Periferia

19 de Abril de 2025

Lanzan un inyectable de producción nacional contra la diabetes y la obesidad

Dutide estará disponible a partir de mayo. Es un 80% más barato que el Ozempic lanzado meses atrás en los Estados Unidos y que recogió fama global por su efectividad para combatir la obesidad.

Aprobado a mediados de marzo por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) a mediados de marzo pasado, el próximo mes estará disponible para la venta en farmacias un medicamento inyectable de producción nacional similar al conocido Ozempic para combatir la diabetes y la obesidad.

Según informó el sitio especializado Kairos, donde están disponibles los precios de los medicamentos, este nuevo producto costará alrededor de un 80% menos que su equivalente importado. Si bien el Ozempic fue autorizado para tratar la diabetes tipo 2, muchos profesionales lo recetan también para controlar la obesidad, aunque no esté especificado en el prospecto.

COntra la obesidad

El Dutide del laboratorio Elea en su formato de 1 mg, con cuatro jeringas precargadas, costará alrededor de 128.400 pesos, frente a los más de 653.000 pesos que cuesta el producto importado.

La administración de este tratamiento es semanal —a diferencia de la formulación oral que se toma a diario—, y cada caja rinde para un mes. Su venta será bajo receta médica debido a los posibles efectos adversos de su principio activo, la semaglutida, y al mayor alcance que se espera dada la considerable reducción de su precio.

La alternativa nacional, 80% más barata

La semaglutida es una molécula que cumple una doble función terapéutica: regula los niveles de glucosa en sangre y suprime el apetito, favoreciendo así la pérdida de peso. Su mecanismo actúa a nivel cerebral, disminuyendo la sensación de hambre, lo que genera resultados visibles en poco tiempo, especialmente si se acompaña de actividad física y una alimentación saludable.

En los tratamientos con Ozempic y su equivalente local, la dosis inicial se ajusta progresivamente hasta alcanzar el máximo de 1 mg por semana. Luego del primer mes, ya se suelen observar mejoras, aunque los especialistas indican que al tercer mes es cuando se puede evaluar su efectividad en cada paciente.

El uso de semaglutida está pensado como parte de un tratamiento prolongado. Los médicos pueden ajustar o incluso suspender la medicación en función de los resultados y los riesgos de un posible efecto rebote, que en algunos casos puede presentarse al discontinuar el fármaco.

El desarrollo de Dutide es uno de los miles de casos de desarrollos amparados por un decreto de 2012 que habilita a los laboratorios nacionales a producir medicamentos similares sin ampararse en la propiedad intelectual de laboratorios extranjeros.

El Gobierno quiere eliminar un decreto clave para los laboratorios

El decreto es que puso en discusión el lunes pasado el presidente, Javier Milei, al recibir al secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, que anunció apoyo político y económico a la administración libertaria y al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Bessent trajo una lista de viejos reclamos al país y entre ellos que se respete la propiedad intelectual de laboratorios extranjeros en el país.

En cancillería recibieron este pedido dentro de una lista de reclamos del secretario de Comercio de los Estados Unidos, Howard Ludnick, la semana pasada en Washington. El ex embajador norteamericano Marc Stanley le había planteado el conflicto a la ex canciller Diana Mondino y que esta tuvo roces por ello con Santiago Caputo.

Según fuentes del sector farmacéutico, a sabiendas de este reclamo de los Estados Unidos, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, elaboró un proyecto de decreto que está en la Secretaría Legal y Técnica para derogar la Resolución Conjunta 118/2012, 546/2012 y 107/2012 sobre “las pautas para el examen de Patentabilidad de las solicitudes de Patentes sobre Invenciones Químico-Farmacéuticas”.

Beneficiar a Estados Unidos perjudicando la industria nacional de medicamentos

El pedido del gobierno de Donald Trump a Milei es que en la Argentina cumpla con la ley de patentes y en especial en el sector de medicamentos, algo que lesionaría productivamente a los laboratorios argentinos que, amparados en el Derecho a la Salud, y gracias a la infraestructura tecnológica y científica existente, producen similares locales a menor costo.

Esta ley fue restringida por tres resoluciones en 2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner. Nunca más se revirtieron esas limitaciones a las patentes que permiten a los laboratorios argentinos copiar remedios y no pagar regalías.

Eso provocó un crecimiento de la industria farmacéutica local, amparada contra la normativa internacional, en el Derecho a la Salud. Así, se dio una expansión de más de 15 años de la industria de farmacéutica de genéricos en Argentina. Claro, en términos comerciales, implica baja de costos de los medicamentos, y en términos científico-tecnológicos implica el crecimiento de un sector con alta incorporación de Investigación y Desarrollo.

Si se elimina ese decreto Argentina no podría producir el Dutide y otros tantos medicamentos que debería comprar a laboratorios extranjeros, con su consecuencia en los precios, entre otras cuestiones.

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