Periferia

23 de Octubre de 2020

CONICET: desarrollaron un compuesto que otorga propiedades antimicrobianas a las telas

Es una sustancia diseñada a base de nanopartículas de plata, zinc, y carbono obtenido de pilas recicladas. El COVID y el "paradigma de la Química Verde". ¿De qué se trata?

Un equipo de profesionales del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” (CINDECA, CONICET-UNLP-CICPBA) diseñó una sustancia que permite controlar enfermedades y el deterioro de materiales que provocan agentes infecciosos como hongos y bacterias. 

El desarrollo fue posible cuando los científicos y científicas del CINDECA, consiguieron sintetizar un compuesto a base de nanopartículas de plata, zinc y carbono ?extraído de pilas recicladas? que al ser impregnado en determinadas, prendas les otorga propiedades antimicrobianas. La novedad se publicó recientemente en la revista IntechOpen. 

¿Qué es la “Química verde”? 

El trabajo fue parte de la tesis doctoral de Katerine Igal, becaria del CONICET en el CINDECA, y se enmarca en el paradigma de la química verde, aquella que apunta a aportar soluciones basadas en materiales reciclados o de origen natural para mitigar problemáticas de salud y medioambientales utilizando sustancias más seguras y ecológicas.  

En esa línea, una de las preocupaciones del equipo está relacionada con el daño que determinados organismos, como hongos ?de gran capacidad para crecer sobre variadas superficies?y bacterias, provocan sobre la salud y, en particular, aquellas especies que se encuentran generalmente en espacios habitados por seres humanos en áreas urbanas. 

“Los materiales como los textiles, usados para la producción de tejidos, pueden ser fácilmente colonizados por una gran cantidad de microorganismos infecciosos, como bacterias, hongos, levaduras, virus y protozoos. Esto provoca, por un lado, problemas estéticos por la degradación del material pero su crecimiento también puede afectar la salud humana”, comenta Patricia Vázquez, investigadora del CONICET en el CINDECA, directora de la tesis y una de las autoras del trabajo.  

“Los hongos habitualmente crecen sobre superficies orgánicas, como los revestimientos utilizados en materiales de construcción, pinturas o telas y, según el tipo de sustrato, pueden ser metabolizados por ellos. Esto es nocivo para la salud, porque producen alérgenos y micotoxinas, por ejemplo”, añade. 

“Asimismo, hay bacterias formadoras de esporas que son agentes patógenos peligrosos ya que logran desarrollarse en espacios habitados por seres humanos y contribuyen a la formación de bioaerosoles, es decir contaminantes biológicos que se transportan y diseminan total o parcialmente por el aire y están vinculados a enfermedades como asma, rinitis alérgica e infecciones”, apunta Vázquez. 

¿Avance contra la propagación del SARS-CoV-2? 

En este trabajo, las expertas se enfocaron en la preparación de un compuesto de sílice al que agregaron nanopartículas de plata, zinc y carbono que fue testeado como aditivo sobre paños de algodón, obteniendo muy buenos resultados tanto en la inhibición de las distintas cepas de agentes nocivos como en el grado de persistencia del aditivo después de los ciclos de lavado, ya que sigue alcanzando un buen nivel de inhibición incluso luego de 20 lavados.  

El avance se configura como un logro trascendente, que cobra aún más dimensión en al actual contexto de crisis sanitaria si se considera que los tejidos antimicrobianos resultan de gran interés, entre otras cosas, para la elaboración de prendas, ropa de cama y paños de uso médico, ya que permitirían minimizar el riesgo de infecciones intrahospitalarias. 

Adicionalmente, la reutilización de pilas agotadas para la obtención del carbono supone un beneficio extra, ya que aporta una solución al problema del inevitable incremento de la producción de esos residuos y la consecuente disminución de espacios para su tratamiento: “En el caso particular de este trabajo, la idea del reciclado de los metales que componen las pilas está relacionada con mirarlas como un recurso y no como un residuo. Esos metales que contienen son muy valiosos y están en altas concentraciones, y la otra manera de obtenerlos es extraerlos de las minas, con el impacto ambiental que acarrea esa actividad. Si los tiramos a la basura contaminan el suelo y el agua, pero si se los ve como materia prima se transforman en un recurso importante”, subraya Vázquez para finalizar. 

Fuente: CONICET.

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