Como alternativa al uso del glifosato en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) localizó bioinsumos que ya están en el mercado, así como prácticas agroecológicas de manejo de cultivos a pequeña, mediana y gran escalas que podrían utilizarse en lugar del químico.
Con ello, en 2023 disminuirá aun más el uso del herbicida para poder prescindir ya completamente de él para el 31 de enero de 2024, que es lo que mandata el decreto presidencial, sostuvo ayer la directora de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, luego de exponer al presidente Andrés Manuel López Obrador las opciones.
Tras salir de Palacio Nacional, detalló que algunos bioinsumos se desarrollaron fuera de México y ya están en el mercado, sobre todo en Europa. Apuntó que de utilizarse, distintas dependencias federales convocarán a las empresas para elaborarlos en la cantidad necesaria, distribuirlos en México y podamos seguir prescindiendo de este agrotóxico, el glifosato, que está probado que tienen efectos nocivos sobre la salud.
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Otra opción es recurrir a prácticas de manejo agroecológico, incluyendo el deshierbar con elementos mecánicos, que también hemos probado ya, por ejemplo, para los cítricos y la naranja, que es un cultivo muy importante junto con el maíz. Es el cultivo que más glifosato estaba utilizando, y estas prácticas alternativas que ni siquiera necesitan de insumos y de glifosato.
Recordó que en 2020 el Ejecutivo federal emitió un decreto con el que se instruye limitar el glifosato, utilizado en algunos cultivos para la limpieza de hierba. Tras comenzar este proceso, la producción de maíz, cítricos –en particular la naranja– y caña de azúcar no ha disminuido, demostrando que no los necesitamos, añadió.
En tanto, recalcó que estos agrotóxicos se introdujeron al mercado a escala global junto con los transgénicos, como parte de un paquete tecnológico para poder controlar corporativa y monopólicamente la agricultura, no para producir más. Los transgénicos y el glifosato no aumentan la producción, sino permiten que unas pocas empresas dominen el mayor negocio del mundo, que es nada más y nada menos que nuestro alimento, pero lo hace a costa de nuestra salud y del ambiente.