Periferia

3 de Septiembre de 2019

Cuyo: sugieren cambios en el sistema de riego y el consumo de agua, por la sequía

Desde el Instituto de Nivología y Glaciología de CONICET (IANIGLA) alertaron sobre la crisis hídrica regional que es la peor en 110 años y sugirieron cambios en el consumo y en los sistemas de riego.

Según los informes hídricos del Instituto de Nivología y Glaciología de CONICET, la provincia de Mendoza, y la región cuyana en su totalidad, atraviesa el período de sequía más largo en 110 años. 

La crisis hídrica afecta a las 15 cuencas más importantes de toda la región cuyana y está impactando de manera constante en el uso del recurso para el consumo y la producción. 

Por ello, Mendoza se encuentra en la fase de sequía más larga de los últimos 110 años, lo cual evidencia que la escasez de agua es un realidad que tiende a acentuarse en el mediano y largo plazo. 

Según el instituto de CONICET, dentro de las cinco décadas estudiadas el decenio que inicia en 2010 y llega hasta el presente exhibe el momento de sequía más largo desde que se tiene registro: ?En el paquete de estos 10 años nunca se había dado un período tan largo de escasez de precipitaciones níveas en la montaña y esta situación tiene relación directa con el caudal de agua que poseen las cuencas?. 

Desde el IANIGLA aseguran que ?desde 2010 todas las cuencas tuvieron sequías extremas y aunque el 2016 fue un año con mucha nieve que sirvió para mitigar el faltante de agua, no alcanzó para revertir la sequía extrema?. 

A ello hay que sumar que las escasas precipitaciones níveas son una tendencia que se acentúa en el periodo 2017-2019. Desde el IANIGLIA aseguran que la situación “es por la falta de nieve de la que se proveen los ríos y arroyos durante el deshielo”.  

Esto guarda relación con el calentamiento global en la medida en que ?la emisión es de gases de efecto invernadero hace que los trópicos se expandan y las zonas semiáridas se extiendan hacia el sur?. 

97% de uso agrícola  

Desde hace un tiempo Irrigación ha centrado su atención en el monitoreo de la cantidad de nieve presente en la montaña y de cómo va a escurrir hacia los ríos. 

Es que el uso agrícola se lleva el 97% del caudal de cada río en la provincia de Mendoza y por eso el IANIGLA juega un papel informativo fundamental en momentos donde la aridez obliga a administrar de manera eficiente los recursos para la población. 

“Como vamos a tener una escasez importante, hemos hecho hincapié en contar con un pronóstico inicial sobre la disponibilidad de nieve en septiembre para luego estimar cuánto se va a usar”, explicaron desde la gestión de Irrigación provincial.  

En este esquema los inspectores pueden determinar hacia dónde dirigir el agua según algunos criterios como priorizar a quienes realmente estén produciendo -para no direccinar el agua terrenos incultos- y a los regantes que estén al día con sus obligaciones. 

Política de ahorro de agua 

En la actualidad, en Mendoza el consumo por habitante está arriba de los 300 litros por personas por día, el resto se pierde en el sistema, tanto en el transporte como en la distribución. En este entramado son las conexiones los puntos en los que hay mayores pérdidas. 

A esto se suma que el consumo por día y por habitante en Mendoza es de 300 litros, el doble que en Chile donde se consumen 120 litros por día y por habitante. 

Por eso desde Agua y Saneamiento de Mendoza, aseguran que “se está en camino hacia una política tarifaria que premie el ahorro y castigue el derroche”. 

El IANIGLIA sugiere cambios en el consumo y el riego 

Ricardo Villalba, investigador del IANIGLA explicó que “hay que implementar medidas, sobre todo en el sistema de riego” que hoy pierde un 35% del agua por el riego por manto y utiliza entre un 80 y un 85% del caudal de los ríos.  

“Pero esto requiere de un estudio sobre los suelos” de los distintos oasis productivos de la provincia para poder optimizar el recurso, explicó Villalba. 

Además, se debe tener cuidado en el uso doméstico. El investigador del Conicet considera que se requiere una mayor educación en los hogares y utilizar el agua de forma moderada y consciente. 

También es importante mantener la forestación local. Según el experto, si la Ciudad de Mendoza no tuviese los árboles que hoy tiene, las temperatura podrían ser de hasta 10 grados centígrados mayores.  

“Los árboles cumplen un papel fundamental” indicó. Por eso, “todas las calles deberían estar arboladas” porque “aumentan la calidad de vida de las personas”.  

Mantener la ciudad con especies autóctonas que soporten las temperaturas ambientales y la sequía “es una forma inteligente de calidad de vida para las personas? recalcó el investigador. Si se hila fino, eso ?conlleva además un beneficio en materia energética porque se usa menos electricidad para mantener el frío”. 
 

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