A pesar de la defensa integral de la institución impulsada por sus trabajadores, el “rediseño” del Gobierno nacional en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) AMBA sigue firme. Luego de ser intervenido, el Consejo Directivo volvió a sesionar y decidió reafirmar que la institución no seguirá adelante.
“Estamos llegando al cierre definitivo”, alertó Gonzalo Pares, ingeniero agrónomo del INTA AMBA, en comunicación con Radio Universidad. “El Gobierno toma esta decisión y traslada al poco personal que aun no había sido trasladado a otras áreas de la institución. Todo esto se dio luego de que el Gobierno diera marcha atrás con los despidos porque, en un momento, habíamos figurado en una lista de pases a disponibilidad”, agregó.
Una estación experimental en la mira de desmantelamiento del gobierno
Cabe recordar que el INTA AMBA es la estación experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria que trabaja en todo el Gran Buenos Aires. Fue creada trece años atrás, en un momento donde la institución destacaba la importancia de la producción urbana y periurbana, e inclusive la producción animal.
“Se busca administrar el INTA a través de esas macrorregiones, cerrar las agencias de extensión y que solo la puedan hacer empresas privadas o bien que los productores accedan a información únicamente por medio virtuales, algo parecido a lo que ocurrió durante la pandemia. Pero la extensión del INTA no se puede desarrollar exclusivamente por medios virtuales: hay un montón de situaciones y de productores que requieren del cara a cara”, expresó Pares.
El destino del INTA AMBA
En este contexto, el ingeniero agrónomo informó que hay un proyecto de venta de tierras que aun ocupa el INTA. “Lo que se habló en la última reunión del Consejo Directivo fue que cada zona o consejo regional determine qué tierras son vendibles y el INTA AMBA está dentro de ese paquete. De hecho, la Administración de Bienes del Estado estuvo relevando el INTA AMBA junto con otros terrenos de nuestra institución que, por supuesto, son de alto valor inmobiliario”, lamentó.
Con respecto a los trabajadores, muchos de ellos presentaron su renuncia y optaron por la actividad privada. “Resulta muy desgastante trabajar de esa manera porque, en el medio de todo esto, no hay un proyecto hacia dónde ir, lo cual genera preocupación, tristeza y desconcierto. Lo único que yo sé es que en cualquier momento tendré que ponerle la llave a la agencia de extensión que coordino. A pesar de eso, aun tenemos esperanzas de que haya una cuota de racionalidad”, compartió.
