puede requerir una atención en las terapias. Si el número de casos crece rápido ese porcentaje es sobre muchísima gente. Si se da paulatinamente, ese dos por ciento será sobre un número más bajo. El objetivo es que no se sature el sistema de salud y el aislamiento está asociado a ese fin.