Los plásticos invaden el medio ambiente de una forma cada vez más perjudicial para la salud de la fauna e incluso de los seres humanos. Así lo indicó el investigador independiente del Conicet y docente de la UNL Maximiliano Attademo en diálogo con Ahí Vamos en UNO 106.3, donde brindó cifras alarmantes de esta contaminación.
Attademo contó que desde la cátedra de ecología de la Facultad de Bioquímica vienen trabajando hace un par de años con el tema de los plásticos. Para reducir estos, propuso una serie de medidas que podrían adoptar las empresas: “Tratar de buscar algún otro material un poco más biodegradable o que no tenga tanto impacto como el mismo plástico”, expuso.
Según el docente, los usuarios también juegan un papel clave, “que cada usuario trate de reducir un poco la cantidad de plásticos que utilizan”. Indicó que a nivel mundial se producen toneladas y toneladas de plásticos: ” Creo que los últimos datos hablaban de 400.000 toneladas plásticas que se producen por año, un cifra que es una locura y solo el 30% llega a reciclarse, lo demás se descarta todo”.
Explicó que ese es el problema con los plásticos, que al descartarse terminan en el ambiente: “De hecho tenemos otro continente plástico en los océanos, con un tamaño de la superficie de México”. Contó que los plásticos llevan varias sustancias, algunas aditivas que les colocan para que el material sea más flexible o más duro y que también suelen ser muy tóxicas.
En lo que respecta a la degradación de los plásticos, sostuvo que esta depende del lugar, las condiciones climáticas, entre otros factores. En ese proceso de degradación se comienzan a producir pequeños plásticos, los llamados microplásticos o nanoplásticos, los cuales terminan entrando en las cadenas tróficas, y esto es lo que está siendo estudiado por Attademo en la UNL. “Particularmente en anfibios estamos viendo cómo los están ingiriendo porque los confunden con algas, con microalgas o con algunos invertebrados pequeños e ingresan al organismos de estos vertebrados y producen cambios enzimáticos e inclusive morfológicos”, dio a conocer el docente.
El miembro del Conicet consideró que por parte de la sociedad hay conciencia de este impacto negativo pero que aún así hace falta mucha más educación y responsabilidad. “Particularmente en la ciudad de Santa Fe basta con salir de los cinturones, las orillas del río Salado y la reserva oeste y se encuentra una gran cantidad de plásticos tirados, inclusive plásticos que vienen muchas veces por el drenaje, de la gente que tira”. Lo antes señalado lo comprobaron tras realizar análisis de las muestras de agua y de suelo.
Reveló que este material es de uso cotidiano y cada vez gana más presencia en otros ámbitos: “Hace poco salió un estudio en una revista norteamericana en la cual hablaban que habían encontrado ya en la sangre de las personas microplásticos. Uno lo ve por todos lados pero no tiene dimensión que ese plástico al degradarse en pequeñas partículas estas están ingresando a los organismos, inclusive hasta nosotros”.
Maximiliano Attademo resaltó que lo más importante en este tema es tratar de no generar plásticos, buscar alternativas para no usar bolsas, reutilizar los bidones o las botellas, entre otras.
