Siguiendo los lineamientos del Plan Antártico Nacional, CONICET, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de Hurlingham (UNAHur) culminaron la primera fase para la instalación del “Observatorio Robótico Antártico Argentino”, en la base Belgrano II de la Antártida Argentina.
La iniciativa apunta a realizar observaciones científicas de tipo fotométrico sobre diversos objetos del cielo nocturno. Durante el mes de enero, se completó la primera fase del proyecto con la instalación de la base de la cúpula en la base Belgrano II de la Antártida Argentina.
“El observatorio tendrá un telescopio con instrumentos necesarios para producir imágenes astronómicas de alta calidad y una infraestructura adecuada para albergarlos frente a las condiciones climáticas extremas”, comunicaron desde el sitio web de la UNAHur.
El proyecto está incluido en el Plan Antártico Nacional y en él colabora el Instituto Antártico Argentino y el Instituto de Astronomía y Física del Espacio IAFE(UBA – CONICET).
Para albergar al telescopio se construyó una cúpula que contará con un sistema de motorización y automatización realizado por especialistas de la UNAHur. El observatorio estará apoyado sobre una base de hierro galvanizado, que ya está instalada en el suelo antártico.
Las ventajas de hacer Astronomía en la Antártida
El proyecto, que reúne a dos universidades nacionales y al CONICET, apunta a la exploración un nicho de investigación donde la Argentina resulta privilegiada por su ubicación geográfica.
Las ventajas de la observación astronómica en la Antártida está relacionada con la claridad del aire, por su alejamiento de la interferencia humana y de la polución lumínica; la alta latitud geográfica austral; acceso a un sector del cielo que es observado usualmente a muy altas “masas de aire”; y el bajo contenido de vapor de agua en la atmósfera que reduce la absorción muy notablemente en longitudes de onda que van desde el infrarrojo al submilimétrico.
El proyecto representa un aporte a las actividades científicas y tecnológicas que se realizan en la Antártida, en general y estará finalizado cuando, en 2021 se instale la cúpula.