El equipo de profesionales de VENG, la empresa público privada argentina de desarrollos aeroespaciales, que opera en el Centro Espacial Punta Indio (CEPI) de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), finalizó la fabricación de todos los componentes necesarios para proceder al cierre del prototipo del tanque estructural de primera etapa del lanzador Tronador II-250.
Así avanzó con un paso clave para que Argentina posea un lanzador satelital propio que le permita tener acceso autónomo al espacio, y no depender del alquiler de plataformas en otros países.
El proyecto avanza en Punta Indio y, si el proyecto no es descontinuado en financiamiento y recursos por parte del Estado, en los próximos años podría estar listo y funcionando.
Una parte clave del proyecto
Estos prototipos, de 3,5 metros de longitud y 2,5 metros de diámetro, se componen de dos casquetes y dos envueltas cilíndricas.
Cada casquete se conforma por 8 gajos que fueron fabricados por la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), y poseen una brida que funciona como refuerzo para la instalación de la tapa.
“Las envueltas cilíndricas se fabricaron a partir de 4 chapas roladas. Todos estos componentes son de aluminio 2219 de uso espacial y de 3,2 mm de espesor”, explicaron desde Veng.
A soldar
En el transcurso de las próximas semanas comenzarán las tareas de soldadura para el cierre de este primer tanque.
Las soldaduras de cierre se realizarán en la estación de soldadura circunferencial del centro de Fricción Agitación (FSW) que opera VENG, ubicado en la localidad de Pipinas.
El tanque en total posee 6 tipos de soldaduras distintas (solapadas y a tope), todas por FSW y desarrolladas por VENG.
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