Un grupo de referentes del ámbito nuclear publicaron un documento en el que le apuntaron con dureza a las decisiones políticas del gobierno de Mauricio Macri con respecto al sector nuclear.
Investigadores y referentes del Instituto Balseiro, la Comisión de Energía Atómica, la Autoridad Regulatoria Nuclear, la Asociación de Profesionales de la CNEA (APCNEAN) y de la Comisión de Energía de Diputados, señalaron al macrismo como el responsable del “proceso que aceleró la destrucción del desarrollo nuclear” durante los últimos años.
Entre los firmantes se encuentran Andrés Kreiner, Secretario General de APCNEAN, Gabriel Barceló, ex vicedirector de Ingeniería Nuclear del Balseiro, Francisco Spano, ex Presidente de la Autoridad Regulatoria (ARN) y Fernando Lisse, asesor en energía y combustible del Presidente de la Comisión de Energía de la cámara baja, Dip. Darío Martínez.
Para los profesionales y científicos el proceso de destrucción “viene progresando desde 2016 y se ha acelerado notablemente después de la firma del acuerdo con el FMI”.
“Especialmente alarmante es el empecinamiento en destruir la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), de Neuquén”, manifestaron los referentes del sector nuclear.
Para los referentes del sector “Si Cambiemos gana las próximas elecciones, en octubre, le llevará, quizá, de seis meses a un año completar la destrucción”.
Sin embargo, si pierde, “puede que lo intente en los escasos días que le queden entre la derrota y la entrega del poder”.
Ataque a los pilares del desarrollo nuclear
“El gobierno de Cambiemos ha avanzado contra los tres pilares en que se basa la autonomía del desarrollo nuclear”, consideraron a través del documento los referentes de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Se trata de la línea de reactores de uranio natural, la planta de agua pesada y la planta de enriquecimiento de uranio.
Para los investigadores, que vienen denunciando hace años el impacto de la política macrista en la CNEA, “la inversión se ha ralentizdo, también, en los demás proyectos prioritarios: El desarrollo del CAREM, y la construcción del reactor RA 10, de investigación y fabricación de radioisótopos”.
“Y, muy grave también es la detención de la construcción de la planta de fabricación de dióxido de uranio en Formosa, que debía reemplazar a la planta existente en la ciudad de Córdoba”, concluyeron los científicos e ingenieros.
El acuerdo con China
La continuidad de la línea de uranio natural quedó suspendida “sine die” cuando el Gobierno Nacional tomó la decisión de cancelar el proyecto de un reactor CANDU (después de la firma del acuerdo con el FMI).
El reactor que iba a ser fabricado casi totalmente en el país, y programado para ser la cuarta central nuclear nacional por el acuerdo con China, aportaría una contribución para la industria nacional, pero se suspendió.
“La dirección política que implica esta decisión es clara y atenta contra el desarrollo autónomo”, manifestaron los referentes del sector científico, y agregaron que atenta “contra el recupero de la inversión que empresas estatales, mixtas y privadas han hecho con el objetivo de continuar con la línea de uranio natural”.
La situación de la PIAP
La planta de agua pesada, imprescindible para los reactores de uranio natural y la mayor del mundo en este momento ha interrumpido sus programas de producción desde 2017 y se está empujando al personal más especializado a tomar “retiros voluntarios” mediante un programa lanzado en junio de este año, después de haber sufrido maltrato laboral.
Por eso los investigadores incluyeron en su denuncia a la firma del acuerdo con el FMI.
“Según nuestros datos el stock existente de reposición de agua pesada para nuestras centrales alcanza solo para 2 a 3 años, luego de lo cual habrá que salir a pagar el agua pesada en USD a valores tan altos como se les ocurran a los poquísimos proveedores y en divisas”, manifestaron alertando sobre los peligros de la planta neuquina.
El CAREM
El CAREM, el reactor de diseño argentino que a menudo es mencionado como el proyecto “insignia” del programa nuclear nacional de Cambiemos, “no tiene demasiado valor si no tenemos capacidad de enriquecimiento para proveer de combustible a las unidades que podamos instalar en la Argentina”, aseguraron.
En cuanto a la planta de dióxido de uranio de Formosa, que está siendo construida para reemplazar a la de Córdoba, “su existencia es esencial para la provisión del combustible a las centrales nacionales”, manifestaron los científicos.
“Si Argentina pierde esa capacidad, deberá importar el dióxido de uranio natural y no hay en el mundo más que 3 proveedores que pueden suministrarlo”, explicaron.
Para los referentes de la CNEA a Cambiemos le llevaría, en este sentido, apenas seis meses terminar de destruir el sector nuclear si ganara las elecciones este año y continuara con las mismas políticas que viene aplicando hasta ahora.