Laboratorios Richmond y la farmacéutica CanSino Biologics firmaron un acuerdo para la producción y comercialización de distintas vacunas en el país, y que a futuro podrán exportarse a otros países de Latinoamérica.
En un comunicado conjunto, las empresas aclararon que “la primera vacuna a transferir tecnológicamente será la de Covid-19, cuyo nombre comercial es Convidecia®”.
“Este convenio potenciará el desarrollo de conocimiento científico argentino, creará 120 puestos de trabajo directos y fortalecerá el sistema sanitario” del país, añadieron, además de destacar que “permitirá sustituir importaciones y posicionará al país como referente de vacunas para América Latina”.
Juan Manuel Artola, CEO de Richmond, remarcó que la empresa está “en busca de nuevos desarrollos”, por lo que explora “acuerdos y asociaciones con compañías de todo el mundo”.
HPV, Hepatitis y Gripe
El acuerdo anunciado este jueves supera el horizonte del SARS-CoV-2: la intención es sumar plataformas en las que el laboratorio chino está incursionando. Entre las mencionadas están “vacunas contra el HPV, hepatitis, gripe”. Los formatos, no solo vacunas en base a adenovirus sino también “proteínas recombinantes y ARN mensajero”, aclaró Marcelo Figueras, presidente de Richmond.
El nuevo capítulo se liga de lleno a una empresa que le es visceral: encabezar una cruzada por la “autonomía argentina” en materia de producción de vacunas.
Esa empresa tiene que ver con la mega planta biotecnológica que Richmond está construyendo en Pilar, proyecto que requirió que la Comisión Nacional de Valores aprobara (en julio de 2021) la creación de un fideicomiso financiero que fondeara el proyecto, y con el que espera poder escalar una producción de 500 millones de dosis por año.
“El contrato terminó. Tenía duración hasta las vacunas que hicimos, unos 9 millones. A partir de ahí seguía una segunda etapa para la venta de las dosis en Sudamérica. Se esperó la aprobación de OMS, que era inminente. Por razones de fuerza de mayor, la guerra (de Ucrania), eso quedó trunco y se terminó el contrato”, repasó el presidente de Richmond, Marcelo Figueiras, en diálogo con Clarín.
“Esta planta fue pensada para hacer distintas plataformas de vacunas. Así que seguimos avanzando y Cansino nos pareció una empresa con desarrollo muy grande y con muchas plataformas, ideal para poner en marcha el hub de producción de ciclo el completo”, analizó, y luego subrayó que “cotizan en bolsas importantes del mundo, como la de Hong Kong. Es gente pujante, enfocada en investigación y desarrollo”.
Según explicó, recibirán la tecnología desde China y las vacunas se harán “de cero” acá, con la intención de “lograr una autonomía sanitaria, que es fundamental para fabricar este tipo de productos”.
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Covid
“Ahora, las plataformas tecnológicas que incorporaremos derivarán en la producción de vacunas para tratar diversas patologías, en una primera instancia, comenzaremos con la producción de la vacuna contra Covid-19 de CanSinoBIO”, agregó.
Por su parte, Xuefeng Yu, presidente y director ejecutivo de CanSinoBIO, indicó que luego de comenzar con la producción local de la vacuna contra el Covid-19, las compañías tienen el objetivo de “seguir adelante con una amplia cartera de productos en desarrollo y lograr un compromiso a largo plazo”.
“Con este acuerdo de transferencia, incorporaremos –en varias etapas- tecnologías tales como adenovirus, proteínas recombinantes, ARN mensajero, entre otras”, añadió Elvira Zini, directora de Asuntos Científicos del laboratorio.
Richmond y CanSinoBIO señalaron que la vacuna “fue aprobada por la Organización Mundial de la Salud”, y que su eficacia “fue evaluada en estudios realizados en distintos países, entre los cuales se encuentra Argentina”, así como que “los resultados del estudio principal fueron publicados en la prestigiosa revista The Lancet”.