Periferia

17 de Febrero de 2022

Explotación petrolera offshore: Reclaman un modelo de ciencia y técnica al servicio del bienestar social y ambiental

Con un documento un centenar de científicos y científicas rechazaron la explotación petrolera offshore y le respondieron al Grupo CyTA.

“Trabajadoras y trabajadores de Ciencia y Tecnología decimos no a la explotación offshore en el Mar Argentino” comienza el documento con el que un centenar de científicos y científicas se manifestaron a la posibilidad de que avance la explotación petrolera offshore en las costas de Mar del Plata.

Con la firma de científicos y científicas de renombre, como Alicia Massarini, Guillermo Folguera y Sylvia Fischer, entre otros tantos y tantas, el documento apunta a “las políticas extractivas de los gobiernos y le responden al grupo CyTA (Ciencia y Técnica Argentina).

“Urge que se discuta otro modelo de ciencia y tecnología, al servicio del bienestar social y ambiental”, reclaman.

El escrito caracteriza el intento del Gobierno, que fue frenado por una medida judicial, como “depredación ambiental”, y afirman que eso “se da a lo largo y ancho de nuestro país”, en otros casos.

“Esta depredación se sostiene en políticas públicas concretas como el actual proyecto de exploración offshore de petróleo y gas en el Mar Argentino Norte, impulsado durante la gestión de Mauricio Macri, y defendido y aprobado por el gobierno de Alberto Fernández, a través del Ministerio de Desarrollo Productivo, del Ministerio de Economía y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que conducen Matías Kulfas, Martín Guzmán y Juan Cabandié, respectivamente”, denuncia el documento.

Respuesta al Grupo CyTA

Días atrás el Grupo CyTA, que integran científicos y científicas de renombre como el ex ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, la presidenta de la Comisión de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis y Jorge Geffner, inmunólogo, entre otros, publicó un documento apoyando la iniciativa del gobierno nacional.

“Consideramos necesario y urgente plantear nuestra posición en el debate luego de la reciente declaración firmada por el grupo Ciencia y Técnica Argentina, sostiene el documento.

“Esta nota, que fue titulada “Destacados científicos se expresaron a favor de la exploración offshore de petróleo y gas”, omite y oculta el fuerte rechazo que esta decisión generó y genera, tanto dentro como fuera de la comunidad científica”, destaca el nuevo escrito y afirma que “la misma presenta varias omisiones y errores”.

La perforación

El documento firmado por un centenar de científicos y científicas afirma que “las actuales perforaciones offshore en el Mar Argentino se realizan a menos de 100 metros de profundidad (aguas someras), mientras que la exploración autorizada es en aguas ultraprofundas, entre los 1700 y 4000 metros de profundidad”.

En tal sentido apuntan que “este tipo de actividad se considera extrema pues implica un aumento en los riesgos y posibles impactos de cualquiera de las tareas involucradas”.

“La omisión de riesgos sumada a la entrega de los territorios son algunos de los aspectos definitorios de las políticas extractivistas coloniales en nuestro país”, consideran.

Fauna Marina

Otro eje de discusión es que el proyecto “afecta a la fauna marina y no únicamente a una especie respecto a sus rutas migratorias, como se afirma en el documento de CyTA”. “La exploración sísmica perjudica a mamíferos, aves, reptiles (como las tortugas marinas), peces, cefalópodos (2-4), crustáceos y otros invertebrados marinos”, destacan, y afirman que “también tiene impactos negativos sobre los organismos planctónicos”.

“El efecto es sobre varias categorías taxonómicas y altera las tramas tróficas dentro de ese ecosistema, perdiéndose numerosas contribuciones que brinda el mar a la humanidad”, manifiestan.

“Para mapear el lecho marino se realizan disparos aéreos 3D y 4D que generan ondas sonoras que pueden alcanzar los 250 dB (7); esto provoca daños en los tejidos de los organismos y alteraciones en su comportamiento, incluso puede llevarlos a la muerte. Por otro lado, la instalación de plataformas implica que haya iluminación y contaminación sonora constante, condiciones que también afectan a la fauna. Como dijimos, no trata solo de la alteración en la ruta de las especies migratorias, sino que el daño es al ecosistema marino en su totalidad. A esto se añade que las prospecciones sísmicas están planificadas para la estación del año de mayor productividad, alterando todo el ecosistema marino”, explican.

Derrames de petróleo

Los investigadores firmantes afirman que, además, “existen altas probabilidades de que ocurran derrames de petróleo como consecuencia de esta actividad”.

En el documento citan ejemplos como los de Piper Alpha, Deepwater Horizon y Petrobras. Pero, además, sostienen que el riesgo de derrames se da por el transporte de los hidrocarburos, por la carga y descarga o por almacenamiento y/o por fisuras en ductos (caso de Pemex y de Gannet Alpha).

“Así lo han mostrado los múltiples derrames que se dieron en diferentes lugares del mundo apenas durante el último mes (9, 10,11) y también un estudio previo”, afirman.

Entrega de recursos y divisas

En otro punto el documento afirm que “este proyecto implica la entrega de recursos y divisas a grandes empresas multinacionales responsables de catástrofes ambientales y sociales en diferentes partes del mundo. Sin embargo, se presenta como una iniciativa para recuperar la soberanía energética, por la vía de YPF. En dicho caso, no solo se omiten el hecho de que YPF es una empresa de carácter mixta (capital público y privado), sino que además no se nombra a las multinacionales involucradas, tales como Shell y Equinor”.

Además, argumenta que “por la Ley 27.007 (que modifica la Ley 17.319) la producción proveniente de concesiones hidrocarburíferas offshore cuenta con la libre disponibilidad del 60% de las divisas generadas en la explotación de las mismas y una reducción significativa de las regalías: al 6% en los primeros 10 años de producción, al 9% en los siguientes 10 años y al 12% en los últimos 10 años (Decreto Nacional N° 900/21)”.

“Además, como ha quedado demostrado con otros proyectos extractivistas asociados a hidrocarburos (como el fracking en Vaca Muerta), las empresas multinacionales fugan los capitales al exterior lo que genera un desbalance neto en las ganancias que quedan en el país (8.679 millones de dólares entre 2013 y 2019)”, sostienen.

Actividad pesquera y turística

Los investigadores aseguran que “la actividad pesquera artesanal, uno de los motores económicos de la costa argentina, también se verá comprometida” y cuestionan que el proyecto sea desarrollado en uno de los principales destinos turísticos de nuestro país

Por último mencionan que en la audiencia pública que habilitó la explotación offshore en el país, convocada por el Ministerio de Ambiente, realizada en julio de 2021, “tuvo como resultado el rechazo de casi la totalidad de los 400 participantes entre científicos de diferentes campos, otros ciudadanos de todo el país y organizaciones ambientales”.

“Como trabajadores y trabajadoras de la ciencia alertamos que se pretende engañar a la población con supuestos argumentos técnicos a favor de la explotación offshore, cuando la mayoría de los estudios científicos muestran los elevados riesgos que este tipo de actividad genera sobre el territorio, sobre el agua, la biodiversidad y sobre otras actividades productivas”, concluye el documento, y considera que “resulta contradictorio que en tiempos de crisis climática, en lugar de avanzar hacia un modelo energético que permita una salida clara de la matriz fosilista, la alternativa que propone el gobierno –y los científicos de CyTA- sea la de profundizar aún más dicha matriz energética fósil, responsable en gran parte de la crisis socioecológica actual”.

“Queremos aclarar que la comunidad científica no posee portavoces únicos. Nos preocupa que, tras una audiencia pública masiva a mediados de 2021, en la cual se expresaron múltiples posiciones en contra de este proyecto, ahora se multipliquen comunicados que silencian los disensos, elaborados desde las oficinas ministeriales, subordinados a los intereses de las grandes empresas y que consolidan el lucro privado como política científica de Estado”.

Un nuevo modelo científico

Por último, destacan que “no es posible ocultar que existe un persistente intento de colonización del discurso público y de apropiación de la “ciencia”, basado en la idea de que sólo es “científico” aquello que es afín o funcional a los modelos de crecimiento dominantes, mientras que las visiones que cuestionan dichos modelos son marginadas o en el límite, descalificadas como políticas de “antidesarrollo”, “ambientalistas” utilizadas de manera peyorativa y/o acusadas de “falta de cientificidad””.

“Urge que hacia dentro y fuera del ámbito científico se discuta otro modelo de ciencia y tecnología, al servicio del bienestar social y ambiental, capaz de desarrollar un pensamiento crítico y de aportar a resolver los problemas de las comunidades, entre ellos, la transición energética, de cara a la grave crisis climática y sus impactos sociales, económicos, sanitarios y ambientales”, cierra el documento.

Los firmantes

Lucía Maffey (BNDG/UBA), Matías Blaustein (CONICET/iB3-FCEyN-UBA) , Guillermo Folguera (UBA-CONICET), Bruno Colavitto (IDEAN-CONICET/FCEyN-UBA) , María Luz Padulles (INEDES-CONICET/UNLU) , Maristella Svampa (UNLP-CONICET) , Alicia Massarini (UBA), María Cecilia Bonadero (UNMDP – CONICET) , Carolina García Curilaf (UNMdP), Santiago Benitez-Vieyra (IMBIV-CONICET) , Ana Cinti, CESIMAR, CCT CENPAT-CONICET, Agustina Catalano (UNDMP-CONICET), Sabrina Gil (CELEHIS-UNMDP) , Pablo Alabarces (UBA-CONICET), Margarita Do Campo (INGEIS-CONICET), Alcira Trineli (INGEIS-CONICET), María Laura Gutiérrez (UNMdP – CONICET), David Edgardo Galván (CESIMAR CCT CENPAT CONICET), Verena Bökenhans (IBIOMAR- CONICET), Lucia Castillo (IPCSH-CENPAT CONICET), Agustina Iwan (UNMDP-CONICET), Manuela Funes (UNMDP-CONICET), Damián Marino (UNLP-CONICET) ,Patricia Pintos (CIG/UNLP) , Juan Wahren (IIGG-UBA/CONICET), Gabriela Klier UNRN-CONICET, Agustín Martínez (DC-FCEN-UBA) , Tomás Emilio Busan (UBA) , María Paula Blois (UBA), Federico di Pasquo (UBA-CONICET), Nicolás José Lavagnino (UBA-CONICET), Nahuel Pallitto (UBA-CONICET) , Horacio Beldomenico (FIQ-UNL), Cecilia Gárgano (LICH-UNSAM-CONICET), Nora Madanes (UBA, jubilada), Pablo Nicolás Fernández Larrosa (CONICET / FCEN-UBA), Ariel Bendersky (UBA-CONICET), Maria Florencia Barbarich (UNJu/CONICET), Alejandra Valverde (CONICET, Programa Redes Epistemicas, UNLu), Francisco Gelman Constantin (UBA/CONICET/UNLA), Leda Giannuzzi (CONICET, UNLP), Mercedes García Carrillo, (iB3-FCEN-UBA), Francisco Carriquiriborde (CONICET-UNLP), Pablo Lichtig (CONICET-CNEA/DQIAQF-FCEyN-UBA), Leonardo Galetto (Universidad Nacional de Córdoba-CONICET), Federico Holik (IFLP-CONICET), María Eva Koutsovitis, (UBA), Martín Pérgola (CEFIEC-CCPEMS), Rafael Lajmanovich (CONICET-UNL), Ayelen Muchiutti (CONICET), Gabriela Lichtenstein (INAPL-CONICET), Andrea Previtali (UNL-CONICET), Esteban Rodríguez (ISPM-FLACSO), Leonardo Salgado. (UNRN-CONICET), Javier Souza Casadinho (FAUBA), Lucas Enrico (IMBIV – CONICET y FCEFyN-UNC), Matías Cristobo (UNC y UNVM), Julia Astegiano (IMBIV – CONICET), Mariana Espinosa (CONICET – UNC), Gustavo Sorá (CONICET – UNC), Nicolás Rocamundi (IMBIV – CONICET), Ayelén Branca (CIFFyH – CONICET), Valeria Falczuk (IMBIV – CONICET), Andrés Issaly (IMBIV – CONICET), Fernando Zamudio (IMBIV – CONICET), Andrea Bonino (IDEA – CONICET UNC), Ariel Olmedo Giompliakis (CONICET – UNC), Rosario Escobar (GECYT – UNC), Matías Baranzelli (IMBIV – CONICET), Ana Calviño (IMBIV – CONICET), Juan Ignacio Roman (CONICET-INCIHUSA), Marcos Filardi (Calisa Nutrición-UBA), Marcelo Viñas, Ernesto Galarza (IIGG-UBA), Damián Ariel Furman (ICC – UBA/Conicet), Inés Varela (INVELEC CONICET – UNT), Matías Pidre (IBBM – UNLP), Julián Del Pla (INIFTA – UNLP), Mercedes Krause (IIGG-UBA), Marcos Carrizo (GMCyE UTN FRD), Lucila D’Urso (UBA), Alejandra Dip (Laboratorio de geoarqueología – UNT), Grecia Stefanía de Groot (UNCo-CONICET), Pedro Cataldi (IAFE CONICET), Diana Rubel (DEGE-UBA),Pablo Hünicken (IRNAD-UNRN-CONICET), Margarita Do Campo (INGEIS-CONICET), Sylvia Fischer (IEGEBA/UBA-CONICET), Barbara Bytebier (DEGE-UBA), Juan Manuel Pérez (ICC – UBA/CONICET), Juan Cappa (UNSur), Pablo Mauas (IAFE / DF – FCEN-UBA), Fabiola Ferro (FFyL y FCSoc – UBA), Blas Radi (IIF-SADAF CONICET / UBA), Moira Pérez (UBA/CONICET), Vanina María Teglia (ILH, UBA-CONICET), Silvia Tieffemberg ((UBA-CONICET), Macarena Marey (UBA-CONICET-NECFiP), Elías M. Rutigliano (UBA), Francis J. Fabre (UBA), Verónica Loetti (DEGE-UBA), Maximiliano Garzón (IEGEBA-CONICET), María Sol Demajo (IEGEBA-CONICET), Adrián Scribano (UBA/CONICET), Pablo Bertinat (OES UTN FRRo), Karina Bidaseca (UBA/UNSAM/CONICET), Alejandro Schweitzer, CONICET-CIT Santa Cruz, Juan Pablo Livore (IBIOMAR-CONICET), Virginia Alonso Roldán, UTN FRCH- IPEEC CONICET, Juan Acacio (CONICET-UNLP), Melisa Argento (CONICET UBA y UNR), Ariel Slipak (UBA / UNGS / UNM), Ana Carolina Hecht (CONICET-INAPL UBA), Facundo Martín (CONICET/UNCUYO), Horacio Machado Aráoz – (Colectivo de Ecología Política del Sur – IRES-CONICET-UNCA), Carolina ocampo (UNSAM; 3ia-CONICET), Cristian Marinao (UNPSJB-CONICET), Julio Esteban Vezub (IPCSH-CONICET/UNPSJB), Eliana F. Burgos (INMeT-ANLIS; CONICET), Jonathan Von Below (UNAM/IBS-CONICET), Camila Arbuet Osuna (UNER – UADER), Facundo Scattone Moulins (UNER), Ma. Victoria Vadell (INMeT-ANLIS; CONICET), María Victoria Bautista (UNER), Sofía Cáceres Sforza – (CONICET-UNER), Horacio Lucero (IMR-UNNE), Noelia Enriz (CONICET-IDAES, UBA-FFYL), Mariana Córdoba (CONICET-UBA), Carla Poth (IDAES/ UNSAM- CONICET).

Accedé al documento completo en:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSf7NQ2dBxu36AE8Vhm3GJuu-CQNpRRRNJsZuCWuNa1kgYAWyA/viewform

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