Tras la suscripción de Argentina al Convenio de Minamata sobre el Mercurio, un equipo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) inició un trabajo para impedir consecuencias sobre la salud humana y del medio ambiente.
Es que el mercurio es una sustancia tóxica. Con la ley Nacional Nº27.356 ya sancionada, científicos argentinos se encuentran realizando estudios para analizar las capacidades analíticas instaladas en el país para la detección de este metal.
Es decir, una especie de rastreo sobre el “estado del arte” de la investigación llevada a cabo hasta el día de hoy.
El convenio entró en vigor en agosto del 2017 y busca poner la atención sobre esa sustancia que, aún siendo de origen natural, tiene un uso cotidiano a nivel mundial y es frecuentemente liberado a la atmósfera sin importar las consecuencias nocivas que trae al ecosistema.
Por eso, la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SGAyDS) lleva adelante un procedimiento para poder identificar el estado de situación del mercurio en Argentina, para así elaborar y ejecutar un plan de acción.
MIA
En ese marco se desarrolló la “Evaluación Inicial de Mercurio (MIA, por sus siglas en inglés)”, el cual, una vez finalizado, dará paso a un plan nacional de aplicación del convenio.
Entre las organizaciones que participarán de este proyecto se encuentra Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la cual se encargará de realizar un estudio para recolectar información relativa al mercurio en los suelos, sedimentos, aguas, alimentos, entre otros.
Una de las primeras acciones de RSA fue una encuesta a nivel nacional, que busca conocer las capacidades analíticas instaladas para la determinación del mercurio en diferentes matrices. A partir de este paso, instituciones privadas y públicas que trabajan con este metal fueron invitadas a responder.
Un trabajo multidisciplinario
El estudio tendrá diversos pasos: por un lado, evaluará la bibliografía sobre el mercurio disponible en el país, analizará los resultados aportados por las instituciones que hayan accedido a participar, identificará entidades con capacidad analítica instalada para la determinación del tóxico y relevarán grupos de investigación con temáticas relacionadas. Por otro lado, también se analizarán las normativas provinciales, nacionales e internacionales con respecto al desecho del mercurio y las redes de monitoreo regionales.
“La información obtenida permitirá conocer fortalezas y debilidades en materia de análisis de mercurio a nivel nacional. Por eso, necesitamos que todas las instituciones que realicen esta determinación se involucren y nos hagan llegar sus respuestas”, señaló Juan Martín Oteiza, investigador del CONICET en el Centro de Investigación y Asistencia Técnica a la Industria de la provincia de Neuquén (CIATI AC) y miembro de la RSA.
Una vez concluidos los estudios, se realizará un informe técnico con los resultados, los cuales pasarán a formar parte del Proyecto MIA y se convertirán en un elemento clave en el desarrollo de un posterior Plan Nacional de Aplicación.
“El desafío que la Argentina enfrenta no sólo consiste en eliminar el uso de este contaminante, sino también saber qué hacer con las consecuencias de su contaminación y, para ello, es necesario conocer la situación actual”, explicaron los investigadores que se encuentran llevando adelante el estudio. El grupo de trabajo es multidisciplinario y está integrado por científicos y becarios con trayectoria en el tema.
