El presidente de YPF, Pablo González, marcó la cancha en el ida y vuelta entre el Estado Nacional y las provincias litíferas, al afirmar su pretensión respecto del rol de la petrolera sobre la explotación del litio, en Argentina.
El escenario es complejo y plagado de actores e intereses, fundamentados en leyes existentes, pero sobre todo en lecturas de la geopolítica internacional dispares, y a veces antagónicas entre las provincias y el Estado nacional.
De un lado las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy, con matices y posiciones discordantes de algunos funcionarios, se orientan, en general a establecer acuerdos de corto plazo para que las gigantes mineras de China, Estados Unidos, Australia, Alemania o Canadá, extraigan el mineral (algo que hoy Argentina no puede hacer por falta de conocimiento y tecnología) y se lo lleven a bajo precio, para la fabricación de las celdas de baterías, en los países de origen.
La posición de las provincias
Eso posiciona a Argentina (una vez más) como un país exportador de materias primas y lo empuja de la mesa de países como Bolivia, Chile y México que, en iguales condiciones regionales, ya iniciaron la discusión, y resolvieron medidas para encarar la nacionalización del mineral, de cara a industrializarlo y agregar valor.
Las provincias se aferran al artículo 124 de la Ley 24.309, que garantiza el dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorio, y bajo ese paraguas, buscan obtener beneficios perceptibles, y muestran resistencias a avanzar en procesos de generación de valor agregado e industrialización del mineral, tal cómo hacen los países de la región que ya ven en el litio una oportunidad de cara las próximas décadas.
Es que, claro, el litio está aumentando su valor a pasos agigantados en el mercado internacional, puesto que es la materia prima básica con la cual se fabricarán las baterías de los nuevos autos eléctricos, en un contexto de avance de la descarbonización de la economía. Es decir, es el corazón de la transformación energética del futuro.
Para tener dimensión del proceso internacional que hace de escenario a esta discusión entre las provincias y el Estado Nacional, cabe mencionar que, a medidados de septiembre, el precio del litio alcanzó su nivel más alto en tres años al pasar de US$ 17.500 por tonelada a comienzos de mes hasta US$ 19.000.
En igual sintonía con las provincias, el Consejo Federal Minero (COFEMIN) y la Cámara de Empresarios Mineros de la Argentina (CAEM), se pronunciaron en contra de la potencial “nacionalización” del litio para su industrialización, algo que vienen planteando los sectores del kirchnerismo dentro del Gobierno, principalmente desde el Congreso Nacional.
La ley de Actividades Nucleares y el argumento del kirchnerismo
El kirchnerismo, el sector más radical en el planteo de la nacionalización del mineral, avanza con diferentes argumentos, y uno de ellos es la Ley de Actividades Nucleares.
La norma, sancionada en 1994, plantea que, al tratarse de un material fusionable que sirve para la fabricación de bombas atómicas, el litio debe ser adminstrado por la Comisión Nacional de Actividades Nucleares – CNEA – de acuerdo con el tratado internacional de no proliferación de armas nucleares, al que suscribió la Argentina.
Además de la norma, surgieron al menos cuatro proyectos de ley que buscan definir como “estratégico”, al mineral, algo que enerva a las provincias del norte, puesto que pone en peligro la soberanía provincial sobre los recursos.
Es que, claro, el amparo, le daría al Estado Nacional, una veta para gestionar los recursos e impedir que las empresas internacionales hagan acuerdos directos con las provincias para extraer el mineral crudo.
Sin embargo, el Gobierno, que está en una etapa de bajar el tono de las disputas internas del gobierno nacional, salió a fijar posición a favor de las provincias, con lo cual eludió el uso de la estrategia de esta norma.
Argentina se aleja de la nacionalización
Las expresiones de conformidad cuando el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, junto a sus pares de Salta, Gustavo Sáenz, y de Jujuy, Gerardo Morales, firmaron el tratado interprovincial que establece la creación de la Región Minera del Litio, marca el termómetro actual.
A través del convenio alcanzado, los mandatarios acordaron trabajar por el desarrollo económico y social de las provincias mediante la investigación, extracción, producción, industrialización y comercialización del llamado “oro blanco”.
La fraseología del acuerdo solapa la decisión del Gobierno de alinearse con las provincias. Algo que queda más claro cuando se escucha a los funcionarios provinciales.
“Esta rúbrica constituye un gesto muy fuerte de institucionalidad, de pensar en el futuro y de tener mirada estratégica. El Estado argentino va acompañar esta iniciativa”, aseguró Hensel, el secretario de Minería de la Nación, quien sostuvo, antes, que el “el Gobierno no está pensando en la estatización del litio o la creación de una empresa minera estatal”, como están haciendo Chile, México y Bolivia.
El propio Gerardo Morales expresó su satisfacción al respecto: “Estamos reafirmando que el litio es un recurso que pertenece a las provincias. Me alegra la iniciativa de constituirnos en este espacio autónomamente y que contemos con el acompañamiento del Gobierno nacional”.
En tanto, Sáenz señaló que “estamos convencidos de que los empresarios, los proveedores y las cámaras vienen con la esperanza de ver a trabajar tres provincias de manera conjunta” y agregó que en el nuevo grupo conformado “se trabajará de la misma manera si están en Catamarca, si están en Jujuy o si están en Salta”.
En este mismo sentido, Raúl Jalil indicó: “Cada día la Mesa del Litio es más grande, se suman actores importantes que buscan trabajar para mejorar la vida de nuestras poblaciones a partir de la utilización de este mineral”. “Es importante independizarnos en lo científico para no depender tanto de los países más desarrollados. Debemos cambiar la matriz de inversión para mejorar nuestra producción”, afirmó.
Por otra parte, el presidente de YPF, junto a científicos de Y-TEC, presentaron los lineamientos de la firma YPF Litio: “Tenemos enormes expectativas en cuanto a la potencialidad de inversión que significa el desarrollo del elemento en la Argentina y particularmente en estas 3 provincias”, sostuvo.
“YPF Litio está destinada al acompañamiento de las regiones productoras. Es una decisión estratégica que nos permite diversificar nuestro negocio energético y queremos sumar horizontes de inversiones para los accionistas”, indicó Pablo González.
El escenario, es de ceder al derecho y el protagonismo de las provincias, para no continuar levantando frentes de disputa interna, y tomar un atajo que vuelve a poner a la Argentina en su rol geopolítico histórico de exportador de materias primas.
