El presidente, Javier Milei, recibirá este lunes al secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, que traerá, a cambio de apoyo político y económico a la administración libertaria y al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, una lista de viejos reclamos al país y entre ellos que se respete la propiedad intelectual de laboratorios extranjeros en el país.
En cancillería recibieron este pedido dentro de una lista de reclamos del secretario de Comercio de los Estados Unidos, Howard Ludnick, la semana pasada en Washington. El ex embajador norteamericano Marc Stanley le había planteado el conflicto a la ex canciller Diana Mondino y que esta tuvo roces por ello con Santiago Caputo.
Según fuentes del sector farmacéutico, a sabiendas de este reclamo de los Estados Unidos, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, elaboró un proyecto de decreto que está en la Secretaría Legal y Técnica para derogar la Resolución Conjunta 118/2012, 546/2012 y 107/2012 sobre “las pautas para el examen de Patentabilidad de las solicitudes de Patentes sobre Invenciones Químico-Farmacéuticas”.
Beneficiar a Estados Unidos perjudicando la industria nacional de medicamentos
El pedido del gobierno de Donald Trump a Milei es que en la Argentina cumpla con la ley de patentes y en especial en el sector de medicamentos, algo que lesionaría productivamente a los laboratorios argentinos que, amparados en el Derecho a la Salud, y gracias a la infraestructura tecnológica y científica existente, producen similares locales a menor costo.
Esta ley fue restringida por tres resoluciones en 2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner. Nunca más se revirtieron esas limitaciones a las patentes que permiten a los laboratorios argentinos copiar remedios y no pagar regalías.
Eso provocó un crecimiento de la industria farmacéutica local, amparada contra la normativa internacional, en el Derecho a la Salud. Así, se dio una expansión de más de 15 años de la industria de farmacéutica de genéricos en Argentina. Claro, en términos comerciales, implica baja de costos de los medicamentos, y en términos científico-tecnológicos implica el crecimiento de un sector con alta incorporación de Investigación y Desarrollo.

¿Milei va contra los laboratorios?
La derogación de esas resoluciones supone que los laboratorios nacionales dejen de comercializar remedios creados por laboratorios extranjeros sin pagar regalías por 20 años como estos piden.
La medida podría poner en conflicto al gobierno con la entidad que reúne a los empresarios de la industria farmacéutica, CILFA.
Es que, Scott Bessent podría incluirlo en la lista de temas a conversar dentro de la relación económica global con Milei y con el ministro de Economía, Luis Caputo, aunque también se discutirá dentro de la negociación comercial por los aranceles de importación entre los Estados Unidos y la Argentina. Es posible que Bessent anuncie también una ayuda económica de entre 5.000 y 8.000 millones de dólares, aunque todavía no está confirmado.
Esa norma tendría la abierta oposición del ministro de Salud, Mario Lugones, que tiene fuerte relación con los laboratorios nacionales que se oponen a esa desregulación.
Las conversaciones entre el Gobierno y Donald Trump por las regalías
Durante los años 90, el gobierno de Carlos Menem sancionó la ley de patentes tal como reclamaban los Estados Unidos a través de su entonces embajador Terence Todman, pero en 2021 se dictaron esas tres resoluciones que restringieron el otorgamiento de las patentes a los laboratorios extranjeros, lo cual permitió a los nacionales vender drogas sin patentes y sin pagar los derechos de propiedad intelectual.
Es por ello que el reclamo de los Estados Unidos se colará en las negociaciones comerciales y en la visita de Bessent. Entre otras cosas, porque desatará una millonaria disputa entre los laboratorios internacionales y los nacionales, que se pondrán en pie de guerra para defender sus argumentos.

Un reclamo histórico de Estados Unidos
Los laboratorios nacionales aseguran que al no tener la obligación de pagar regalías pueden vender los medicamentos más baratos, aunque no siempre se verifica. Los laboratorios extranjeros y el gobierno de los Estados Unidos reclaman que la Argentina forme parte del tratado de PCT, Patent Cooperation Treaty, que engloba a más de cien países.
Dentro de ese registro, los laboratorios de esos países pueden patentar medicamentos en un solo país y esa patente es válida en todos los países miembros. De ese modo, no tienen que repetir el trámite y pagar las patentes en cada mercado.
El secretario de Estado, Marco Rubio, también le mencionó el tema a Cancilleria en Washingtón la semana pasada: que en la Argentina se respete la propiedad intelectual, especialmente en el sector de laboratorios y de semillas.
“Lo primero que nos mencionan en EE.UU. cuando hablamos de patentes es La Salada y los laboratorios”, dijo un veterano diplomático de comercio internacional.
Los representantes de los laboratorios extranjeros señalan que la actual normativa argentina “favorece a los laboratorios locales que copian inventos extranjeros sin estar obligados por la ley a pagar regalías por propiedad intelectual y los pueden vender en el mercado más baratos”.
“El gobierno de los Estados Unidos puso en agenda lo de Propiedad Intelectual y está dentro de la negociación del tema tarifas”, señaló a iProfesional un laboratorio extranjero.
Una ley que fortalece la producción nacional de medicamentos
Las regulaciones que quieren derogar datan del kirchnerismo y fueron firmadas por el entonces ministro de Salud, Juan Manzur, y su par de Industria, Débora Giorgi, y el titular del IMPI de entonces. El ministro de Salud, Mario Lugones, de buena relación con laboratorios nacionales, está en favor de mantener el actual sistema y sus voceros aseguraron desconocer pedidos de Estados Unidos.
“El verdadero motivo por el cual la echaron a Diana Mondino fue por las patentes, porque ella quería impulsar el pedido de los Estados Unidos y se enfrentó contra el Triángulo de Hierro“, dijo un funcionario. La pregunta es si Milei, ahora necesitado del apoyo de los Estados Unidos, accederá al pedido de Marco Rubio, Howard Lutnick o de Bessent. La pelea interna en el Gobierno podría reverdecer, porque Milei tiene necesidad de conceder a Trump sus requerimientos para obtener su apoyo ante el FMI y en materia comercial.
No es una pelea nueva. Sturzenegger se enfrentó con Lugones desde cuando ninguno de ambos eran ministros y solo eran asesores, este último en Salud. En el Decreto 70/23, Sturzenegger puso un artículo para que las recetas médicas solo consignaran el nombre del genérico del medicamento o denominación común internacional. Pero la presión de la industria que negoció con Lugones y con el ex jefe del Gabinete Nicolás Posse y logró que se modificara la norma mediante el Decreto 63/24 que obligó a consignar “la sugerencia de un nombre o marca comercial”.