El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado durante su conferencia matutina que Alicia Bárcena, actual embajadora de México en Chile y exsecretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), será propuesta para reemplazar a Mauricio Claver-Carone, quien hasta este lunes se desempañaba como director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y que fue destituido del cargo por un escándalo que lo relacionaba personalmente con una empleada y el trato a favor que esta recibió dentro de su entorno laboral.
López Obrador ha puesto énfasis en el “carácter honesto y profesional” de Bárcena por si se necesita una persona “recta” para suceder a Claver-Carone: “México tiene una propuesta: Alicia Bárcena. Ella estuvo en la ONU, fue directora de la Cepal mucho tiempo y es una mujer excepcional, muy respetada, con muy buenas relaciones con todos los Gobiernos”, afirmó en Palacio Nacional.
La designación es seguida de cerca por el área de Ciencia y Tecnología de los países de la región por la enorme cantidad de fondos que la entidad destina a proyectos, infraestructura y actividades científicas en el continente.
Bárcena
Alicia Bárcena, nacida en Ciudad de México en 1952, fue la titular de la Cepal de 2008 hasta marzo de 2022. Durante este tiempo su desempeño le valió ser considerada como la secretaria más influyente desde la época de Raúl Prebisch, argentino que lideró el organismo entre 1950 y 1963. Alicia Bárcena ha sido profesora e investigadora de la UNAM, tiene una licenciatura en Biología y una Maestría en Administración Pública de la Universidad de Harvard. Además, ha sido investida doctora honoris causa por la Universidad de Oslo, Noruega.
El BID ha transitado algunas de sus horas más agitadas luego de que un informe externo realizado por la firma de abogados Davis Polk & Wardwell probó cómo Claver-Carone no solo mantenía una relación amorosa no permitida con una empleada, sino que además le subió el sueldo varias veces para contentarla. Motivos suficientes para que fuese destituido. En estos momentos quien está al frente del BID interinamente es la vicepresidenta ejecutiva, la hondureña Reina Irene Mejía, sin embargo, el organismo ya ha abierto el proceso para elegir a un nuevo presidente, en un máximo de 45 días.
Renuncia
Estados Unidos ha renunciado a proponer que un estadounidense sea el presidente del banco, informa Miguel Jiménez. Tradicionalmente, el presidente ha sido propuesto por alguno de los países prestatarios, los latinoamericanos, pero Donald Trump rompió esa regla no escrita e impuso a Claver-Carone pese a la contestación de buena parte de los países. Ahora, según ha anunciado el Tesoro, volverá a la práctica habitual. En Washington se ve con buenos ojos que el puesto lo ocupe una mujer y que reúna consenso para dar estabilidad a la institución tras esta crisis. Aparte de Alicia Bárcena, han sonado como candidatas de nuevo la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, que ya fue la alternativa a Claver-Carone en 2022, y la de Chile, Michelle Bachelet.
Apoyo
Para ser elegido presidente del BID, el candidato debe tener el apoyo de un número de países miembros del banco que le den mayoría absoluta del poder de sufragio del Banco, así como también una mayoría absoluta del número de países miembros de las Américas. El BID tiene 26 países miembros prestatarios en América Latina y el Caribe, además de Canadá y Estados Unidos. Países de fuera de la región tienen un 16% del capital. Además, se necesita un quórum por el que participen en la elección una mayoría absoluta del número total de gobernadores, incluyendo una mayoría absoluta de los gobernadores regionales, con un poder de voto que represente al menos las tres cuartas partes del poder de voto de la institución. Los principales accionistas son Estados Unidos (30% de los derechos de voto), Brasil (11,35%), Argentina (11,35%) y México (7,3%). España tiene un 1,96%.