Periferia

19 de Junio de 2019

Latinoamérica: a pesar del Mercosur, hay “escasa integración regional” de políticas científicas

La Universidad de Guadalajara publicó un trabajo de investigación en el que concluye que las políticas de Ciencia y Tecnología del Mercosur no favorecieron la "integración regional" de los países miembros. Es más, continuaron acentuándose los procesos de concentración interna y las relaciones "extra-regionales" con Europa y Estados Unidos.

“A pesar de que el Mercosur tiene una estructura concebida para delinear políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación en el orden regional, los resultados han sido sumamente escasos”, afirma la investigación “Dimensiones, estrategias y alternativas de la integración autónoma para América Latina y el Caribe”, publicado por la Red de Investigación sobre la Integración de América Latina y el Caribe (REDIALC) de la Universidad de Guadalajara, México. 
 

La investigación es el tercer tomo del trabajo que durante más de 15 años realizaron especialistas y científicos del continente para el Anuario de la Integración Latinoamericana y Caribeña, financiado por el CONACYT y la Universidad de Guadalajara.

En el capítulo “Políticas de Ciencia, Tecnologías e Innovación en el Mercosur”, los investigadores Romina Loray y Fernando Piñero concluyen que el Mercosur “favoreció en su mayoría los procesos  extra-regionales en lugar de promover la complementariedad intra-bloque”.  

Piñero y Loray afirman que, a pesar de las iniciativas para regionalizar la labor científica generando marcos de colaboración entre sus países, las “inercias” propias de los sistemas científicos latinoamericanos se fortalecieron. 

De allí se concluye que Brasil, México y Argentina siguen concentrando el 92% de la inversión que el continente hace en Investigación y Desarrollo, pero, además, se consolidó la presencia del Banco Interamericano de Desarrollo y no consiguió edificar lazos internos sólidos, frente a los construidos con organismos “extra-regionales” de Europa y Estados Unidos, principalmente. 

Los problemas de la integración regional en CyT 

Para los científicos la integración regional de políticas en ciencia y tecnología sucedió a partir de “la generación de proyectos y programas tendientes a la promoción de las tecnologías de propósito general”.  

Los autores evalúan que los instrumentos CTI que desarrollan los países del Mercosur combinan “herramientas horizontales, verticales y focalizadas”. 

No obstante, la mayor dinámica sigue siendo dependiente de la cooperación “extra regional”, principalmente con la Unión Europea, “lo que desincentiva el impulso al interior del bloque”. 

Por un lado, destacan que “una amplia variedad de instrumentos dominan el espacio regional” con preeminencia de instrumentos “focalizados”. 

Allí, puede verse la labor de organismos como la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), en el caso de Argentina, que mediante los “instrumentos” de sus Fondos (FONTAR y FONSOFT, principalmente) responde a demandas locales de la producción de conocimiento, del sector público y del sector productivo.  

Sin embargo, esos procesos siguen sucediendo al amparo de organismos crediticios internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), lo que profundiza la  dependencia del crédito internacional y la deuda, en lugar de la autonomización de la inversión en políticas científicas.  

Algunas señales positivas 

Aún así, Loray y Piñero observan procesos de “regionalización” que contrarrestan la “inercia” que lleva a los científicos a buscar como horizonte, inevitable a veces, de la investigación en los países desarrollados. 

En segundo lugar, hallaron una fuerte voluntad política de fomento a la ciencia, la tecnología y la innovación reflejada principalmente en la realización de planes estratégicos, leyes de incentivo, creación de organismos de mayor jerarquía, aunque en materia de presupuesto no es proporcional. 

En tercer lugar, según los objetivos presentados por cada uno de los países se observa una convergencia de políticas en torno a 
la búsqueda de un mejor desarrollo de las estructuras socio-eonómicas a través de los posibles desarrollos científicos y tecnológicos. 

Mayor marco institucional  

Para los investigadores, sin embargo, durante la última década se produjo una convergencia creciente hacia la implementación de “marcos institucionales” que aumentaron la interacción y la colaboración entre actores gubernamentales, empresas y centros de investigación. 

“Esta dinámica ha estado acompañada de un rediseño institucional  o nueva institucionalidad de las políticas CTI”, afirman los autores, que apuntan a “la finalidad de promover las áreas estratégicas ?desarrolladas por el complejo  científico-tecnológico en el entramado socio-productivo”. 

De esa manera, se habrían generado alternativas de vinculación regional, con actores locales como alternativa a los tradicionales lazos centro-periferia entre las camadas de científicos latinoamericanos y los centros de investigación de los países desarrollados. 

A pesar de ello, los investigadores insisten en que “la columna vertebral” de las políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación de cada país se ajustó a sus propios procesos internos.  

Los científicos aseguran que, en este sentido, “se ha ido configurando una impronta regional en materia CTI”, a pesar que aún “se encuentra altamente concentrada”. 

*¿Qué ha sucedido con la dimensión CTI del Mercosur? 

Loray y Piñero destacan que, a pesar de la existencia de iniciativas regionalizadoras y de cierta convergencia sobre las áreas a promocionar en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, en América latina, aún predomina la “heterogeneidad” entre las naciones miembro. 

Pero, además, las políticas CTI, en términos generales, se han ajustado a la realidad político-económica de los países de la región, “caracterizada  por importantes períodos de incertidumbre e inestabilidad”.  

Esto, dicen los autores, no han permitido la consolidación de mayores espacios para la pensar la ciencia y la tecnología en términos de desarrollo. 

De hecho, los investigadores se interrogan sobre por qué el Banco Interamericano de Desarrollo ha logrado imponer una mayor convergencia de políticas CTI que el propio Mercosur. 

Las políticas de CTI, en este sentido “se han ido ajustando a los procesos generales, tanto de la misma región como de los propios países”, afirman los autores.  

*Concentración interna 

A su vez esa impronta regional en políticas científicas sigue siendo reducida, principalmente, a tres países de la región: Brasil, México y Argentina.  
Cada uno a su interior se permite pensar en estructuras científico-tecnológicas a partir del impulso dado por las políticas públicas CTI.  

Es decir que el alcance del Mercosur es aún demasiado acotado para pensar la integración regional que busca como uno de sus objetivos.  

Pero, además, el fomento a la ciencia, la tecnología y la innovación reflejada principalmente en la realización de planes estratégicos, leyes de incentivo y creación de organismos de mayor jerarquía, en materia de presupuesto sigue sin ser proporcional. 

Esto se refleja en lo que cada país destina a Investigación y Desarrollo, donde mientras Argentina para 2011 utilizó el 0,61% de su PBI en I+D, Brasil participó con el 1,14%, Uruguay con el 0,35 y Paraguay con el 0,05%. 

De la misma manera, concluyen que en los países de la región está presente  una fuerte concentración que entorpece los procesos de integración: sólo tres países (Argentina, Brasil y México) contienen el 92% de la inversión total en I+D del continente, de los cuales dos, solamente, pertenecen al Mercosur.  

En 2011 Brasil representaba el 63%, México el 18% y Argentina el 11% según datos de la Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología, en 2013. 

*Romina Loray es Investigadora del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) perteneciente a la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA), Argentina; Magister en Ciencia, Tecnología y Sociedad en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y Licenciada en Relaciones Internacionales (UNCPBA). Además es becaria doctoral del CONICET. 

*Fernando Piñero es Doctor en Sociología de la Univerisidad del Estado de San Pablo (UNESP-Brasil); Magister en Relaciones Internacionales (UNCPBA) e Investigador formado y activo de la SPU. 

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